martes, 30 de diciembre de 2014

Citas de Alvite

Citas de Alvite
Última edición hace 3 meses por Manolo mt
José Luis Alvite
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José Luis Alvite (n. Santiago de Compostela, 1949) es un periodista y escritor español. Anteriormente empleado de banca, ha escrito en los periódicos 'Diario 16', 'La Razón', 'Faro de Vigo' y 'La Opinión de A Coruña'. También colabora en el programa de radio 'Herrera en la Onda' de la emisora 'Onda Cero'.

CitasEditar

Detesto cualquier ejercicio físico cuya última consecuencia no sea el orgasmo.
(Gente bajo par)
Soy un intruso en mi propia biografía.
(El intruso)
No hice nada por la vida ni haré tampoco ningún esfuerzo por la muerte.
(El intruso)
El fracaso es el único sitio en el que puedes sentirte seguro. Nadie intenta quitarte el último puesto.
(Historias del Savoy)
El amor es algo muy resistente; se necesitan dos personas para acabar con él.
(Historias del Savoy)
Yo creo que el amor es algo complejo que empieza cuando conoces a alguien cuyo cuerpo parece que llevase años preguntando por el tuyo.
(Historias del Savoy)
Lo mejor de mi currículum es la grapa.
(Historias del Savoy)
El amor eterno es aquel cuyo fracaso se recuerda siempre.
(Historias del Savoy)
Lo que me interesa de una mujer es lo que ignoro de ella.
(Historias del Savoy)
El matrimonio reduce el tamaño de las cosas y lo envejece todo.
(Historias del Savoy)
El amor fracasa con el conocimiento.
(Historias del Savoy)
No hay peor enfermedad que la obsesión por la salud.
(Historias del Savoy)
Hay quien sobrevive casado, sobre todo si acepta que en una relación de pareja lo inteligente es ser el del medio.
(Historias del Savoy)
La sinceridad consiste en contar siempre la misma mentira.
(Historias del Savoy)
La televisión es una cosa que sólo vale la pena encender durante los apagones.
(Historias del Savoy)
A veces la vida pone en tu camino una mujer fascinante, muchacho, y entonces sabes que la echarás de menos porque las mujeres fascinantes están de paso.
(Historias del Savoy)
Eres un personaje, nena, y los personajes no se merecen un reproche sino una crítica literaria.
(Historias del Savoy)
Mi vida se ha regido por los impulsos, no por el álgebra.
(Una vida por los pelos)
He sido para las mujeres tan tenaz como lo son otros hombres para coleccionar sellos. En realidad, el sexo y la filatelia solo son maneras distintas de usar la lengua. ¡Qué importa cuántas mujeres haya habido en mi vida! No soy coleccionista. A veces me enamoro y otras simplemente me encapricho.
(Una vida por los pelos)
El desprecio del talento suele considerarse en ocasiones una conquista moral de la gente corriente.
(Desayuno con cuervos)
Es cierto que si me gustan tanto los lugares a los que cuesta llegar, es porque también es luego difícil salir de ellos.
(Una carrera en las medias)
La insensatez me ha dejado casi siempre mejores sensaciones que el sentido común.
(Gárgaras de orina)
A veces demoler un edificio requiere más inteligencia que la empleada en su construcción.
(Gárgaras de orina)
La gente que cuenta el tiempo por las flores no encaja bien con aquella otra que lo mide por el reloj.
(Pan con lápiz)
También yo concibo la vida con esa aparente resignación de quien sabe que el lugar en el que se encuentre en cada instante es exactamente el sitio al que tendría que haber ido. Se trata de establecer la meta justo donde te pueda el cansancio, ni un poco antes, ni un metro más allá...
(Pan con lápiz)
A veces creo que mi mala reputación ha salvado mi prestigio.
(Camisa desplanchada)
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lunes, 29 de diciembre de 2014

El ocaso de las inocentadas - David Torres

El ocaso de las inocentadas - David Torres

Últimamente las inocentadas ya no son lo que eran. Debe de ser porque, desde que Mariano está en La Moncloa, todos los días son 28 de diciembre. Los españoles andamos mosqueados por las calles, entramos en los bares y abrimos las puertas como si esperasemos un tartazo en la cara. Leemos el periódico esperando encontrarnos con otra noticia de un aeropuerto construido para que aterricen las palomas, una medalla al mérito militar concedida a la Virgen María, un banquero calvo que se depila las ingles a las dos de la mañana o unos inmigrantes que se ahogaban solos mientras los guardias intentaban ayudarlos lanzándoles pelotas de goma. Tener a Mariano de presidente es como tener un muñequito enorme pegado perpetuamente a la espalda.
El bobo e inofensivo género periodístico de la inocentada ha entrado en decadencia porque no puede competir con el B.O.E. Incluso en el fútbol, terreno propicio a la credulidad y a las cáscaras de plátano, la realidad se impone a la fantasía: nadie podía creer que mi tocayo Torres, el Niño, viniese de regreso al Atlético de sus amores como un bumerán británico. La primicia no saltó el 28 porque hasta Cerezo podía haberse atragantado de la risa. Aun así, intentaron exprimir la inocentada al máximo asegurando que el delantero en horas bajas iba a estrenarse en Socuéllamos con el filial del Atlético. Eso era rizar en exceso el rizo, sobre todo teniendo en cuenta que en Socuéllamos acaba de inaugurar Cospedal una torre de cuatro millones de euros para promocionar los vinos de la tierra mientras va dejando los hospitales de Castilla-La Mancha convertidos en ambulatorios tercermundistas.

En Andalucía el muñequito se lo ha colgado Susana Díaz a los profesores de enseñanza pública, que a estas alturas todavía no han cobrado el sueldo de diciembre ni la paga extra de Navidad. Los de matemáticas se han encontrado haciendo virguerías aritméticas para llegar a fin de mes y los de historia recordando los viejos tiempos del señorito andaluz, que era también muy aficionado a estos bromazos. En cuanto a los de literatura, han encontrado en sus propias carnes un ejemplo perfecto para explicar aquella obra maestra de Delibes, Los santos inocentes, que también inspiró una de las mejores películas del cine español. A Paco el Bajo (que ya llevará por siempre la cara de pasmo helado de Alfredo Landa) le bastaba con hacer la O con un canuto mordiéndose la lengua para que el señorito fardara ante sus amistades. Una de las muchas maravillas de la novela -que Camus mantuvo prácticamente intacta en la película- es la indeterminación espacial y temporal: está ambientada en Extremadura, pero la finca podría ubicarse en cualquier lugar del campo andaluz, o incluso de Murcia o de Castilla. Parece la España eterna y miserable de la posguerra, pero eso es porque aquí la posguerra, parafraseando un verso admirable de Alvaro Muñoz Robledano, no se termina nunca.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Se llama Hilaria Jiménez - Pedro Simón

Se llama Hilaria Jiménez - Pedro Simón

Podríamos decir que, a 28 de diciembre de 2014, sólo uno de cada tres españoles tiene todas sus necesidades cubiertas, que a estas horas de la mañana cinco millones se encuentran en situación de exclusión severa, que a día de hoy un 15% de los que tienen trabajo también es pobre o que, desde que Lehman Brothers hizo catacrack, la diferencia entre ricos y parias se ha incrementado en España en un 30%.

Pero mejor lo vamos a resumir en dos palabras. Dos palabras arrugaditas, desmemoriadas, en zapatillas de fieltro: Hilaria Jiménez.

Se llama Hilaria Jiménez la anciana de 91 años y 362 días a la que la Administración le ha denegado este noviembre la alimentación terapéutica que le venía financiando desde 2009.

Se llama Hilaria Jiménez la enferma de alzhéimer que vive con su hijo («fui a hablar con el endocrino y me dijo que era por los recortes») y cuya pensión ya no le alcanza para la nutrición farmacológica.

Se llama Hilaria Jiménez la mujer que languidece desde que le quitaron el compuesto, y luce úlceras en la boca, y aplasta una pelota de espuma en la mano con la mirada perdida.

España va mejor porque Rajoy ya lo adivinó, porque el salario mínimo subirá la desorbitante cantidad de tres eurazos, porque el número de millonarios durante la crisis ha crecido el doble que en el resto del mundo y porque Rita Barberá se ha comprado otro bolso Louis Vuitton donde le caben todos los Calatravas.

A Zapatero le costaba un horror decir la palabra crisis y Rajoy pone los morritos de Vaquerizo cuando llega a la u de la palabra recuperación.

A nosotros ya sólo nos salen dos palabras: Hilaria Jiménez.

Uno no conocerá la letra pequeña de la macroeconomía, pero sí conoce a un montón de gente que se pasa los días haciendo cuentas.

(...)

O hablamos en idiomas distintos o aquí hay alguien que no consulta el diccionario de la RAE: Recuperación. De recuperar: volver a tomar o adquirir lo que antes se tenía.

Volver a tomar lo que antes se tenía supone que a las 700.000 familias que viven sin ingresos en España les devuelvan las ganas de mirarse al espejo, que a Raquel Martínez -una madre de seis hijas que este viernes nos llamó al periódico porque no tenía leche para desayunar y antes de la crisis sí- se le aparezca la vaca de Milka en su casa, que alguien reconstruya un puente de madera que saltó en mil astillas hace tiempo.

Vivimos sobre una grieta que crece como una metástasis. Ya hay toda una España a la deriva, cada vez más náufraga. A lo peor, la niña de Rajoy acaba siendo una anciana sin memoria que el 31 de diciembre cumple 92 años.

Ni caso - Isabel Vicente

Ni caso - Isabel Vicente

Qué es lo que acabo de decirte?" A esta temida pregunta nos hemos enfrentado todos en algún momento cuando nuestro interlocutor nota que hemos dejado de escuchar lo que nos está diciendo. Hay trucos, claro. Por ejemplo, poner en marcha la neurona piloto que te permite ir afirmando o negando con la cabeza en función del tono que emplee el otro, o ir soltado un "claro" o un "vaya" de vez en cuando, aunque hay que ser muy hábil para que no te pillen, sobre todo si a quien tienes enfrente es a tu pareja y ya sabes que esos ojos mirando al infinito son prueba inequívoca de que no te está haciendo ni puñetero caso en el último cuarto de hora. Y es que hay temas ante los que es imposible mantener la atención más de cinco minutos por mucha voluntad que le pongas. Hay quien incluso ha hecho un ranking de los temas a los que menos atención prestan los hombres en sus conversaciones con las mujeres. Así, según un estudio de la empresa británica "Ladbrokers", los varones en general son incapces de atender más de cinco minutos cuando se les habla de personas que no conocen. También parece importarles un pimiento lo que pase con los famosos o las estrellas de televisión, las conversacioes sobre compras o moda, las relaciones sentimentales de otras personas, el horóscopo o las dietas. Lo que no sé es por qué circunscriben la indiferencia hacia estos temas de conversación a los hombres, porque yo sé de muchas mujeres, entre las que me incluyo, a las que todo esto también les importa un rábano, aunque es cierto que nuestro aguante al escuchar los motivos del divorcio del vecino del quinto o la descripción de un vestido para nochevieja es bastante mayor que el de ellos. Según el estudio británico, los hombres no son capaces de atender más de 6 minutos si el tema no les interesa. Les digo ya que las mujeres tampoco. No hay nada más impertinente que tener al lado a alguien metiéndote el rollo sobre su último viaje a Italia o cotilleando sobre los disgustos que su cuñada, a la que no conoces de nada, está dando a la familia. Si vas en un autobús o en un avión sin vía de escape, más vale pegarte un tiro. En cuanto a las conversaciones de tu pareja, lo bueno es que con el tiempo ya sabes que cuando él está viendo jugar al Madrid no hay que iniciar una conversación porque se va a quedar en un monólogo, igual que el otro sabe que cuando tú estás en los últimos capítulos del libro, muerdes si te habla a no ser que haya un incendio. En esos momentos, pedirle al otro que repita la última frase que has dicho conlleva un mosqueo seguro, así que más vale esperar a un momento propicio para garantizarte, al menos, sus seis minutos de atención.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Pensamientos, sólo pensamientos - José Luis Alvite

Pensamientos, sólo pensamientos - José Luis Alvite

-Hay mujeres que denuncian por dignidad lo que antes se callaban por dinero. 

-Si algo bueno tiene la pobreza es que raras veces te va al bolsillo. 

-Cuando se ponen morales, los norteamericanos prohíben fumar en la cámara de gas. 

-¿Por qué de una novela mal escrita se suele decir que es compleja? 

-Las parejas que se llevan a matar, sería normal que se separasen de común desacuerdo. 

-Un disparo en la cabeza tendría que ser inolvidable. 

-Los pobres van al cielo; a los ricos, los llevan. 

-Cualquier mujer se conformaría con que hicieses en la cama la mitad de las cosas que piensas contar. 

-A veces el siquiatra sólo sirve para sustituir un problema emocional por un problema económico. 

-Un sueño secreto de algunas mujeres es que les hiciesen los pies a mano. 

-El alcohol es una cosa que te ayuda mucho a olvidar que bebes. 

-La sinceridad consiste en mentir de buena fe. 

-La Justicia mejora mucho cuando es el Estado el que soborna a los jueces. 

-Todos saldríamos ganando si los políticos aprovechasen el Poder para ejercer la oposición. 

-Lo malo es de la experiencia es que se adquiere cuando ya no se necesita. 

-La pasión es lo que se recuerde del sexo antes de que con el paso de los años sólo se recuerde el precio. 

-Un fugitivo sabe que tiene que huir de quien le persigue con cuidado de no alcanzar a quien la espera. 

-Por desgracia, los tipos sin suerte cuentan por fracasos todos sus éxitos. 

-Muchos conferenciantes tendrían que aplaudirle al público. 

-Dicen que el 70% de las mujeres reconocen haberse casado enamoradas; el resto, prefieren mentir en otras cosas. 

-A los humoristas se les ríen las gracias; a los ricos, se les ríe el dinero. 

-El caballete del pintor es la ropa que mejor le sienta a una mujer hermosa. 

-Un periódico que sólo publicase buenas noticias, estaría abocado a despedirse con la mala noticia de su cierre. 

-La única ventaja razonable de luchar en primera fila es que tienes más fácil pasarte al enemigo. 

-De haberte liado con una mala mujer siempre se repondrá antes tu corazón que tu bolsillo. 

-Acostarse por dinero es la forma que algunas mujeres tienen de levantarse. 

-El matrimonio es la única posibilidad que tienen algunos hombres de acostarse con una mujer casada. 

-El orgasmo es esa sensación que les sobreviene a las algunas mujeres sólo cuando lo cuentan los hombres. 

-Todos nos hemos acostado con muchas mujeres pero no lo contamos por miedo a que se enteren ellas. 

-El urbanismo salvaje que padecemos está a punto de conseguir que el mar sea lo único que no esté en primera línea de playa. 

-Las vicios que de joven no te podáis permitir por falta de dinero, de mayor no te los puedes permitir por falta de salud. 

-Contra las tentaciones sólo vale la pena luchar después de haber caído en ellas. 

-Cuando una mujer te confía un secreto, es porque sabe que sólo se lo contarás a gente tan discreta como tú. 

-Por desgracia, a muchas personas las cartas de amor sólo le sirven para estropear la letra. 

-Si dejases preñada a tu ex mujer, ¿tendrías un ex hijo? 

-De una mujer no podrás decir que te abrió su corazón si antes no te abrió su bolso. 

-Como se han puesto las cosas, incluso a la paloma de la paz le va a costar encontrar piloto. 

-No hay como llevarse bien para romper de mutuo acuerdo. 

-A pesar de la mala calidad de los muebles, lo cierto es que hay pocos matrimonios que duren más que su cama. 

-La guerra es prácticamente el único sitio en el que no se necesita ser arquitecto para estropear las ciudades. 

-Lo bueno de la muerte, amigo mío, es que no te deja secuelas. 

-Para los forenses verdaderamente enamorados de su profesión, la autopsia es un juego de mesa. 

-Por desgracia, no es cierto que uno pueda mantener el peso comiendo cosas delgadas. 

-De joven se tienen corazonadas; a partir de cierta edad, se tienen infartos. 

-Hasta cierto punto es natural que las mujeres consideren interesante a un hombre cuyo sueldo se parezca a su número de teléfono. 

-Si una mujer te sube de madrugada a su casa lo hace con la sospecha de que eres un caballero y con la esperanza de estar equivocada. 

-La fama es una cosa que cuando se mezcla con el dinero suele perjudicar la reputación. 

-Ese tipo de equívoca sonrisa que en La Gioconda se considera un interesante y artístico misterio, en las mujeres de mi familia suele ser lombrices. 

-Siempre fui propenso a enamorarme de mujeres propensas a no quererme. 

-Digo yo que los ciegos tendrían que esquivar con más facilidad los muebles negros. 

-Los soñadores nos llevaríamos menos chascos si durmiésemos más. 

-Lo que el común de los mortales llamamos matrimonio, los físicos suelen llamarlo masa crítica. 

-A los espías sordomudos cuando los torturan tendrían que írsele de la lengua las manos. 

-Las mujeres corrientes, envejecen; las hermosas, pasan de moda. 

-Cuando una chica corriente cobra a cambio de sexo, es una puta; si es una actriz de renombre, la misma cosa es un éxito de taquilla. 

-Las chicas del arroyo, como los jinetes, suelen sentarse sobre las herramientas. 

-Tipos como Al Capone demostraron lo alto que puede caer un hombre. 

-Algunos personajes serían más respetables si sus vidas hubiesen estado a la altura de sus biografías. 

-Supongo que los franceses desistieron de la guillotina porque les daba quebraderos de cabeza. 

-La muerte es una enfermedad en mal estado. 

-Sería lógico que detuviésemos el envejecimiento de la cara si la lavásemos con agua estancada. 

-El bajo vientre es algo que los hombres solemos llevar con frecuencia en la cabeza. 

-La pobreza tendría más adeptos si estuviese bien pagada. 

-En los accidentes del coche fúnebre el muerto es el que tiene más probabilidades de resultar ileso. 

-Cuando un pufante tiene auténtica clase, deja a deber las copas y la propina. 

-Me pregunto por qué diablos no flota el agua del fondo del mar. 

-A las mujeres perversas los pensamientos se les convierten en ropa interior. 

-Las cartas de amor son más eficaces escritas en el reverso de un cheque. 

-La única enfermedad de transmisión sexual que se tolera en un escritor son los derechos de autor. 

-Para la gente verdaderamente desgraciada, la muerte puede ser su mejor racha. 

-A las mujeres fatales del cine la herida más grave que les causa el desamor es una carrera en las medias. 

-Por lo general, la luz de un disparo a oscuras sirve para no fallar el siguiente disparo. 

-El traje típico de los Kennedy es un féretro. 

-Si algún avance hice en mi vida, fue porque no conocía otra manera de retroceder. 

-Algunos jueces serían más justos si no fuesen tan legales. 

- El paso del tiempo convierte la expectación en angustia, como se ve en el hecho de que cuando eres joven, haces planes mirando el almanaque, y cuando eres mayor, los haces mirando el reloj. 

-Cuando un hombre es guapo y tiene éxito con las mujeres, incluso cabe pensar que las violaciones las cometa en defensa propia. 

-En alguna parte leí que el 15 por ciento de las mujeres son lesbianas y el 10 por ciento, bisexuales. El resto se supone que son mujeres heterosexuales, excepto las mayores de cincuenta años, que suelen ser hombres de sesenta. 

-Una manera agradable de ser vegetariano es comer únicamente animales herbívoros. 

-Hay escritores cuyas novelas demuestran lo mucho que esos tipos odian la literatura. 

-Hay gente extraordinariamente corriente a la que sólo podrías recordar de no haberla visto en ninguna parte. 

-Para los que detestamos las ciencias exactas, los números romanos tienen la ventaja de que se estudiaban por Letras. 

-Que El Quijote es una obra crucial lo demuestra el hecho de que sea el libro que más veces no hemos leído los españoles. 

-Hay pobres muy tacaños que se privan de comer lentejas pero les gustaría ser ricos para privarse de comer arroz con bogavante. 

-Lo malo de los buenos médicos es que su mérito consiste en acertar en las cosas malas. 

-En la biografía de los grandes hombres suelen entrar unas pocas mujeres; el resto, sencillamente, sólo consiguen entrar en sus camas. 

-De todas las mujeres con las que me acosté, la mayoría se llevarían un disgusto si lo supieran. 

-En las películas españolas ocurre el extrañísimo fenómeno de que salen del cine más personas de la que entraron. 

-Eso de la igualdad de oportunidades es falso. Los niños de papá casi siempre empiezan a correr en la meta. 

-Una obra literaria tiene talento cundo no se necesita talento para leerla. 

-Hay escritores que tardan tres años en escribir una novela, ¡con el poco tiempo que necesitarían para haberlo evitado! 

-Cada vez que veo en televisión a Sara Montiel, comprendo que a veces incluso la elegancia es de mal gusto. 

-Así como los científicos clonan la vida, los terroristas clonan la muerte. 

-Nunca entenderé que se exija tener documentos para ser apátrida. 

-Cuando un tartamudo es discreto, prende al callar. 

-La mayor parte de los sondeos están pensados para provocar en la gente la opinión que dicen reflejar. 

-Cuando eres joven, dices tu edad. Cuando eres mayor, la confiesas. 

-Cincuenta años es la edad que tienen las mujeres que a los cuarenta y cinco aseguran tener cuarenta. 

-No tienen suerte las actrices de cuarenta. Los papeles de su edad se los quitan las chicas de treinta y los papeles de cincuenta se los quitan los hombres de sesenta. Pilar Bardem, por ejemplo, tiene la suerte de interpretar los papeles que, si viviese, le habría arrebatado Paco Rabal. 

-Siempre me gustaron las mujeres que hablan, pero sobre todo, me gustan las que dan que hablar. 

-Apartarse de las mujeres malas sólo tiene sentido si lo haces para ponerte al lado de las peores. 

-La gente de mala reputación, cuando se junta, crea la Mafia; la gente buena, como es más aburrida, al juntarse no puede evitar formar Los Sabandeños. 

-La memoria histórica consiste en pedirle explicaciones a los muertos. 

-Si no fuese por el paisaje, los aviones se caerían siempre encima de la ciudades. 

-Arthur Miller podía presumir de haber vivido en la misma habitación que Marilyn Monroe. Los demás, ¡que remedio!, nos conformamos con haber vivido en el mismo siglo. 

-La imaginación consiste en que te sucedan las cosas que sin ella jamás te ocurrirían. 

-Hay ocasiones en las que tu chica te acepta un segundo beso aunque solo sea para borrar la decepción del primero. 

-Cuando la pobre chica del arroyo prospera y se vuelve fina, el precio se le convierte en caché. 

-La bofetada de una idiota te marca la cara; la bofetada de una mujer interesante puede marcarte la vida. 

-Todos corremos el peligro de quedarnos ciegos en un abrir y cerrar de ojos. 

-Las chicas limpias son comunicativas; las fulanas sucias, son contagiosas. 

-A cierta edad aspiras a conservarte joven. Cuando eres muy mayor y vislumbras la muerte, darías lo que fuese por conservarte viejo. 

-En África la gente muere tan delgada, que incluso la muerte corre el riesgo de morirse de hambre. 

- Para un hombre escéptico y desencantado, la madrugada es lo único interesante que puede ocurrirte entre la cena y la muerte. 

-Si citas a un trasnochador para las seis de la tarde, le partes la mañana. 

-La nostalgia es el presentimiento de la gente sin esperanza. 

-Lo mejor que puede ocurrirte durante una pesadilla es que te quedes dormido. 

-Los aventureros descubrieron el paisaje ignorantes de que la civilización lo ocultaría con el mapa. 

-Aunque cueste creerlo, a veces la belleza es una malformación de la fealdad. 

-Todos sabemos de algún idiota que utiliza su inteligencia para disimularla. 

-En la nueva cocina lo único que no te tiene que explicar el cocinero es el precio. 

-Los coches viejos pierden calor si le suprimes la multa del parabrisas. 

-A pesar de lo poco que se mueva en cama, es obvio que la muerte da muy mal dormir. 

-Por muy avanzados que nos consideremos respecto de los cerdos, lo cierto es que nosotros convertimos el jamón en mierda, mientras que los cerdos convierten la mierda en jamón. 

-No deja de ser sorprendente la gran cantidad de personas que se acuerdan de tomar las pastillas para la memoria. 

-Santa Claus le pide sus regalos por carta a los Reyes Magos. 

-Los sospechosos tendrían que probarse los trajes con los brazos en alto. 

-Muchos de nosotros, por desgracia, solo somos la pesadilla de la mujer con la que soñamos. 

-Las chicas de moda salen en el Hola; las mujeres importantes, salen en los sellos; el resto lo normal es que solo salgan en las esquelas. 

-A mí Sofía Loren me gustaría más si las tetas no le tapasen el pecho. 

-Que un matrimonio dure diez años puede ser amor; que dure más, podría considerarse ensañamiento. 

-Los ejércitos pacifistas tendrían que atacar al enemigo bombardeándolo con la ayuda humanitaria. 

-Si no te atreves a decirle algo subido de tono a una mujer, jamás sabrás por qué te dio aquella bofetada. 

-Si tu mujer te engaña con otro hombre, consuélate pensando que también a él lo engaña contigo. 

-A la mirada de una mujer fatal el cirujano plástico puede suprimirle las ojeras pero sería incapaz de quitarle los remordimientos. 

-Como se han puesto las cosas del ecologismo, ahora mismo la Crucifixión de Cristo se consideraría impacto ambiental. 

-Cuando la oratoria se mezcla con el sexo, se suele denominar felación. 

-De niño, quería ser mayor a toda costa; ahora, sencillamente, no puedo evitarlo. 

-Por mucha experiencia que acumules en tu vida, no te librarás de la jodida novatada de la muerte. 


-El beso de una mujer hermosa es el sitio más pequeño en el que a un hombre no le importaría perderse para siempre. 

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Sabina se hizo canción - Manuel Jabois

Sabina se hizo canción - Manuel Jabois

CONOCIDA la faena de Madrid en la que naufragó emocionalmente, paralizado como un conejo en la carretera, pudo existir la tentación de escribir aquella frase de Joaquín Vidal en 2001 constatando un fracaso, «el mayor de su vida», de José Tomás en Las Ventas: «La tarde estaba desmitificadora a tope». Ese año pasaron más cosas, entre ellas el ictus que casi se lleva por delante a Joaquín Sabina. «Si estoy escribiendo una canción se me olvida que está muriendo alguien querido», había dicho con más razón de la que creía, pues estaba olvidando que se moría él.
19 días y 500 noches, el aniversario que celebra este año, le exigió el último tour de force de noches sin dormir buscando un verso, incapaz de cerrar una canción si no la concebía perfecta, en esa pausa hostil de hombre en vigilia que adoptó García Márquez cuando tardó meses en entregar El coronel no tiene quien le escriba porque no encontraba la última palabra, que era «mierda». Era mierda lo que iban a comer él y su esposa, y así lo dijo el coronel: comerían mierda. En el primer disco, primera canción, Sabina canta: «La mierda que arrastramos sin remedio/ todo lo que nos dieron y quitaron/ los años transcurridos tan deprisa/ el pan que compartimos, las caricias/ el peso que llevamos en las manos».
Hace unos meses Alejo Stivel recordaba sus últimos conciertos de los Stones. Le gustó Madrid porque Jagger se olvidó de que estaba trabajando, al contrario de lo que le había ocurrido en Londres, pendiente de hacer a la perfección el trabajo más exclusivo del mundo: ser un rolling stone. Se pierde parte del conjuro del artista, que es no saber lo que está haciendo, sólo sentir. «Ni como escritor ni como cantante, mi mayor talento es que he tenido el instinto de propagar lo que soy», dijo Jim Morrison, que llegó a un punto en el que sentía tanto que ni siquiera se molestaba en coger el micrófono, porque no lo veía.
Buena parte del último Madrid es obra de Joaquín Sabina, que ayudó a levantar una ciudad mítica poniéndola a levitar como a Castroforte de Baralla, sostenida por el universo propio de sus letras. «Esta es una historia de amor y de odio a una ciudad invivible pero insustituible», dijo en el concierto de La Mandrágora sobre Pongamos que hablo de Madrid, donde decretó lo que se venía sospechando: que las niñas ya no quieren ser princesas. Y las mandó, años después, a buscarse un perro que les ladrase.
Desde esa perspectiva se entiende que estos días en la ciudad hayan sido vísperas de un festivo, la noche de ayer, en la que habrá tenido la puerta grande que merece su genio. El sábado, exhausto, con el pecho hundido, Sabina dobló la rodilla y pidió perdón. Sintió (rompió a llorar tres veces) y se acercó tanto a su gente que debió de verse por fuera, desde el otro lado del escenario, y tuvo que comprender entonces que aquel hombre repentinamente viejo y frágil, a mitad de camino entre el infierno y el cielo, ya no era Sabina sino una de sus canciones. Se había convertido por fin en lo que escribió, Tirso de Molina-Sol-Gran Vía-Tribunal, y le asaltó el miedo cerval a daños imaginarios, como si un verso se hubiese salido de sitio. No estaba pendiente del trabajo, como Jagger en Londres, sino de olvidarlo, como Jagger en Madrid, y se vació tan rápido que pasó a ser público y canción, todo al mismo tiempo, pero no cantante. Se le cayeron las piernas al suelo, y cuando se retiró pudo haber dicho, a la pregunta de qué iban a cenar hoy, «mierda».

sábado, 13 de diciembre de 2014

Las cafeterías de Rajoy y las nuestras - Lucía Méndez

Las cafeterías de Rajoy y las nuestras - Lucía Méndez

MARIANO Rajoy dice que el fin de la crisis se ve en «las barras de las cafeterías, en las mesas de los restaurantes, en las nóminas de muchos españoles y en el interior de los hogares». Es obvio que Rajoy no frecuenta las cafeterías y restaurantes de mi barrio. En la barra donde yo desayuno me encontré esta semana con una amiga que hace unos años tenía una vida muy confortable y ahora busca un trabajo donde sea y como sea para sobrevivir. En la mesa del restaurante -menú a 10 euros- escuché a los de al lado contar que la chica -30 años, tres carreras y varios másters- tiene una beca de 600 euros y hace el trabajo de jefes que cobran 10.000 al mes. Y dando gracias a Dios. El camarero contó que su primo con un sueldo mísero no enciende la calefacción de casa porque el gas es muy caro. Las «nóminas» no dan para caldear «el interior de los hogares». Son muchas las cafeterías y restaurantes en los que la crisis no es cosa del pasado, sino del presente más presente. El de todos los días.
Mi cafetería es parecida a la que puede ir en San Sebastián esa señora de 82 años que llamó a EL MUNDO ofreciéndose a pagar los 1.300 euros de alquiler social que adeudaba Ainhoa -madre de dos niñas de 9 y 3 años- para evitar el desahucio. Ella ha dicho lo que se escucha en las cafeterías donde no va Rajoy. «No puede ser. Esto no se puede consentir». El presidente del Gobierno lo es de todos los bares, restaurantes y hogares de España. Puede presumir de las barras donde se acodan los que se están recuperando, pero no puede olvidarse de los mostradores donde se sirve café con calamidades, estrecheces, miedos y pobreza. Yde ésos nunca habla.

El economista Raj Patel, en su libro Cuando nada vale nada sostiene que la ceguera de Anton -el enfermo se queda ciego y sin embargo cree fervientemente que puede ver- puede ser un mal que afecte no sólo a los individuos, sino también a las sociedades y a los gobiernos. La gente que padece esta ceguera presenta moratones y heridas a causa de su falta de visión. Pero se inventan historias increíbles para justificar los accidentes sin reconocer la enfermedad. Rajoy cree que ve perfectamente la realidad social. Quiere recuperar a sus votantes sólo entrando en algunos bares. Pero corre el riesgo cierto de pegarse un trompazo por no querer ver las otras cafeterías.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Lage Carreira, Vanessa - Manuel Jabois

Lage Carreira, Vanessa - Manuel Jabois

LOS AMIGOS del colegio son los únicos con los que puedes contar la misma historia mil veces seguidas, una detrás de otra, y quedarte con ganas de la última. Hace poco comí con uno de ellos y regresaron todos los hits de Campolongo, como el de nuestra profesora llamando a la profesora de la clase vecina, muy serena, porque no tenía claro que un número multiplicado por cero fuese cero.
Normalmente estas charlas se van salpicando con cromos de época, nombres populares que habíamos olvidado y que de pronto, al recordarlos, hacen dar un respingo, como Stefan Dörflinger y Golobart, por citar mis últimas adquisiciones. Esta labor arqueológica tiene grados de importancia, y los tesoros más valiosos somos nosotros mismos: compañeros cuya pista perdimos nada más acabar la EGB y de los que recordamos los nombres y los apellidos de memoria, como si fuesen el conjuro de la queimada. Este fin de semana un amigo me envió foto con uno de ellos, al que teníamos desubicado, y empecé a recitar: «Fernández Pernas, Inés; Fernández Touza, Juan Manuel; Fernández Viñas, Blas».
Del colegio hay una especie de valor incalculable que sólo los más románticos recuerdan: los compañeros que se fueron en sexto de EGB, al acabar el segundo ciclo. Y finalmente, casi como gamusinos, esos animales imaginarios que sólo se pueden cazar de noche, están los que se marcharon tras el primer ciclo, en tercero.
Cuando éramos jóvenes, en la época de Facebook, tres amigos creamos una especie de comando dedicado a buscar niños que no habíamos vuelto a ver desde entonces, como si nos hubiese separado la dictadura argentina. Recuerdo la excitación cada vez que dábamos con uno, y ese anuncio a los demás que tenía algo de pasear su cabellera por la tribu.
Un día, por casualidad, en medio de una selva de comentarios de amigos comunes en un muro de Facebook a dos kilómetros del mío, mientras paseaba de madrugada sin nada que hacer, me pareció ver a un gamusino. El chico tenía un nombre tan común que dediqué horas a estudiar su morfología confrontándola con el recuerdo vaguísimo que guardaba, y cuando anuncié a mis amigos que tenía en mi poder a Javier González González, que se había ido de Campolongo en segundo de EGB, salimos directamente a emborracharnos.
La tarea, en tanto que absurda, la fuimos dejando a los pocos meses; parecíamos un grupito de huérfanos. Escandalizado, un fin de año borré mi cuenta.
Hace unos días recibí el mensaje de un amigo para preguntarme si recordaba a dos mellizos, Vanessa y Álvaro, que se cambiaron de colegio de un año para otro. Eran dos hermanos que no podían parecerse menos: Álvaro era alto y de ojos claros (le cantábamos Álvaro Pino / compró una vespino de Os Resentidos); Vanessa era muy chica, morena, y con los ojos achinados, tímidos y oscuros. Era tan pequeña que parecía una mosquita muerta, una de esas niñas que en clase llegan a echarse el pelo sobre la cara para no ruborizarse.

El viernes 28 de noviembre, Lage Carreira, Vanessa, convertida en policía nacional, plantó cara a un atracador en Vigo, le pidió tranquilidad mientras él la apuntaba y terminó enzarzándose en un tiroteo a cara descubierta, sin chaleco. Murió de un balazo.

Moncloa: gata del Vaticano - Raúl del Pozo

Moncloa: gata del Vaticano - Raúl del Pozo

Un amigo que se parece a los que pintó El Greco abandonó nuestra profesión -la más bella del mundo- y, degenerando, llegó al complejo de La Moncloa. Le pregunto si es verdad que el pequeño Nicolás estuvo 60 veces en este palacio, como filtran enredadores de Génova. Contesta que no es cierto y que se puede ver en el registro de entradas y salidas. Le insinúo que quizá visitaba la cafetería de Arturo Fernández y él me desilusiona: la cafetería ya no es de Arturo, que eso fue en los tiempo de Zapatero.
Me interesa saber si en esa ascensión a los palacios del último gran pícaro hubo móviles sexuales. Contesta a bocajarro: «En Moncloa, no; aquí se folla poco». Es decir, se folla menos que la gata del Vaticano. En una divertidísima conversación, el señor de Orgaz me cuenta que no se arrepiente de haber cambiado de oficio, aunque reconoce que hay políticos que tienen tentaciones de dejar de serlo. Pone el ejemplo de una mujer, a la que se le supone mucho futuro político, que tiene un niño de dos años con mucho arte. Esa mujer suele decir: «Yo lo que quiero es ir el día de mañana como madre del artista».
Ese no es el caso de Mariano Rajoy: a pesar de su ínfima valoración en las encuestas, confía en darles la vuelta. En La Moncloa piensan que España no es la M-30, que hay un gran país lejos de esta burbuja de maledicencia y de deslealtad. Mi amigo tira con bala al decir que el PP es más que Nacho, Floriano, Aznar o Esperanza. Le pregunto por qué, si Mariano hace bien las cosas, no lo traga la mayoría silenciosa, cada vez más ruidosa, del PP. Responde diciendo que eso era antes; ahora, la gente en la calle empieza a decir: «Aguantad». En toda España, los dirigentes clave del PP están al lado de Rajoy a muerte.
Le digo que el año que viene será electoral y que los augures de lo fatídico no sólo pronostican la caída del Gobierno, sino del bipartidismo y del sistema. Según mi interlocutor, la calle está tranquila, nada indica que se acerque un periodo prerrevolucionario, nadie habla de república, el partido más radical finge ser socialdemócrata.
Le insisto en que la idea que ronda es la del abatimiento de lo que llaman Segunda Restauración. La primera duró hasta Primo de Rivera, ésta aguanta incluso con una abdicación borbónica. Pero aquella corrupción era naíf si se la compara con la actual: consistía en guardar votos en los pucheros. Ahora, el turnismo se está agotando porque no hay dos partidos de gobierno, sino tres. Los dos partidos de aquella Restauración desaparecieron con sus siglas; los de ahora han perdido la mitad de su electorado. El PP se ha quedado en el chasis.

Si, como declara Rajoy, la economía puede llegar a crecer al 2%, la intención de voto a su partido decrece a más velocidad. Según mi amigo, confían en que el voto oculto sea mayor que el que indican las encuestas. A la ahora de la verdad, saldrán a votar al PP para evitar que el país caiga en manos de una izquierda heterodoxa. El miedo al caos es lo que les va a salvar.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Un cazatalentos y un belén con portera - José Luis Alvite

Un cazatalentos y un belén con portera - José Luis Alvite

Para triunfar en la vida puedes probar suerte con una buena formación académica o cultural, arrimarte a una señora con fincas, hacer un butrón enla sucursal de Banesto o vendiéndole a la televisión por entregas el linchamiento de tus hijos haciéndoles comer con la tabla de multiplicar todos los deberes del colegio. Hay tipos que para asegurarse el futuro,coquetean en oncología con la señora en cuya escuálida geometría puso descaradamente sus ojos la muerte, como hay mujeres que a los hombres lo que les ríen no son sus ocurrencias, sino sus propiedades. Puede ocurrir que la vida se ponga de tu parte sin haber hecho el menor esfuerzo. A mi amiga P. no le iban bien las cosas. Su padre había fallecido, su madre estaba encamada por una enfermedad de la que sólo podría salir embalsamada y la juventud se le escapaba irremediablemente a razón de dos años por cada mes vivido. Probó sin suerte en algunas oposiciones, resistió estoicamente el descarte en dos docenas de trabajos, los que la encontraron demasiado mayor para ser tan vieja y en su mejor racha buscando empleo, rechazó uno en el que pedían "hombre maduro, con coche propio y notable capacidad de liderazgo y sufrimiento", justo la plaza que habría ganado Capone con los ojos cerrados. Entonces pensó qué rumbo darle a su vida. Estaba desesperada. La edad se le echaba encima y a la tercera semana sin depilarse, su rostro era un chucho. La salvación empezó una mañana con tiempo para leer de prestado la prensa en un café. El anuncio, a la medida de una mujer en sus circunstancias: "Se necesitan señoritas de compañía para trabajo confidencial. No necesario inglés, sólo francés y, esporádicamente, griego. Interesadas presentarse al casting con látigo y oraldine". Naturalmente, no se trataba de una oferta para trabajar de animadora cultural en la boite del Vaticano pero como estaban las cosas, valía la pena arriesgar. Mi amiga P. se enfrascó en su nuevo trabajo. A su madre le dijo que le había salido un empleo como degustadora, "pasándole la lengua a los productos de una franquicia del sector de alimentación". En semana y media, mi amiga se había bebido cinco litros de desinfectante para aclarar la voz y evitar perforaciones. Con una cantidad parecida, mi amigo C. acostumbraba a baldear su taller de escayolista. El caso es que P. se levantó inesperadamente en plena caída hacia el abismo, cuando estaba a punto de mear yeso. Me dijo: "Hice bien mi trabajo, eso es todo. A Troy Donahue un director de cine le descubrió el rostro tomando el sol en Malibú. Lo mío ocurrió más cerca. Una noche de jarana, un cazatalentos se fijo en mi pubis. Desde entonces, cielo, mi útero es un belén con portera".