domingo, 14 de abril de 2013

Cada escarche - Salvador Sostres



Cada escarche - Salvador Sostres
Cada escrache es un atentado, e ir a buscar a las personas a sus casas es propio de matones y de regímenes totalitarios.
Cada escrache es un acoso a la democracia. Ni he votado en mi vida al Partido Popular ni es probable que lo haga, pero son mis representantes y si van a sus casas es como si vinieran a la mía. Su libertad es mi libertad y cualquier escarnio o agresión que sufran es una agresión al concepto de ciudadanía y a cada uno de los ciudadanos libres y soberanos.
Si Ada Colau quiere cambiar el mundo, que se presente a unas elecciones y las gane. Si algún ciudadano se considera víctima de un abuso o injusticia, tiene a su disposición cauces legales con todas las garantías para denunciarlo, y si tiene razón van a dársela y a reparar el daño que le hayan causado.
Lo demás es golpismo, un ataque frontal a la democracia y a la libertad. Lo demás es querer intimidarnos para ganar por la vía de la amenaza lo que no han sido capaces de ganar por la vía democrática, que es la única que cabe en los países civilizados. Lo demás, todo lo demás que hacen Ada Colau, los sindicatos y sus sicarios, es insultar al 97% de los españoles que pagamos escrupulosamente nuestras deudas frente a ese 3% tan ruidoso y agresivo que echa la culpa a enemigos que no existen por no poder cumplir con los compromisos que suscribieron como ciudadanos libres y adultos.
Aquí nadie echa a nadie de su casa. Para empezar, la casa no es tuya si se la debes casi toda al banco. Para continuar, y a pesar de que el relativismo proclame lo contrario, sólo tendríamos que contraer las deudas que estamos seguros de poder satisfacer; y para terminar, es falaz acusar a los bancos o al Gobierno de echarte de casa cuando eres tú quien no ha cumplido con tus obligaciones de pago.
No todo el mundo puede vivir donde Polanco. Tener derecho a una vivienda digna no significa tener derecho a emanciparte cuando te apetezca, sino cuando puedas pagártelo. Para ser padre hace falta algo más que tener ganas: por ejemplo, poder pagar los pañales, un seguro médico a poder ser y un colegio como dios manda. La irresponsabilidad y el egoísmo de pensar sólo en lo que tú quieres, y no en lo que tú puedes hacer bien, es lo que ha llevado a tanta gente al colapso. La culpa es suya y de nadie más. Las excusas rebajan tu dignidad y no sirven de nada. Asúmelo y ponte a trabajar para reparar el motor del alba.
Los escraches no son la respuesta a ninguna injusticia, sino la retórica criminal de los que pretenden huir de su fracaso destrozando la vida de los demás. El derecho de manifestación nada tiene que ver con ir a coaccionar a los políticos a sus domicilios particulares. Porque están sus hijos, evidentemente, pero también porque están ellos, que tienen todo el derecho del mundo a defender sus ideas sin ser molestados.
Europa ha conocido con extremo horror lo que sucedía cuando a la gente se la marcaba. Cada uno de nosotros somos la víctima de cada escrache. Cualquier puerta asediada es la puerta de mi casa.