sábado, 14 de diciembre de 2013

Sirope rosa - José Luis Alvite

Sirope rosa - José Luis Alvite

A veces amanece tan oscuro sobre el 'Savoy' que ni se ve la niebla. Y cuando se nos viene encima ese cielo pegadizo como la seborrea, el jefe recuerda sus días en la Riviera, improvisando con su Bugatti por las carreteras recién escritas para 'Atrapa a un ladrón'. Fue allí donde conoció a Grace Kelly. Bailaron una madrugada en el 'Carlton' y Ernie lo recuerda como "aquella noche que en mis pies estuvo Dios de paso". A Grace le arropaba el rostro una pamela blanca y por su cuerpo resbalaba como sirope rosa un vestido de seda. ¡Caray!, el jefe recuerda a la hermosa criatura de Boston como "una mujer que incluso resultaría hermosa a juego con el cadalso". ¡Delicada Grace! Aquella madrugada en Cannes, Ernie coincidió en la mesa del 'black-jack' con Cary Grant, aquel tipo al que podías maginar jugando al tenis con un abanico en una mano y un 'martini' en la otra. Cary le dijo: "Grace no está hecha para cualquier hombre, amigo. Sólo los elegidos pueden aspirar a una mujer como ella, alguien, muchacho, con quien te imaginas comprando el marisco en Tiffany's". Y no le faltaba razón al elegante Cary. Ciertamente en alguien como Grace Kelly incluso la muerte parecería benigna. Anoche recordamos en el 'Savoy' a la estilográfica criatura de 'Alta sociedad'. ¿Recuerdas, Al, muchacho? ¿Recuerdas a Frank Sinatra cantándole 'Eres sensacional'? ¿Y a Bing Crosby enjuagando la boca con 'True love' en la garganta y Grace abatida en su regazo como un alud de heno? Mientras evocaba sus días felices al lado de Bing, en el balandro de 'Alta sociedad', en el rostro de Grace se acurrucaban con elegancia y hastío el sodio y la tristeza. Nadie tiene la inmensa suerte de darle cuatro curvas al coche con alguien como Grace en el asiento de al lado. Y eso lo consiguió Ernie Loquasto aquellos cuatro días en Cannes. "Sé que parece un sueño dice el jefe pero fue cierto. Yo estaba allí, muchacho, sentado en mi coche al lado de aquel hada 'beige' a la que tan bien le sentaba la marquesina del 'Carlton'. Me da envidia el jefe. Pero un tipo como yo sólo se merece una de esas mujeres que le echan de comer a los gatos la depilación del pubis.