lunes, 31 de enero de 2022

Bancos inhumanos - Pablo Montes

Bancos inhumanos - Pablo Montes

Carlos San Juan es un médico valenciano jubilado de 78 años que ha puesto en marcha una campaña que ya tiene el respaldo de más de 500.000 firmas. Bajo el lema “Soy mayor, no idiota”, quiere alzar la voz contra el trato inhumano de las sucursales bancarias. Denuncia que casi todas las gestiones son telemáticas y eso aparta a los mayores de un servicio básico. “No paran de cerrar oficinas, algunos cajeros son complicados de usar, otros se averían, nadie resuelve tus dudas y hay gestiones que solo se pueden hacer online”, lamenta Carlos. Su reivindicación ha puesto de manifiesto una lacra que se ha acentuado con la excusa de la pandemia. Algo tan sencillo como poner al día la libreta de ahorro, obtener dinero en efectivo o solicitar información sobre la domiciliación de un recibo se ha convertido en una misión imposible, especialmente en el medio rural. Este abandono cruel y despiadado que los bancos están perpetrando con la connivencia de las instituciones y basado en el criterio de rentabilidad, es una puñalada más a nuestros pueblos. Me repatea que los gobernantes dediquen grandilocuentes discursos a la lucha contra la despoblación cuando la receta es muy sencilla: servicios, servicios y más servicios. Me importa un carajo que sean deficitarios. También lo son algunos inútiles que pululan por muchas administraciones, que difícilmente saben leer y escribir y en cuyos vocabularios no están expresiones como “gracias” y “buenos días”.

El jubilado valenciano solo pide una cosa a los bancos: humanidad. No es demasiado, teniendo en cuenta que muchos de ellos se beneficiaron de un rescate con fondos públicos, otros nos engañaron con el fraude de las preferentes y las cláusulas abusivas de las hipotecas y la mayoría nos fuerza a depender de ellos porque las instituciones, las aseguradoras y las compañías eléctricas penalizan a aquellos que no tienen domiciliados sus recibos. Puesto que estamos sometidos a su ‘dictadura’, no es mucho pedir que el trato hacia sus parroquianos sea digno.

Tengo el orgullo de ser hijo de un empleado de banca de los de antes. De aquellos que conocían el nombre y apellidos de todos sus clientes. Que sabía quiénes eran sus hijos, cuál era su dirección completa y la gestión que iban a hacer sin tener que preguntarles. Mi padre fue director de la modesta oficina de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca en La Vellés. Cuando finalizaba su jornada laboral, comía deprisa y corriendo para coger el coche y recorrer todos y cada uno de los pueblos de La Armuña. Muchos días no llegaba a casa hasta medianoche. No le importaba tener que ir a hacer la declaración de la Renta a un vecino de Arcediano, llevar dinero en efectivo a otro de Tardáguila o acercar el papeleo del seguro agrario a un labrador de Palencia de Negrilla. Es la humanidad de la banca elevada a la enésima potencia. Algo que, por supuesto, va en la honradez y la profesionalidad de una persona, pero también en una filosofía que imprimía en aquel momento un hombre como Sebastián Battaner.

Obviamente los tiempos han cambiado. Muchas entidades han mandado a casa a cientos de empleados y las condiciones laborales han mermado. Pero, sobre todo, ha irrumpido una tecnología que ha traído unas ventajas innegables, pero al mismo tiempo ha dejado fuera de juego a una parte importante de la población. Si queremos ventanillas telemáticas, deberemos apostar por una alfabetización digital de nuestros mayores como ha hecho de manera ejemplar Estonia. Mientras tanto, no podemos exigirles que se adapten a los cambios si no les damos las herramientas para hacerlo. Desde formación hasta una buena conexión a internet.

Una sociedad que aparta a los que sobrepasan una determinada edad es una sociedad enferma y, por desgracia, en muchos bancos, ya ha calado ese virus.

domingo, 30 de enero de 2022

El show de Revilla - Alberto García Reyes

 El show de Revilla - Alberto García Reyes


¿Merecemos la matraca del presidente de Cantabria opinando de todo en la tele? en los eriales del analfabetismo, de manera que el presidente de Cantabria arenga a la gente desde la atalaya del tuerto en el país de los ciegos. Es decir, nos toma por tontos. Sin embargo, por alguna causa misteriosa que tal vez merecería un programa especial de Íker Jiménez, las televisiones le conceden un espacio incomprensible salvo que los datos de audiencia confirmen que, efectivamente, somos tontos. Yo me siento invadido, incluso ultrajado, cada vez que me topo con sus sermones pasiegos en alguna de las muchas cadenas que le dan cuartelillo. No entro en la decisión de los cántabros, que lo han elegido como presidente. El que la lleva la entiende. Y estoy seguro de que los montañeses están bien autorretratados por su paisano Gerardo Diego: «Todo lo que llevo dentro está ahí fuera». Los habitantes del paraíso se equivocan menos que los del infierno. Pero desde la lejanía enamorada me cuesta asimilar la omnipresencia de este opinador tan primario y siempre que su matraca oratoria se cuela en mi salón me hago la misma pregunta: ¿nos merecemos este castigo?

El locuaz Revilla sabe de todo. Es el comodín de los platós. Lo requieren desde las televisiones como reputado analista de la pandemia, de las erupciones volcánicas, del conflicto de Ucrania, de las elecciones en Castilla, de la economía mundial, de la estrategia de Biden y de lo que te rondaré, morena. Y todas sus reflexiones se cocinan a la sal gruesa. Pero ahí está el tío con su pinganillo siempre de guardia dispuesto a comentar lo que se le pregunte a cualquier hora. Sin miedo a desangrarse por la boca. El otro día se sacó de la manga en una de sus intervenciones de plasma una teoría sobre el Covid propia de un santero. Primero se preguntó «por qué carga más el virus en la zona que procede del viento nordeste». Y luego se respondió a sí mismo con inapelable autoridad: «Es el viento quien trae el virus y como el nordeste viene de Europa, que es una zona más poblada que los vientos que vienen del Atlántico, que tienen que pasar por el mar, por eso a lo mejor carga más en las zonas cuyo viento viene de zonas muy pobladas». Estas declaraciones, anacolutos aparte, han contribuido a convencerme de que ‘Sálvame’ es un programa cultural si se compara con el show de Revilla. Con lo que me pirran la anchoas y los sobaos, estoy a punto de cogerles tirria por culpa de la incontinencia verbal de este juglar ubicuo que me arrastra a una insistente cavilación: poco nos pasa.

El último pícaro (de momento) - José María Carrascal

 El último pícaro (de momento)  - José María Carrascal


¡Menudo negocio hemos hecho los españoles con este sujeto! Claro que nunca hemos tenido buen ojo para elegir a nuestros dirigentescuando el mayor caso de corrupción en la España democrática fue protagonizado por su partido, que se pulió más de 700 millones de euros en algo tan patriótico como llevarse a casa dinero «bastante para asar una vaca», según la madre de uno de ellos, drogas de todo tipo y juergas en puticlubes. Dinero europeo para aliviar a aquellos parados como el que ahora recibe de Bruselas. Y encima se escandaliza porque el PP advierte que no ocurra lo mismo con los fondos que está recibiendo. Todo ello con un solo objetivo: que le permitan seguir gobernando. ¡Menudo negocio hemos hecho los españoles con este sujeto! Claro que nunca hemos tenido buen ojo para elegir a nuestros dirigentes, tal vez por pensar más en qué puede favorecernos que en el bien del país. Pero ésa es otra historia.

No hace falta que nombre al protagonista de ella, pues está en la memoria de todos por sus apariciones en televisión y no acertar nunca ni disculparse por ello. Pero que los retrata.

Personajes como él abundan en todas las capas de nuestra sociedad y literatura, hasta al punto de haber creado un género: la novela picaresca. Todos hemos conocido a alguno e incluso puede que hayamos sido víctimas de sus falacias y encantos, pues suelen ser individuos simpáticos, atractivos, capaces de hacer pequeños favores siempre que estés dispuesto a hacerle a él uno grande. El primero que conocí fue un tipo de buena planta que poniendo la mano sobre la cabeza de uno de los niños que había por allí decía muy serio mirando a los ojos del portero del campo de fútbol local: «Viene conmigo», y pasábamos los dos como si fuera el gobernador civil. Es lo que Pedro Sánchez debe decir a sus ministros y ministras cuando les encomienda una misión kamikace. Una de las cosas que lamento de morirme antes que él, al ser bastante mayor, es no poder leer sus memorias. Aunque estos individuos no suelen tener memoria. Pero alguno o alguna se las escribirá. Como todo.

sábado, 29 de enero de 2022

Repoblaciones - Alberto Estella

 Repoblaciones - Alberto Estella


NO pienso leerlos, pero estoy seguro que todos los programas electorales prometen repoblar Castilla y León. Con lo que les costó a los Reyes cristianos durante la Reconquista, o tras echar al moro, otorgar repartimientos, donadíos, cartas pueblas...fomentando la ocupación de territorios despoblados, las tierras yermas. Entonces no daban cheque-bebé, pero podían caerte mil hectáreas de recompensa. Era un tema que le fascinaba a nuestro catedrático de Historia del Derecho, Ignacio de la Concha. A nosotros nos apasionaban más las películas de los repobladores del lejano Oeste americano, con sus indios y vaqueros.

Leyendo la historia de muchos de nuestros pueblos, constatamos su origen medieval y asistimos a su progresivo abandono. Peñaranda nació en lo que se llamaba “tierra de nadie”, repoblada en los siglos X y siguientes por los Reyes leoneses. Es de las poquísimas poblaciones que ha logrado mantenerse, incluso crecer, a pesar de la explosión del polvorín, y de que ya no fabrica zapatillas. Pero los pueblos limítrofes han perdido casi la mitad de sus vecinos. Mientras una familia carezca de escuela, médico, internet, coche de línea, y cajero, ¿qué le estimula para seguir allí? Vende lo que tiene y se va donde encuentre tan elementales servicios. ¿Les van a salvar ahora los políticos de todo eso? El socialista Tudanca dice que él lo conseguirá - ¡sietemachos! -, y además en un verbo. Tururú.

El primer Repoblador (Dios), aseguran que hizo a Eva de una costilla de Adán, sin permiso de Irene Montero. Le dijo a Noé y sus hijos que fueran fecundos y se multiplicaran, que llenaran la tierra. Nos acercamos a los siete mil millones. Sucede que hay cosas que impiden la procreación, como es un pene, ay, torcido o en gancho. Nos lo recordó trasantier en estas páginas, la doctora María Fernanda Lorenzo. La cifra de los varones que sufren disfunción eréctil, “un impacto salvaje” es ¡el 19%! Es decir, una quinta parte de los machos tienen dificultades para empotrar o embuchar (menuda diferencia). Uno es de la época que eso se intentaba arreglar con un implante de costilla, aunque el hombre es el único ser que nunca tuvo hueso ahí. Un salmantino notable en trance de boda, ya maduro, acudió para disponer de herramienta adecuada a una clínica americana. Le sucedió lo que a la princesa Mafalda de nuestra Catedral, que “finó por casar”, o sea, palmó. Afortunadamente se ha ido de la costilla a la esponjilla, y las prótesis peneanas actuales son más sofisticadas y funcionan. Hay que pulsar un botón en el escroto, como si fuera un ascensor, que lo es, y el ciruelo cavernoso se infla y se pone al punto. Se practican con éxito en Salamanca gracias al Servicio de Urología – mi aplauso -, incluso con televisión en directo para el alumnado. Los operados ya pueden repoblar sin dolores ni intentar números circenses.

Uno ha conocido la repoblación forestal (el innombrable plantó pinos a millones); la de alevines de tencas en las charcas; y la cerebral. Si, porque un profesor de Psiquiatría que anduvo antaño por Salamanca, el doctor Llavero (que, como ya es habitual, no he encontrado en mi biblioteca) escribió un libro titulado “La repoblación cerebral en España”. Hoy se trasplantan corazones de cerdo – y pedacitos, como el mío -, pero es imposible un trasplante de cerebro. Sin embargo, un italiano, Sergio Canavero (se non e vero, e ben trovato) estudia ¡el trasplante de cabeza completa! Presume de haber tenido éxito con monos. Todavía no está en la cárcel.

Al columnista le bastaría con que a los castellano-leoneses, a los españoles todos, nos repoblaran de sentido común. Que su siembra comenzara en la escuela y en el entorno familiar, y colonizara las testas de los que nos gobiernen. ¡Fuera descerebrados! Que de cada diez cabezas (siempre Machado), dejen tranquila la única que piensa, y colonicen las nueve que embisten. Porfa.

miércoles, 26 de enero de 2022

Mayores, no idiotas. Incluso listos - Alberto Estella

Mayores, no idiotas. Incluso listos - Alberto Estella


Desayunaba temprano en el restaurante del Hotel de Huelva, cuando entró el rector de la Universidad de verano de La Rábida – donde asistí a alguna conferencia -, Juan Velarde. Su currículo es el de una figura de las Ciencias Económicas, y actualmente preside la Academia de Ciencias Morales y Políticas. Aquel sabio se acercó con sus gruesas lentes a la máquina del café, intentando servirse. Observé cómo se agachaba sin pulsar botón alguno. Miraba por todos lados, incapaz de descifrar los letreritos y dibujillos de instrucciones, para conseguir su ansiado primer café. A falta de camareros, acudí en su socorro y me lo agradeció con sus exquisitos modales. Aquel día de los setenta, no pensé que, pasado el tiempo, yo mismo sería víctima de los que Umbral llamaba chismes, de la incapacidad para manejar los aparatos que nos cercan, y de usar los servicios que se nos ofrecen.

El urólogo y cirujano Carlos San Juan, valenciano de casi 80 años, lo ha sufrido en su relación con los bancos. Dice, con razón, que se han olvidado de los mayores, que no somos diestros en internet. Estábamos acostumbrados a tratar tú a tú con seres de carne y hueso, usualmente amables, que han desaparecido de las entidades financieras. Él ha montado una plataforma precisamente digital, para que tengan piedad de nosotros y en un solo mes ha conseguido 350.000 firmas.

Aunque CSJ delata a los bancos, su plataforma puede ampliarse a toda clase de empresas de bienes y servicios, entre cuyos potenciales clientes un tercio sabe leer y escribir - incluso han sido y son figuras en su profesión -, pero son incapaces de averiguar las minúsculas palabras del folleto de instrucciones, y con lupa, ni entienden los dibujos, ni aciertan a descifrar los pasos a seguir, ni comprenden la pésima traducción, ni poseen la elemental herramienta. Los mismos mandos de los televisores, todos diferentes, con pequeños pulsadores de colorines y abreviaturas, situados en lugar distinto del anterior modelo, para jorobar al mayorcito de turno, que acaso fue científico excelente, y a falta de un hijo o un nieto que le ilustre, se convierte en consumidor estupidizado. ¡Ah, los tiempos del dependiente comprensivo, de la cajera encantadora, del teléfono al que respondía siempre una voz humana, no grabada! De pura desesperación, he visto arrojar teléfonos, tras intentar hablar con entidades cuyos “operadores están todos ocupados”; otros que te rebotan a su página web; y te mandan de la Ceca a la Meca, cuando no cuelgan. Las modalidades de la desatención son innumerables y los mayores – que no somos idiotas - incluso hemos sobresalido en alguna compleja tarea -, soportamos esa desolación. Hoy, aprendes a escanear un código QR, o estás jodido.

Obsolescencia programada - Roberto Mayado

Obsolescencia programada - Roberto Mayado


Saben ustedes cómo se jerarquizan las manadas de lobos? Protegen a los ejemplares de mayor edad, a los que colocan al frente del grupo para que marquen el ritmo y evitar así que les ataquen si quedan rezagados y desprotegidos. Ese comportamiento innato y natural muta cuando hablamos de los humanos, cada día más deshumanizados. La tendencia a mercantilizar todo comportamiento desvía el foco de los no consumidores, de los que no son rentables, y el sistema les deja aparcados, aislados y sin mucha capacidad de reacción. Obsolescencia programada humanoide.

Ejemplos los encontramos a cientos en el día a día, pero quizá uno de los más ingratos es el de la brecha digital que sufren nuestros mayores con los negocios que se han entregado con pasión, ardor y sin mucho miramiento a las nuevas tecnologías. Los primeros en la lista, los bancos. Se multiplican las APPs de entidades bancarias en las que te controlan hasta el ritmo cardiaco para venderte un seguro de salud, pero hacer un ingreso en la oficina del barrio se convierte en un deambular sin rumbo fijo con la cartilla de ahorro en la mano. Un ejército de mayores incomprendido y traicionado.

A muchos, en los pequeños pueblos, ya no les queda ni la sempiterna oficina de la Caja de Ahorros. Esfumadas en procesos de fusión, absorción o liquidación, ya ni los cajeros automáticos van sobreviviendo en un devastado paisaje rural. Y con tres de cada cuatro mayores de 75 años sin saber manejarse en internet, solo les queda la alternativa de tirar de vecinos, hijos o nietos, que se cobran la ayuda en forma de megas gratis. Hasta la sisa ya no es lo que era.

Ahora, hay un jubilado valenciano de 78 años que ha sumado casi 400.000 firmas para exigir una atención humana en las sucursales bancarias. Mucho me temo que, al margen de la habitual reacción cosmética e ineficaz de los políticos, la petición no vaya a colarse en el orden del día del Consejo de Administración de los grandes bancos, gobernados por algoritmos en los que la rentabilidad es el antónimo de humanidad. Que se lo pregunten también a sus trabajadores, atiborrados a Lexatines a la espera de la prejubilación.

Y la misma historia se repite con aseguradoras, empresas eléctricas y hasta la administración, en lo que ya puede considerarse como el ‘rizo del rizo’ de la perversión burocrática, obligar a la población a realizar trámites telemáticos cuando ni están preparados ni existe cobertura digital plena. La velocidad de transformación de la sociedad actual origina desigualdades más allá de las económicas, y las tecnológicas son el paradigma de ello. Y eso, sin entrar a analizar cómo los departamentos de recursos humanos desechan la experiencia como valor económico. Y así nos encontramos con cerebros perfectamente sanos, en plenitud de sus facultades, descartados por su edad, sin más criterios. Una injusta obsolescencia programada.

viernes, 21 de enero de 2022

A Juan Carlos I - José F. Peláez

 A Juan Carlos I - José F. Peláez


Tú vuelve. Que el olvido no gane la partida. Que la historia no muera en el silencio. En medio de la noche y de la prensa, veo tu última foto, Majestad, helada por el frío del desierto, observo tus dos metros sostenidos por dos manos anónimas y tristes. Son manos ajenas, muy lejanas, son manos del destierro y del olvido. Vuelve pronto, Majestad. Tú vuelve. Te odiarán, nos odiarán, nos odian. Te imagino en mi infancia sonriendo, llamando a la casa de Delibes, hablándole de nietos y de libros. Te recuerdo orgulloso en Barcelona, asombrándole al mundo aquel verano. Yo aún me emociono si lo veo, y creo que les pasa a otros tantos. Tocamos este cielo

 con las manos. Dejamos en la historia y en las nubes la marca de las huellas dactilares.

Ahora quieres volver a nuestra tierra, la que huele a jazmín y a garrotazos, la España de la vida y de la muerte. Vuelve pronto, Majestad. Tú vuelve. Pondremos las sordinas a los necios, que no tapen con su odio la alegría. Te quieren ver morir en el exilio, te quieren ver llegar en una caja, envuelto en la bandera que desprecian. Y entonces rasgarán las vestiduras, girarán su cabeza hacia la nada. Y dirán: «mirad, ahí va un hombre bueno». Callarán los enfermos de vergüenza. Y habrá ganado así la España negra, la España del rencor y de la envidia, la España del horror y del desprecio, rota como el final de un lunes triste. No importa, da igual. Ya da igual todo.

Pero hay otra España dentro de España, una matrioska llena de alegría que no quiere olvidar de donde viene. Has de pasear Madrid con tus bastones y caminar en mayo hacia el albero. Te aplaudieron, te aplaudirán, te aplauden. Vuelve pronto, Majestad. Tú vuelve. Se romperán las manos los abriles y en cada calle un hombre agradecido recordará a sus nietos lo que hiciste. Lo del golpe, la paz, la democracia. Lo de la transición y la reforma. La manera que tenías de sonreír o dar la mano al último paisano. Cómo el mundo, al fin, nos respetaba. Nunca se vio un mejor embajador. Pero de eso hace ya muchos veranos.

Te quisiste ir, te ibas, te fuiste a un pueblo muy lejano y petrolero. No digo que esté mal esa piscina ni que falten el afecto o el respeto. Pero tus últimos días has de vivir mirando las heladas de este marzo, y ver que viene y va la primavera, o soñar que mereces el verano. Haz la maleta, elígete un bastón, arruina su concurso de epitafios. Los que te quieren, te quisieron ayer. Los que te odian hoy, te odiarán mañana. El final de esta historia no está escrito y no puede acabar con un olvido. Si así pasara un día, de repente, y España se enterara que te has ido, lloraría sus penas y sus culpas por no haber sabido gritar a tiempo, por no hacer oídos sordos a los necios. Vuelve pronto, Majestad. Tú vuelve. Te abrazarán, te aplaudirán, te extrañan. Es hora de acabar con la distancia y escuchar el estruendo cariñoso de un país que agradece tus esfuerzos. Disculpa el tuteo y la insistencia, pero alguien debería recordarlo: vuelve pronto, Majestad. Tú vuelve. Que el olvido no gane la partida. Que la historia no muera en el silencio.

lunes, 17 de enero de 2022

El 4-M de Fernández Mañueco - Editorial ABC

 El 4-M de Fernández Mañueco - Editorial ABC


La agresión de Alberto Garzón al sector ganadero no ha profundizado diferencias entre partidos, porque estas ya venían siendo muy profundas y muy a favor de los populares El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, dijo que quería llevar a Castilla y León las políticas de su colega madrileña, Isabel Díaz Ayuso. No va mal encaminado, porque puede encontrarse con un escenario ‘madrileño’ tras las elecciones del 13 de febrero si se confirman los resultados de la encuesta de GAD3 para ABC. El candidato popular obtendría entre 38 y 39 parlamentarios, que sumarían más que los 35 o 36 del resto de formaciones de izquierda -PSOE y Unidas Podemos- y localistas -Unión del Pueblo Leonés y Soria Ya-.

Con estos números, Vox vería que su éxito electoral, al pasar de 1 a 9 escaños, no tendría el efecto de forzar su entrada en el Gobierno autonómico, porque bastaría su abstención para la investidura de Fernández Mañueco.

Una primera lectura del sondeo demuestra que las perspectivas electorales de los partidos apenas han sufrido cambios desde diciembre de 2021, lo que quiere decir que la polémica sobre las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, no han tenido el efecto sísmico que se preveía.

Podrá tenerlo en cuanto empiece la campaña y PSOE y Unidas Podemos sigan exhibiendo sus contradicciones, pero la encuesta de GAD3 no refleja alteraciones sustanciales de la estimación de voto. Y el único movimiento que se detecta en el último mes es el que ya venía apreciándose antes: el PSOE sigue bajando, el PP sigue subiendo, Vox se consolida, Ciudadanos desaparece -o casi-, Unidas Podemos se mantiene y el localismo apenas suma, porque la formación Por Ávila pierde su escaño para que lo gane Soria Ya, y UPL suma uno al que ya tenía. La agresión de Garzón al sector ganadero no ha profundizado diferencias entre partidos, porque estas ya venían siendo muy profundas y muy a favor de los populares. A lo sumo, ha agudizado las que había entre socialistas y comunistas, con un probable efecto de repliegue identitario entre los votantes de la formación morada, temerosos de ser arrastrados por la crisis electoral del PSOE. Pedro Sánchez se asoma a otro fracaso territorial ante el PP, tras Galicia y Madrid, que le señalará con el dedo, porque el candidato socialista, Luis Tudanca, es su candidato y no ha hecho que el PSOE remonte, más bien lo contrario.

Es, en efecto, un buen escenario ‘madrileño’ para Fernández Mañueco, que se acerca a la mayoría absoluta antes de haber empezado la campaña y, en todo caso, a una mayoría tan amplia que transferiría la presión a Vox, enfrentado al dilema de abstenerse, y facilitar otro mandato a Mañueco, o de votar en contra del popular y forzar nuevas elecciones. Lo cierto es que la mayoría parlamentaria que anticipa la encuesta es conservadora. La suma de PP y Vox, haya o no acuerdo, refleja una mayoría social inequívoca, con una proyección en la Cámara autonómica inatacable por el retroceso de la izquierda y el fracaso de la ‘España vacía’ que tanto ilusiona al PSOE como drenaje de votos del PP. La desaparición de Ciudadanos sigue el guion de su crisis en la Comunidad de Madrid, fruto de su pérdida de identidad política. Ahora bien, los populares cometerían un grave error si dieran por ganadas las elecciones con el margen que augura la encuesta de GAD3, porque hay un amplio porcentaje de ciudadanos de Castilla y León que no saben seguro si acudirán o no a votar el 13-F. El PSOE desplegará todo su arsenal de medios y fondos europeos, y veremos una sucesión de Consejos de Ministros en los que Castilla y León seguro que cobra un protagonismo inédito.

sábado, 15 de enero de 2022

Indignos herederos - Alberto Estella

 Indignos herederos - Alberto Estella


EL jueves llegó al Centro de la Memoria Histórica de Salamanca el legado de Marcelino Camacho y su compañera Josefina Samper. Está compuesto de un archivo de nada menos que diez metros lineales, más libros, revistas, folletos, etc. Muy interesante para estudiosos de la transición. Pero a mi juicio el verdadero legado de Marcelino Camacho no es el documental, sino el humano, su coherencia ideológica, su lucha contra la dictadura, pasando incólume por campos de trabajos forzosos y cárceles del franquismo. Reduciendo ese legado a una sola frase, es la que emocionadamente pronunció en las Cortes Constituyentes en defensa de la Ley de Amnistía (de amnesia, olvido, perdón), en nombre de los “perdedores” de la guerra incivil: “Hemos enterrado nuestros muertos y nuestros rencores”. Era el legado de un luchador histórico a las siguientes generaciones de comunistas, que dieran por sepultados los resentimientos. Los comprensibles odios de los vencidos hacia los vencedores, habían sido generosamente inhumados. En suma, se imponía al fin la concordia. ¿Hermoso, verdad? Sucede no solo que faltaban por enterrar dignamente a las víctimas arrojadas a las cunetas, sino sobre todo que los legatarios, los nietos (que no los hijos) de quienes lucharon por la República, han rechazado esa disposición —que llamaré testamentaria—, del ejemplar soriano. Han desenterrado el rencor, el odio, y hemos vuelto a las dos Españas.

¿Y quiénes son esos nietos que han aborrecido el legado de Camacho, Carrillo y algunos otros? Les trae al pairo todo, la peluca de Carrillo, o la bandera tricolor que cubrió el féretro de Azaña, por citar dos ejemplos de los que atesora el Archivo histórico salmantino. Ellos no estaban allí, no tienen estirpe, son Adanes en su figurado paraíso. Tampoco conocen el hermoso discurso de aquel presidente de la República, que concluye sosteniendo que los muertos de la guerra fratricida nos dicen a todos los españoles, incluidos ellos: “Paz, piedad y perdón”. Son los que nos quieren vender su sectario relato de nuestro pasado. Como ejemplo local, elevar a los altares al comunista y mediocre poeta salmantino Marcos Ana, por haber pasado media vida en las cárceles, pero silenciando o negando los crímenes que le llevaron a la pena de muerte (conmutada).

He conocido como persona, y como abogado, a herederos que no respetaban los legados dispuestos en el testamento por su padre fallecido, deshonrando la memoria del causante. Y también a quienes desconocen o reniegan del ejemplo de grandeza de sus mayores. Son indignos herederos de quienes, sufriendo, les precedieron. Es el caso de esos españoles, que ni siquiera quieren serlo, para los que la patria y su bandera estorban; el himno, una “cutre pachanga fachosa”; para los que la Monarquía borbónica reina gracias a Franco; quienes desprecian lo mejor de nuestra herencia material e inmaterial; los que siendo usualmente anodinos o ceporros, quieren imponernos su fracasada ideología, con cien millones de muertos; esos para los que quienes no pensamos como ellos, somos despreciables fachas; quienes serían capaces de dinamitar los pantanos por haberlos inaugurado el llamado caudillo (Dice un amigo que quieren ¡ganar la guerra!).

Estos sembradores de rencor, que ya están en el gobierno y tienen abducido a Sánchez, ¿quiénes son, qué han hecho en su vida, qué currículo pueden exhibir? No es que no hayan corrido delante de los grises, ni pisado una Comisaría, como presumían en la transición algunos meritorios, mintiendo. Es que insultan y dan coces a los policías nacionales. ¿Pero qué profesión tienen? Cajera, reponedor de supermercado, trabajar en “la pesoe”, un mini máster con diploma, una tesis plagiada... Su incompetencia les acaba delatando, mientras destrozan este país.

Vino a “recoger” el legado de Camacho, la vicepresidenta comunista Yolanda Díaz. Declaró que ella era “una buena persona” (¡), se puso la mascarilla, “fuese y no hubo nada”. Ya en Madrid, volvió a su trinchera de rencor exhumado, insepulto.

miércoles, 12 de enero de 2022

Gripalizar’ por decreto - Ignacio Camacho

 ‘Gripalizar’ por decreto - Ignacio Camacho


Tratar el Covid como una gripees volver a lo que el Gobierno hizoal principio con el resultado por todos conocid de fijarse en la tasa de incidencia para centrarse sólo en los ingresos hospitalarios. Esto se lo deben de haber aconsejado los expertos que le asesoran, ese comité inexistente donde todos sus miembros se llaman Nadie, como Ulises. Porque los científicos de verdad se echan las manos a la cabeza tratando de explicar que la estadística de propagación es el principal instrumento para seguir y controlar el curso de una epidemia. Qué sabrán ellos. A partir de ahora no habrá en este país más enfermos que los contabilizados por el mismo método con el que se rebajó en varias decenas de miles la cifra de muertos.

El único inconveniente de la ‘gripalización’ consiste en que necesita la conformidad del virus y éste, por el momento, no se deja. No da su consenso, como si fuera de derechas. Va a haber que ‘gripalizarlo’ a martillazos para que aprenda, aunque la OMS calcule que en dos meses se va a infectar, toquen madera, la mitad de la población europea. Hay un dato muy molesto para Sánchez, y es que España lidera el ranking de transmisión en la UE, lo que sugiere que más allá de las vacunas -en las que también somos líderes, por fortuna- faltan medidas de contención complementarias. Así que se modifica el modelo de registro, se omite o se desagrega la incidencia y cuestión solucionada. De los casos que necesiten atención sanitaria se ocupan las autonomías gracias a otro gran invento, la ‘descojogobernanza’, y el Ejecutivo central se puede dedicar a legislar sobre las mascotas, subir los impuestos y fastidiar a las macrogranjas. El que tenga síntomas que se compre un test en la farmacia y si le da positivo -ojo con no meterse bien el ‘palito’- que pida la baja. Ómicron mata poco y el resto de sus consecuencias, desde el colapso laboral a la reinfección persistente, carecen de importancia a efectos de lo único que interesa al sanchismo, que es la propaganda.

Mira que era sencillo: un marco mental distinto -la gripe- para acabar con el pesimismo; quién se va a preocupar de algo tan vulgar y con tan poco peligro. Y es que hasta las crisis de salud hay que manejarlas con instinto político. Al lado del padre del ‘no es no’, los negacionistas son unos pardillos.