sábado, 24 de agosto de 2013

Jarrita marrón - José Luis Alvite

Jarrita marrón - José Luis Alvite

Esto toca a su fin. La guerra se acaba. Los rusos están a las puertas de Berlín y el teniente Torrance ordenó planchar las banderas y extender sobre los tanques manteles para el desayuno. Por las tiendas alguien corrió anoche que ya están camino de primera línea el barman y las sombrillas. Será una broma pero dice el teniente que en el último bombardeo sobre Francia nuestros aviones soltaron a partes iguales bombas y palomas. Huele a blusas el aire sobre Europa.Echaré de menos todo esto, muchacho, incluso echaré de menos tanto dolor. El alma humana lo relativiza todo y todo lo da por bueno si consiguió superarlo. Todavía resuenan en mis oídos las blasfemias de Patton diciendo que el éxito en la guerra consiste en avanzar como si huyeses. Fue un tipo duro ese maldito hijo de perra, muchacho, pero te curas de espanto y ahora mismo tengo la sensación de haber visto al general Patton recorriendo Europa de pie sobre el 'jeep' con una tiza y un puntero. La noche anterior a que le relegase Washington, se acercó a mi hoguera sin mirarme y dijo: "Muchacho, un día comprenderás que para un soldado el final de la guerraes como hacerte mayor y dejar la escuela. Hemos visto caer a muchos hombres, y de tanto cavar, al sepulturero le llegan los brazos al suelo, pero te juro, hijo,que para un tipo como yo, la guerra fue el único internado que pude soportar". ¡Qué tipo, George! Nadie le vio llorar, pero un asistente suyo me juró haber encontrado lágrimas en las heces de Patton.Tiene razón el teniente Torrance. Esto se acaba. Me he pasado dos años a unas cuantas curvas de casa pero el olor de la artillería entre las cepas, las campanadas de los pueblos y haber bailado 'Jarrita marrón' con los compañeros de barracón, también eso, todo eso, es mi hogar.Y un día recordaré estos años como si hubiese recorrido Europa pasando a lápiz los muertos. Dicen que al soldado Mitchell le repatriarán sus piernas envueltas en papel de regalo.