martes, 3 de diciembre de 2013

El precio - José Luis Alvite

El precio - José Luis Alvite

Cerca del 'Savoy' conocí a un tipo que vendía coches nuevos a mitad de precio. Le pregunté una madrugada en el club cómo hacía para mantener abierto un negocio en apariencia tan ruinoso. Reggie Briscoe tenía otras empresas y repartía entre ellas las pérdidas de la tienda de coches. En realidad la venta de automóviles sólo era una tapadera para sórdidas actividades al margen de la ley. Sus otras empresas prosperaban por que Reggie eliminaba competidores a tiro limpio. A sus rivales del sector del automóvil los suprimía con aquella insoportable caída de precios. Un día me lo explicó: "Asesino a quienes le hacen sombra a mis panaderías, a mis funerarias y a mis bares".Pero yo no acababa de entender cuál era la relación entre su trepidante vida criminal y sus coches a mitad de precio. "Muy fácil -dijo Reggie-. Los vendo a mitad de precio porque llevan un cadáver en el maletero".Desde entones sé que nada de madrugada sale barato. En realidad lo que hay que aprender no es a seducir mujeres o a comprar sicarios. Lo importante de madrugada es saber en qué maletero está el cadáver. Incluso de día a la gente le gustan los muertos. La gente tiene cosas comunes que importan poco y lo que de verdad hace distinta a la gente es la muerte. Lo cierto es que nadie incluye en su biografía las tres comidas del día, sino los episodios distintos, lo peculiar: el asesinato, el robo, el secuestro, la mentira, incluso los sabañones. Con razón una madrugada en el 'Savoy' me dijo el veterano reportero Chester Newman: "No hay que darle demasiadas vueltas a las cosas, muchacho. En realidad, la vida es lo que un hombre hace entre comidas". Recuerdo sus impresiones sobre el horror de la guerra cuando regresó de Corea. Chester Newman escribió en el 'Clarion': "La guerra es un acontecimiento social algo desordenado en el que lo pasas mal, pero conoces gente. Arriesgas la vida, es cierto, pero encuentras cama a mitad de precio, aunque tengas que compartirla con un cadáver. Si sobrevives, comprendes que la guerra sólo es una cosa que estropea mucho la ropa".