domingo, 8 de septiembre de 2013

Blues' de Herrera - José Luis Alvite

'Blues' de Herrera - José Luis Alvite
  
Querido Al: Anoche se cumplieron años de aquella madrugada en el 'Savoy' en la que me presentaste a Carlos Herrera. Había tanta humedad en las calles de la ciudad que incluso la lluvia estaba aguada. Recuerdo que al claquetista negro le croaban los pies al bailar. Yo ya no era una chiquilla, cariño, pero le dije a tu amigo:"Así como me ves, encanto, era menor de edad cuando me levanté de la cama". Me pareció un tipo elegante y afectuoso, uno de esos hombres que si diese un mal paso en la vida y tuviese que matarte, le pondría al revólver las gotas de los ojos. Mientras hablaba me fijé en sus manos. Y juraría, Al, cariño, que en las manos de Carlos Herrera se hacían sitio los modales de Cary Grant. Cuando se hizo un silencio, escuché tus toses, Al, pero en el silencio de aquel hombre, ¡Dios!, en el silencio de aquel hombre sólo se escuchaba, como solfeo, el seseo del aire acondicionado. ¡Demasiado para una mujer como yo! Pensé que en la vida de alguien como él, una mujer como yo sólo podría entrar en los descansos para la publicidad. Iba a decirle algo pero nunca me atreví. A fin de cuentas incluso una estúpida como yo podría entender que un tipo como Carlos Herrera sólo sería feliz a mi lado mientras me confundiese con otra.No supe más de él, cariño, ni creo que vuelva a tropezarme con alguien así en lo que me quede de vida. Pero algunas madrugadas mientras conduzco hacia las afueras de la ciudad miro por el retrovisor del coche por si estuviese en el asiento su sombrero. Y entonces me arrimo al arcén bajo la lluvia. Y busco la sintonía de su voz en el ralentí del coche. Una vista aérea de Sevilla es cuanto sé de él, amigo mío, pero cada vez que veo 'Charada' sé que son sus gestos los que hacen pronunciar frente a los ojos de Audrey Hepburn las veniales manos de Cary Grant.Anoche con la humedad era navegable el aire y me acordé de entonces. ¡Qué bobada! Caminando al amanecer bajo la lluvia me pareció sentir en mis pies la víspera de los suyos.