domingo, 26 de febrero de 2017

Juegos sexuales de riesgo - Isabel Vicente

Juegos sexuales de riesgo - Isabel Vicente

La imitación de prácticas vistas en "Cincuenta sombras más oscuras"

Los bomberos de Londres han lanzado una alerta entre la población para que dejen de imitar prácticas sexuales vistas en "Cincuenta sombras más oscuras" que anda estos días proyectándose en los cines. Avisan los bomberos de los peligros que conllevan según qué actividades así como el de algunos cacharros usados así a las bravas. Por lo visto, desde 2013, cuando se estrenó "Cincuenta sombras de Grey", el cuerpo de bomberos londinense se ha gastado ya más de 450.000 euros en atender emergencias sexuales y ahora con la segunda parte de la saga erótica, vuelven a sonar los teléfonos en los servicios de urgencias para pedir ayuda ante situaciones de lo más escabrosas. Más de cien personas llamaron porque no podían liberarse de las esposas al no encontrar la llave del candado, que ya hay que ser descuidados, o tener una pareja con dudoso sentido del humor o mucha mala leche que te deje enganchado a la cama. Los bomberos realizaron en este tiempo 810 salidas para ayudar a hombres a quitarse anillos metálicos del pene, y mira que se ha informado del riesgo que conlleva su uso. Y luego están las veces en que tuvieron que ayudar a un hombre a sacar el pene de una tostadora y a otro que había encajado el miembro en una aspiradora y no podía sacarlo. Impagable como tema de conversación en la cena de Nochebuena. Yo no he visto la película pero ¿de verdad alguien mete el pene en una tostadora? No sé.
Si me viera en una situación de ese tipo creo que preferiría que me dejaran ahí de por vida antes que explicarles a los bomberos cómo había acabado en semejante trance sabiendo que durante toda la vida iba a ser el centro de sus burlas cada vez que se juntaran dos en la barra del bar.

Películas y libros como estos de Grey no pueden ser buenos, y no lo digo solo por el coste en las arcas de los bomberos de medio mundo. Ni siquiera por la dudosa calidad literaria o cinematográfica de la saga, ni porque los que somos normalitos en la cama, es decir, la mayoría, nos podemos volver locos intentando imitar las proezas sexuales de Grey y Anastasia y, al final que nos pase como a una chica inglesa, que acabó en la mesa de operaciones porque intentó sacarse un vibrador con las pinzas de la barbacoa. Lo peor es lo de la manía por dominar. Tengo una amiga más que harta de que su pareja le insista para que se deje esposar y recibir azotes "flojitos", convencido, tras ver la película, de que los juegos sexuales sádicos son algo normal aunque ella no sienta ninguna atracción por el masoquismo. De esto también deberían alertar los bomberos. Si no te van estas prácticas, mejor mandar con su madre al Grey de turno.

viernes, 17 de febrero de 2017

Pensiones: nudo gordiano - Amando de Miguel

Pensiones: nudo gordiano - Amando de Miguel

A este paso, en unos pocos años quiebra del todo la Seguridad Social.
En la política abundan los nudos gordianos, que solo se desatan dando un tajo. Este de las pensiones de los jubilados es uno de ellos. Con el esquema demográfico actual carece de solución, aunque solo sea por lo lentos que son los cambios en la natalidad y mortalidad. Ni el gran Houdini podría resolver un asunto tan intrincado.
De momento, resulta un sarcasmo la circular que ha enviado el Gobierno a los nueve millones de pensionistas. Dice fríamente que su pensión va a subir este año (y se supone que los siguientes) un 0,25% como promedio. Al mismo tiempo, las previsiones sobre los precios es que suban más de un 2% anual. Es decir, en términos reales (que es lo que importa) los pensionistas van a cobrar cada vez menos. Y no les da vergüenza a las autoridades escribir una circular como la que digo. Se podrían haber ahorrado la cartita, y así las pensiones podrían haber subido un 0,26%.
Por un lado, la situación es más grave para los jubilados porque sus necesidades aumentan. Lo que antes (ahora se dice "anteriormente") podían ser lujos (calefacción, teléfono, internet, ciertas medicinas y tratamientos de salud), ahora son bienes imprescindibles. Bien es verdad que, por otra parte, muchos jubilados de hoy cuentan con un patrimonio (casa, coche, ahorros) que no tenían sus equivalentes de hace más de medio siglo. Por tanto, se hace difícil calcular el famoso poder adquisitivo de los jubilados, no de las pensiones, como suele decirse. La sensación de la mayor parte de los mayores es que van a menos, se sienten estafados por el Fisco con el oprobioso 0,25%.
La sensación de estafa se redobla al comprobar que el monto de las pensiones se considera una retribución laboral a la hora de gravarla con el impuesto correspondiente del IRPF. Representa claramente una doble imposición, pues en su día los jubilados ya pagaron la retención correspondiente de sus sueldos. Es un caso flagrante de resignación social ante los desmanes del poder.
Nos encontramos ante un problema insoluble por una razón demográfica. Cada vez hay más jubilados y menos empleados cotizantes. A este paso, en unos pocos años quiebra del todo la Seguridad Social. Ya ha ocurrido en algunos países. Da vergüenza de que ahora nos toque a nosotros.
Se ha apuntado la solución de un nuevo impuesto para pagar el déficit actual de las pensiones, que tienen que tirar del fondo de reserva, a punto de agotarse. Estamos ante un claro ejemplo de abulia administrativa. Un sarcasmo todavía más duro sería reducir el monto (ahora dicen "montante") de las pensiones. Me temo que tal medida excitaría un levantamiento popular. Aunque, bien pensado, el pueblo español lo aguanta todo, tan ovejuno ha llegado a ser.
Apliquemos el principio de la navaja de Occam. Es decir, la solución es la más sencilla. Basta con suprimir el principio de la jubilación forzosa a una edad determinada, convencionalmente hasta ahora a los 65 años. Fue una medida que se empezó a adoptar hace más de un siglo por el Instituto de Reformas Sociales, el antecedente del Estado de Bienestar. Pero a principios del siglo XX la expectativa de años de vida al nacer (lo que dicen "esperanza de vida") equivalía a menos de 40 años. En cambio, ahora supera los 80. El cambio ha sido oceánico, pero seguimos con la inercia de la jubilación a los 65.
En lugar de la jubilación forzosa a una edad determinada, debería estudiarse una solución más flexible. Me refiero al retiro voluntario a partir de cierta edad, pero dependiendo del tipo de empleo y sobre todo de las condiciones de salud del interesado. El resultado sería que muchas personas de más de 65 años seguirían trabajando y, por tanto, cotizando. Las condiciones de trabajo son hoy mucho más benévolas que hace un siglo.
Citaré el caso que mejor conozco: yo mismo. Llevo diez años jubilado, después de agotar la prórroga de catedrático emérito. La cual significaba que, con la misma carga lectiva, recibía la mitad del sueldo. Después de mi salida automática del cuerpo de catedráticos de universidad no he dejado de publicar artículos y libros, dar conferencias y demás labores propias de mi condición. No entiendo entonces por qué no se han aprovechado mis capacidades para seguir dando clases. Mi caso podría extenderse a muchos miles de funcionarios.
La idea de una jubilación forzosa por haber cumplido determinada edad representa un grave atentado contra la dignidad humana. Es, además, un despilfarro de los recursos de capital humano. Este es el verdadero nudo gordiano de la Seguridad Social. A ver quién es el valiente que sabe propinarle un tajo.
Lo peor de la jubilación forzosa a una edad es que muchos jubilados se desmoralizan, se deprimen, se consideran inútiles, enferman y adelantan la muerte. Quizá sea la solución inmisericorde el que los jubilados fallezcan antes de tiempo. En cuyo caso se trata de un gran negocio para el Fisco: las cotizaciones pasadas se las queda bonitamente el Estado y, de paso, se ahorra ahora un gasto productivo. La cosa es así de cruel.

Se comprende también que para algunos empleados con algún quebranto de salud el hecho de jubilarse represente una liberación, una verdadero júbilo. Es otra forma de comprender lo injusto que es la jubilación forzosa a una edad. Viene a ser la última variante de la esclavitud, una institución milenaria.

martes, 14 de febrero de 2017

Ese PP del que usted me habla - David Torres

Ese PP del que usted me habla - David Torres

Continuando su implacable lucha contra la corrupción, el PP apareció ayer en el juicio sobre la trama Gürtel. Para ser exactos, apareció quince minutos y luego desapareció. Era la primera vez que un partido político se sentaba en bloque en un banquillo y había curiosidad por ver si enviaban a un conserje, a la señora de la limpieza o al encargardo de las fotocopias. Pero, dada la solemnidad del asunto, el PP llegó quintaesenciado en un abogado, Jesús Santos, que por algo antes era fiscal. Santos se negó por principio a responder cualquier pregunta de la fiscalía: “Esta parte no tiene nada que aportar porque desconoce cualquier circunstancia sobre los hechos que son objeto de acusación por parte del Ministerio Fiscal y el resto de acusaciones”. Es difícil ser más explícito aunque la subordinaba explicativa sobraba: “Esta parte no tiene nada que aportar”.
Para el caso, el PP podía haber enviado de representante a un mago, dejar que el fiscal lo atara con cadenas, que lo encerrara luego en una caja y permitir que declarase tapado con una manta negra antes de esfumarse tras dos pases mágicos y un espectacular redoble de tambor. Lo cierto es que fue un acierto enviar a un abogado en lugar de a una abogada, porque así quedaban desmentidas de un plumazo todas esas falsas acusaciones machistas sobre la mala memoria de algunas mujeres apenas se suben a un estrado. En el PP no sólo no se casan con nadie sino que ni siquiera se acuerdan de con quién se han casado, aunque estén asistiendo en masa a una boda gay. La fiscal advirtió que la negativa a contestar equivalía a una confesión pero el PP hizo oídos sordos, que es la segunda cosa que mejor saben hacer.
Para mantener la paridad y la sordera, al poco rato apareció Ana Mato, que desconocía incluso más circunstancias que Jesús Santos y además las desconocía de primera mano. Sócrates, al menos, sabía que no sabía nada pero en el PP ni eso. Hay que entender ese desconocimiento desde la circunstancia particular de Ana Mato, una señora que no sólo llama a su ex marido por el curioso apelativo de “el señor Sepúlveda” sino que una vez confesó que su momento favorito del día era por la mañana, “cuando veo cómo visten a mis niños”.

Esta última frase resume una ideología, si no las resume todas. “Yo soy yo y mi circunstancia” apostilló Ortega y Gasset, pero sólo porque no conocía a Ana Mato. La llega a conocer, se come la frase y va a buscar a Sócrates para meterle dos hostias. Desde esta perspectiva feudal de la ex ministra -tropezándose con su señor marido en los pasillos y preocupada por que la criada no se equivocase con el abotonado- se entiende a la perfección que con tanto trajín tampoco se enterase de que el señor Sepúlveda andaba pidiendo presupuesto para tapizar el chalé con una tonelada de serpentinas a cada cumpleaños de los críos. También se entiende, más claro que la luz, su gestión al frente de Sanidad. No veía un Jaguar nuevecito aparcado en su garaje, iba a ver ella el ébola.

domingo, 12 de febrero de 2017

El hombre de musgo - Alberto ESTELLA

El hombre de musgo - Alberto ESTELLA

ES perenne, como el musgo de las peñas del entorno, que sirvieron a los bejaranos para mimetizar-se, asaltar la ciudad y expulsar a los musulmanes. Vuelve siempre, con la terca puntualidad del turrón por Navidad o la recidiva de una desapacible patología. Ha vuelto Caldera. El mismo que fue diputado por Salamanca —y Béjar, pero menos— treinta y tres años. Señor, Señor... Ya está aquí de nuevo, don Jesús Caldera Sánchez Capitán, oh capitán, mi capitán, con el musgo marchito. ¿Qué ha sido de su retirada política y su Secretaría del Ayuntamiento de Ávila? Como opinante debería agradecérselo, porque tengo cierta predilección por su tan brillante como inexplicable peripecia política. Me ha protagonizado muchas columnas, sacado de muchos atascos de ideas —él, que tiene tantas—, cuando no sabía o no tenía de qué escribir.
Caldera repite como el ajo, como una pesadilla, como el pimiento del calderillo bejarano. Repite de pensador, que es lo suyo. Es un hombre de intelecto, de vislumbres tan profundos como ignotos. Supongo que habré escrito ya que en el 2002 —Salamanca “Ciudad Europea de la Cultura”— al pasar por delante de la conocida escultura del pensador de Rodin que nos trajo la Caixa, se dice que el entonces ministro preguntó: “¿Quién es ese?”. Se non é vero é ben trovato.
El pensador Caldera, cuya versión local sería el tío “Cavila” del famoso cuento de don Luis Maldonado, en su discreto destino de secretario, no deja de discurrir. Reflexiona tanto que regresa a la actualidad internacional, como vicepresidente de FES ("Foundation for European Progressive Studies”) un laboratorio —¡otro!—, de ideas. Suena más notable en inglés —think tank—, es decir, un tanque de pensamiento, toma higos Pepa que se agusanan. No ha bastado a la progresía nacional e internacional su cosecha de fracasos como res-
ponsable máximo de anteriores fundaciones. La más sonora, la socialista IDEAS (acróstico de Igualdad, Derecho, Ecología, Acción y Solidaridad, qué hermosura), que se sacó de la manga el sorprendente Zapatero cuando le cesó de ministro y le puso al frente. Jesusito de mi vida la montó, capitaneó, manejó a su antojo y es-coñó.
Confesar debo que me cabreé con Cal-
E1 pensador Caldera, cuya versión local sería el tío “Cavila” del famoso cuento de don Luis Maldonado, en su discreto destino de secretario, no deja de discurrir
derillo cuando supe que IDEAS pagaba columnas de opinión a razón de tres mil eu-razos. Con los trienios que yo llevaba en este diario, pedí lo mismo que cobraba la colaboradora, una tal Amy Martin, pero me contestaron que en provincias se pagaba algo menos, y que además se trataba de la mujer del director de la misma Fundación, Carlos Muías, o el propio Muías con pseudónimo. Es decir, un soberano enjuague, trincando al por mayor. Tuve la tentación de intentar fichar por Caldera, echando previamente ceniza sobre mis lomos, en prueba de arrepentimiento de los
arreones que le había propinado, pero supuse que no sería bien recibido. Y aquí sigo, que tampoco el congrio es mal ave. En resumen, Calderillo desprestigió IDEAS hasta que su chiringuito de altos vuelos fue cerrado por orden superior. Hala Jesús, a tu oficio, que —como diría uno de mi pueblo—, has desfarfallado en poco tiempo el invento.
Tampoco bastó con el fracaso de la Fundación Premysa, creada en 2005, que hubo que liquidar hace apenas dos años. La domicilió en Béjar, puso al frente a un primo carnal suyo, se nutrió de subvenciones oficiales... y también la arruinó.
El caso es que esta otra factoría de ideas de la que Calderillo es vicepresidente, organiza en Ciudad del Cabo unas jornadas de reflexión y debate —por supuesto progresista—, en las que va a participar... trémolo, expectación: ¡Pedro Sánchez! Para quitarse el pelo de la dehesa, “el guapo” se va a Sudáfrica, de la mano del bejarano. Y algunos de ustedes se preguntarán: pero coño, en las últimas elecciones para la Secretaría General del PSOE ¿no se opuso a Sánchez? Pues sí, pero el mayor ideólogo que han dado Béjar y su comarca, se alquila al que promete o manda, para permanecer “en el candelabro”: sirvió a González, defendiendo una pulcritud inexistente en aquel final agónico del felipismo, con lodo hasta en el Boletín Oficial y los Huérfanos de la Guardia Civil; sirvió luego a Zapatero en algunas insensateces cuyo rastro aún padecemos; y apoyó al prometedor Madina frente a Sánchez, que ganó la Secretaría General gracias al apoyo de Susana Díaz. ¿Se juegan algo a que el alquiladizo Caldera se pone a disposición de la andaluza cuando se decida a dirigir el PSOE?
Mi duda es si Caldera, al que le pagamos una profesora de inglés durante años, se va a defender en Sudáfrica, porque echó tantas horas que nadie sabe si la teacher era muy mala o el alumno un zoquete.

sábado, 11 de febrero de 2017

Marihuana de Granada. Made in Spain - Javier Carballo

Marihuana de Granada. Made in Spain - Javier Carballo

Las intervenciones policiales localizan las plantaciones debido al olor y a los cortes de suministro que se producen por el alto consumo de electricidad de los pisos invernadero donde se ubican
La mejor. Que nadie tenga dudas: la marihuana de Granada es la mejor de España. Habrá muchas clases de marihuanas, pero seguro que ninguna alcanza el nivel de pureza de la de Granada. Unos dicen que es por el agua de Granada y otros, que lo fundamental es la autovía del 92, que muchos llaman la ‘autovía del hachís’ por la cantidad de cannabis que sube hasta Madrid, hasta el norte del España y, más allá de los Pirineos, hasta algunas de las principales ciudades europeas. Marihuana de Granada. Y aunque digan que es el agua o las carreteras, lo fundamental es España, este país. Ese es el principal ingrediente del fenómeno que ocurre en Granada con la marihuana.
Porque lo que pasa en España, con un guion que cada día escribe Berlanga, no pasa en ningún otro lugar. Imagine una ciudad del mundo civilizado en la que, de forma periódica, se producen apagones de luz que afectan a barrios enteros porque existen tantas plantaciones ilegales de marihuana, y consumen tanta electricidad por las conexiones también ilegales, que colapsan la red eléctrica. ¿Se lo imagina? Esa es Granada. 'Marihuana made in Spain'.

Sucede, además, que al margen de cualquier valoración sobre lo inexplicable de algunas de las cosas que ocurren en España, el dato objetivo que corroboran las fuerzas de orden público es que Granada, en la actualidad, se ha convertido en una de las mayores productoras de cannabis de Europa. Desde que comenzó la crisis, la producción se ha multiplicado de forma exponencial hasta el punto en el que se encuentra ahora: incontrolable. Cada mes, en los periódicos locales aparecen varias noticias de alguna plantación que se ha intervenido, dentro o fuera de la ciudad, y siempre se ofrecen perfiles de ‘cultivadores’ variopintos. Lo mismo se han encontrado cultivos ilegales en chalés de lujo que se ha detenido a un sencillo pastor con la mayor plantación de marihuana aprehendida.
Desde que comenzó la crisis, la producción se ha multiplicado de forma exponencial hasta el punto en el que se encuentra ahora: incontrolable
El centro neurálgico de la marihuana de Granada, de todas formas, no está ahí, sino en el distrito norte, que es donde se ubican los ‘pisos invernadero’ que provocan los cortes de electricidad por los enganches ilegales. La anterior concejal de Medio Ambiente, Telesfora Ruiz, llegó a explicar el problema de esta forma tan gráfica: “Son bandas organizadas que llegan incluso a expulsar a los vecinos de un bloque de pisos para convertirlo en grandes plantaciones. Nos ha dicho Endesa que las instalaciones eléctricas que utilizan (para cultivar la marihuana) tienen un consumo descomunal. Si la plantación es en un solo piso, consume el equivalente a un bloque completo, pero si son varios pisos en un solo bloque, pueden llegar a consumir como una pequeña localidad. Es lamentable, pero es así".
Tan abrumadora es la presencia de la marihuana en Granada que en una ocasión, el diario local, 'El Ideal' de Granada, publicó una carta al director definitiva: “Soy un vecino de Granada residente en el pueblo de Atarfe. No sé si ya estáis al corriente de qué pasa en este pueblo. Muchos vecinos estamos desesperados por la cantidad de marihuana que hay. El olor es tan fuerte e insoportable que se detecta varios kilómetros antes de llegar al municipio, si enciendes el aire acondicionado del coche el olor se queda en los filtros durante días. Y ahora con el frío el hedor baja algo, pero con el calor no se puede ni abrir las ventanas”.
Y no exageraba nada este vecino. En una de las intervenciones policiales que se han dado recientemente, la Brigada de Policía Judicial localizó la plantación por el fuerte olor a marihuana que había. “Un fuerte olor a Cannabis sativa a determinadas horas del día”, decía la nota de la policía. En el interior, uno de esos pisos de la zona norte, se encontraron ocho kilos de cogollos de marihuana y el modelo de producción habitual: 25 lámparas halógenas de alta intensidad, 25 balastros eléctricos y cuatro aparatos de aire acondicionado enganchados ilegalmente a la red eléctrica.
En mayo del año pasado, el popular juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, escribió en su blog: “Me cuentan los que entienden del tema –es decir, los miembros de las fuerzas de seguridad y los propios ‘agricultores’– que en Granada hay tanta marihuana –parece que somos el primer productor nacional de esta droga, lo cual no es para estar orgullosos– porque el agua es muy buena. Pues nada, a ver si las autoridades suben un poco el nivel de cloro y conseguimos reducir los cultivos. Porque esto no es una broma: un kilo de ‘maría’ se paga a dos mil euros y no hay droga más adictiva que el dinero. Así que en Granada hay cientos de personas que oficialmente figuran como desempleados, pero que en realidad se dedican a la ‘maría’. Y eso no es bueno para una sociedad. Se está normalizando el cultivo y el consumo, y pagaremos las consecuencias, porque la marihuana no es una droga inocua ni el dinero tampoco”.
El centro neurálgico de la producción está en los ‘pisos invernadero’ del distrito norte, que provocan cortes de electricidad por los enganches ilegales
¿Y no se desmantelan esas plantaciones ilegales? Pues claro, como se decía antes, de forma periódica aparecen intervenciones de la Policía o de la Guardia Civil desmantelando ‘invernaderos de maría’, pero como explican los propios agentes, al poco tiempo vuelven a la actividad y vuelven a ‘enchufarse’ a la red eléctrica, con lo que el proceso vuelve a empezar: localización de la plantación ilegal, denuncia a Endesa, localización de la conexión ilegal, autorización judicial, registro y detenciones. “Además –aclaran a este periódico en fuentes judiciales– los enganches ilegales son cada vez más sofisticados y cuesta más detectarlos. Estamos ante un problema muy serio”.
Volvemos a las peculiaridades de España. Si todo esto es así, si se roza el ridículo de forma tan visible (el ridículo con respecto al cumplimiento de la ley, quiere decirse), es porque la legislación española ofrece lagunas que aprovechan los cultivadores de marihuana. Lo que señala el Código Penal en su artículo 368 es lo siguiente: “Los que ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otro modo promuevan, favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o las posean con aquellos fines, serán castigados con las penas de prisión de tres a seis años y multa”. Pero en ese mismo artículo, más abajo, se modula la pena y se aclara que “los tribunales podrán imponer la pena inferior en grado a las señaladas en atención a la escasa entidad del hecho y a las circunstancias personales del culpable”.
La batalla por la marihuana vive una oportunidad histórica a la que se suman abogados y lobistas que defienden a los usuarios y a un sector que mueve ya 1.300 millones


Este atenuante final tiene que ver, desde luego, con el hecho de que el consumo de marihuana no esté penalizado y que, en consecuencia, tampoco lo esté ‘de facto’ el cultivo de marihuana en pequeñas cantidades, cuando se pueda demostrar que es para consumo personal. Existen, de hecho, alguna web de venta de semillas que pone a disposición de cualquiera un amplio catálogo de variedades. Gea Seeds es una de esas empresas y en su página web “pone al alcance de todo el sector cannábico sus variedades feminizadas y autoflorecientes de genética extraordinaria; semillas de alta calidad de cosechas recientes, sin acumulaciones de 'stock'”. Y manuales para el cultivo perfecto. Y recetas para hacer 'brownies', bizcochos o aceites de marihuana. ¿Alguien da más? ¿Debería esta realidad conducir a un debate serio sobre la legalización del cannabis? ¿Por el contrario, tendría que extremarse la represión? Esas preguntas se quedan así, abiertas. Y antes de contestarlas, es bueno volver a pensar en lo que ocurre en Granada.

jueves, 9 de febrero de 2017

Teléfono naranja: volamos hacia Trump - David Torres

Teléfono naranja: volamos hacia Trump - David Torres

Nota: Este es un diálogo completamente imaginario, lo cual no lo convierte necesariamente en irreal. Por razones de legibilidad, se han suprimido las intervenciones de los traductores simultáneos y posteriormente también se han suprimido los traductores simultáneos.
-¿Mariano? ¿Te da igual que te llame Mariano?
-No, claro. ¿Puedo yo llamarte Burger King?
-Es Donald.
-Ah, Donald. ¿Con queso o sin queso?
-Mira, prefiero Mariano, si no te importa. Es que Rajoy es muy difícil, tengo problemas con la jota y con esa erre doble vuestra.
-Creo que no es lo único con lo que tienes problemas, jejeje.
-No, la verdad es que llevo dos semanas en el cargo y ya me he metido de lleno en varias charcas. ¿Se dice así? ¿Charcas?
-Charcos, se dice charcos. Pero tú y yo jugamos a lo grande. Mejor charcas, estanques, lagunas, estercoleros. Yo me meto hasta los sobacos, sin pensar. No hay que pensarlo mucho. En la pasada legislatura fui saltando de charco en charco y mírame, oye, me eligen otra vez.
-Por eso te llamaba, Mariano. Mis asesores me han dicho que tengo que hablar contigo, que eres el único dirigente mundial que puede enseñarme cómo caer de pie.
-Bueno, bueno, cuánto honor, Burger, digo Donald.
-No, en serio. Dicen que llevas cayendo de pie décadas. Más o menos desde que hundiste aquel petrolero en la costa gallega.
-Hombre, Donald, que no lo hundí yo. Infórmate un poco.
-No, vale, pero lo de los hilillos fue genial, reconócelo.
-Es un gracejo que tengo. Y buenos asesores. Hay que rodearse de buenos asesores.
-Sí, ya he visto que tienes un equipo cojonudo. Ya quisiera yo un contable como ése que tenéis ahí. ¿Cómo se llama? ¿Bárcenas?
-Yo no tengo nada que ver con ese señor del que usted me habla.
-Pero si le estabas mandando mensajes hasta el último día, le pedías tranquilidad y hasta le decías que hacíais lo que podíais.
-¿Eso lo has leído en un informe de la CIA o en WikiLeaks?
-No, hombre, lo he leído en el periódico. En uno español, creo.
-¿En el Marca?
-Jajajajaja, eres un cachondo, Mariano. No me extraña que te voten a manos llenas. Qué buenos ratos haces pasar.
-No es cosa menor.
-Pues lo que te decía, a ver si me puedes echar una mano y me explicas cómo haceís con los jueces en España. Joder, qué suerte téneis. Yo en Estados Unidos no puedo ni mover ficha sin permiso de un juez.
-Es el político el que elige al juez y es el juez el que quiere que sean los políticos el juez.
-Sí, lo que tú digas. Pero mira lo que me ha ocurrido con lo del veto a los moros en la aduana. Van los jueces y me ningunean. Allí os sale un juez respondón y lo apartáis como a una colilla. Garzón, Silva… Al que se mueve, a la puta calle.
-Hombre, Donald, son los procedimientos democráticos.
-Jajajajajaa, no me hagas reír, hombre, que me despeino.
-En serio te lo digo. Hay que andarse ojo avizor.
-Ya, ya he visto cómo os zumbasteis a quince negros que pretendían colarse por una playa. Así se hace, coño, a tomar por culo.
-Hombre, Donald, fueron quince accidentes.
-Jajajjajajajaa, para, para, que me va a dar algo. ¿Tú también estudiaste inglés con Ansar o Asnar o como se diga?
-Yo tampoco tengo nada que ver con ese otro señor del que usted me habla.
-¿No? Pues creía que te había designado sucesor a dedo.
-Insidias.
-¿Eh? ¿Se te ha metido algo en la boca?
-Insidias. Inventos de los periodistas.
-Ah, los periodistas. Tienes que enseñarme también a hablar con los periodistas. Ya no sé si salir a las ruedas de prensa con Melania o sin Melania.
-Déjate de Melanias. Para hablar con la prensa lo primero que tienes que tienes que hacer es comprarte una televisión de plasma.
-¿De plasma?
-Y bien gorda. La más gorda que tengan. Y cuando haya un lío, te metes ahí dentro.
-OK. Oye, tengo que colgar, que vienen los peluqueros a arreglarme el tejado.
-Pues nada, Donald, un placer.

-Y en cuanto a Bárcenas, si no lo quéreis allí, me lo mandas. Lo pongo a dirigir Wall Street y nos forramos.

lunes, 6 de febrero de 2017

De otro mundo - Tino Pertierra

De otro mundo - Tino Pertierra

Virginia: "Tal vez sea una extraterrestre. Eso explicaría muchas cosas que no entiendo. Y no será porque no lo intente. A tozuda no me gana casi nadie. Mi condición alienígena me ayudaría a aclarar todas las dudas que se abalanzan sobre mí desde que abro los ojos hasta que los cierro. Me siento más confiada y lúcida mientras sueño que cuando estoy despierta.
Incluso las pesadillas me parecen más lógicas que mi vida real. Ir por la calle me pone ya en estado de alerta. Aceras que los perros ensucian sin que sus amos se molesten en limpiarlas. Bolsas de basura rodeando las papeleras porque quienes las llenaron carecen del menor sentido de civismo y priorizan su comodidad por encima de los derechos ajenos. Brutos al volante que desprecian los pasos de cebra, se ríen de los semáforos, ponen el volante a rugir como si se sintieran más machos al hacerlo. Voy a misa y me encuentro con hipócritas que acuden a rezar para que los vean o porque piensan que así limpian su alma y la tienen libre de nuevo para volver a ser intolerantes, egoístas, mezquinos y crueles. Me meto en un cine y nunca fallan los que comen palomitas con la boca abierta, o succionan el refresco a todo volumen, o hablan en voz alta, o consultan su móvil o sueltan sus gracietas creyéndose los más ingeniosos del mundo. Enciendo el televisor y nado de canal en canal huyendo de profetas indocumentados, talibanes de la política, listillos de baja estofa, famosetes de medio pelo, jovenzuelos que sueñan con ser millonarios por la cara.

Entro en la redes sociales y me salpica la mala uva, me mancha la mugre de quienes no toleran los gustos ajenos, me ensucian los ataques anónimos de quienes se mueven en el pozo negro de la calumnia y el insulto. Apago todo, pero del piso de arriba me llegan los berridos del vecino que está viendo un partido de fútbol y descarga sus frustraciones lanzando estiércol por la boca contra el árbitro y los jugadores rivales. Me pongo los tapones en los oídos, me acuesto, cierro los ojos y rebusco en mi memoria algún momento del día en el que no me haya sentido extraterrestre en un mundo hostil. Seguro que tiene que haber alguno. Seguro. Seguro. Segu...".