viernes, 30 de agosto de 2013

La loza de Dios - José Luis Alvite

La loza de Dios - José Luis Alvite

Querido Ernie: Me he instalado en una casita frente al Mar de Arousa. Quería conocer los sitios de los que tanto nos hablaba de madrugada Al en el 'Savoy'. Todo era cierto. Aquí es románico el cielo bajo y a los moribundos les dan a probar la cena hirviendo de los niños. Tenía razón que a veces esto es tan húmedo que las gaviotas salpican como hisopos al volar.No le digas que te he escrito. Siempre le molestó que se interesasen por él. No olvido la noche que le dispararon mientras cantaba Lorraine Webster. No dijo nada. Se tomó el balazo como un cumplido. Pero aquella madrugada que no se fijaba en mí, recuerdo que le vi peinarse con el llanto. Antes de que una ambulancia le llevase al hospital, te dijo: "No es nada, Ernie, muchacho; me he tragado en ayunas la bala del martini, eso es todo".Soy feliz en esta tierra, pero ¿qué quieres que te diga?, a veces echo de menos que huelan a tabaco las flores. Así olían la noche que me despedí de él y me regaló un puñado de rosas que parecían abiertas en una sartén y me dijo: "Te conozco tan bien, Kate, que podría olvidarte de memoria". No comentó nada pero le noté cansado y te lo advertí. Me dio la sensación de que la vida le estaba pasando factura y de que mientras bailaba, se sentía unos cuantos kilos por encima del peso de su estatua. Le sonaba el corazón como un caballo en el fango. Y, sin embargo, conservaba la fluidez de sus modales, aquella fantástica y falsa indolencia de cuando le conocí y cenábais juntos y Al abría las ostras con el ala de su sombrero. ¿Y su sonrisa, Ernie! He visto muchas sonrisas en mi vida pero ninguna como la suya. Al sonreía con aquel amargo rictus y su sonrisa,Dios mío,a su rostro tergiversado por los sueños y los vicios le sentaba como una ganzúa la sonrisa. La última noche que le vi, me pareció que en sus ojos empeoraba el tiempo.Se hace tarde Ernie. Prométeme que cuidarás de Al. Su coche no puede perderse esto.Al atardecer Dios es loza en las campanadas de las iglesias.