viernes, 13 de diciembre de 2013

Notas muertas - José Luis Alvite

Notas muertas - José Luis Alvite

Del cuaderno de notas que llevaba encima Walter Robinson cuando le encontraron muerto: -Martes, 24. Echo de menos desayunar algo que no esté pegado a la taza. Recuerdo como algo muy lejano el afecto de mi madre, cuando era niño. Pagaría por ver de nuevo la sonriente inflexión de sus ojos al mirarme por las mañanas. Sé que es imposible desandar el tiempo. Ahora mismo a mi madre sólo la sorprendería si le enviase su cabeza por correo. -Miércoles, 25. El fracaso te vuelve invisible. La última vez que me presentaron a una mujer, ella le dio la mano a otro. -Viernes, 7. Una fulana del arroyo se encariñó anoche conmigo. Nos acurrucamos en un callejón y nos intercambiamos las contraindicaciones. Ella me dijo que encontraba encantador el extraño mohín de mi sonrisa. "Nunca vi una sonrisa así", dijo. ¡Maldita sea!, no sé que dirá cuando se me pase el herpes de los labios. -Domingo, 29. Me mudaría a otro sitio si tuviese dinero. En invierno hay que abrir la ventana para entrar en calor y en verano te hierve la orina en la vejiga. No puede ser sano un sitio en el que incluso el agua de la cisterna atasca el retrete. -Lunes, 30. ¡Joder!, leería un libro si viese las gafas. -Martes, 31. Siento como si estuviese pasado de moda. A veces imagino que si me matasen hoy, mi cadáver saldría en el periódico de ayer. -Miércoles, 32. Nada más escribir esta fecha, maldita sea, me ha entrado la terrible sensación de haber vivido el mes más largo de mi puta vida. -Jueves, 2. Me cuesta enderezar el rumbo. Siempre elijo el camino equivocado. -Sábado, 4. Cuando te tiraste 30 años en la cárcel, muchacho, comprendes que una meta en la vida puede ser caminar cien metros en línea recta. -Domingo, 5. Me dejé arrastrar por el vicio, la pereza y la marginalidad. Lo más pesado de mi equipaje son las manos. Y en estas circunstancias, maldita sea, un hombre ha de ser lo bastante fuerte para agonizar disputándole a los buitres su propio vientre.