domingo, 14 de septiembre de 2014

Felipe VI: transición ejemplar sin llamar la atención - Editorial de El Mundo

Felipe VI: transición ejemplar sin llamar la atención - Editorial de El Mundo
LA CASA Real ha dejado de ser un problema para los ciudadanos. Felipe VI ni siquiera lleva en el trono 100 días y ha logrado protagonizar una transición modélica que ha relegado a un lejano segundo plano los errores cometidos por la Corona en los últimos años. La clave del relevo ha estado en el aire nuevo que el Rey le ha otorgado a la Institución. Ya en su discurso de proclamación dio muestras de que el acto no suponía una trivial entrega de poderes, sino un profundo cambio generacional con grandes objetivos de fondo: transparencia y ejemplaridad. El debate Monarquía-República ni se siente en la calle gracias al camino de «integridad, honestidad y transparencia» que ha marcado. Gestos de ello fueron prohibir a la Familia Real -reducida a sus padres, a sus hijas y a su esposa- trabajar en el sector privado, eliminar los gastos de representación de sus hermanas -desvinculándolas así de la Casa Real- y someter las cuentas a la Intervención General del Estado. Otro aspecto relevante ha sido la buena sintonía y el reparto de papeles con Don Juan Carlos: una relación que sólo puede favorecer a España. En tres meses, Felipe VI ha abrillantado la imagen de la Corona sin llamar la atención adecuándola a las exigencias propias de un sistema democrático.