sábado, 14 de septiembre de 2013

El éxito de no ganar - José Luis Alvite

El éxito de no ganar - José Luis Alvite

Suele ocurrir que a veces uno se sienta a escribir su columna y no sabe muy bien por dónde tirar.Siempre he pensado que un hombre escribe mejor cuando su inspiración tiene que ver con la desgracia, con la desesperanza o con el rencor. Hay tipos que escriben con el razonable temor de que el éxito perjudique su estilo y malogre su carrera.Sus mejores toques con el escoplo los da a veces el escultor cuando consigue un resultado sorprendente al asestar el golpe con el que pretende demoler su obra aún inacabada. Es en la desesperación creativa cuando surge ocasionalmente el chispazo del talento, sobre todo en esos momentos en los que falla la inspiración y hay que resolver como sea.La perfección en el Arte, como la determinación en el crimen,tiene mucho que ver con lafuria, con la angustia, con ese instante en el que uno tiene la sensación de sentarse en el retrete con la obligación de hacer de vientre sin haber comido. Ocurre lo mismo con el escritor que por haberse enamorado sabe que caerá en ese estado de felicidad que le incapacita para crear. Personalmente he sentido siempre el tirón creativo de la tristeza y he procurado cultivar el fracaso como estímulo para escribir, lo que explica que a veces destruya los boletos de la Primitiva sin consultar el resultado del sorteo.«¿Y por qué coño te gastas el dinero en un juego del que desprecias la suerte?», me preguntó el administrador de las apuestas.«Lo hago –le dije– por la misma razón que siempre tengo a mano un condón por si resulta que no lo necesito». Ésa ha sido en realidad mi vida: una apuesta continuada con la relativa expectativa de ganar y la razonable esperanza de no conseguirlo. Y entre unas cosas y otras he llegado al final de la columna, lo que demuestra que a veces un hombre puede hacer de vientre sin necesidad siquiera de haber comido.