sábado, 23 de febrero de 2013

La portera - Ernesto Sáenz de Buruaga


La portera - Ernesto Sáenz de Buruaga
Cristina, la portera de la casa, se vino hacia mi según me vio que entraba en el portal. Tras el buenos días de rigor, y con la franqueza que la caracteriza, me preguntó sin irse por las ramas: ¿Cuando se van a arreglar las cosas? Me puse estupendo y con cara de saber la respondí que ya estábamos en el buen camino y que las cosas iban a ir a mejor, que lo peor ya había pasado. Sin dejarme seguir, frente a mis teorías y previsiones recogidas de las palabras del Presidente Rajoy en el Congreso, me estampó la realidad de su vida. En la empresa de mi marido, me dijo, la próxima semana van a echar a 300 y todavía no sabe si le toca. No hay un estado de la Nación. Hay millones de estados de la Nación que solo se corresponden con las circunstancias de cada uno. La vida de Cristina esta semana gira en torno al futuro de su marido y a las horas extra que tendrá que hacer limpiando si entrara un sueldo menos en casa.
Hoy otra Cristina, Infanta de España, también estará pendiente de su marido. Y pensará que todo lo que esta viviendo es una pesadilla, que no es real, que es un mal sueño que nunca ha sucedido. Las imágenes en la TV, los insultos, la vergüenza del juicio publico, sus hijos. Salir a la calle y de ser admirados a ser vituperados. Su diadema de diamantes en los dias de grandeza tiene hoy menos brillo que las horquillas de la portera.
Y que decirles de esos padres cuya historia conocíamos en este periódico. Están en el paro y tienen un hijo al que los médicos solo le dan cinco años de vida si pueden mantener su tratamiento. No hay para ellos más estado de la Nación que mirar la cara de su pequeño. Sonreírle, acariciarle una y otra vez, abrazarle conteniendo el llanto, hacerle sentirse el niño más querido del mundo y no pensar en ellos que no tienen donde caerse muertos. Las ayudas de los demás determinaran cuanto vive su hijo y como pasara sus últimos días que están trágicamente marcados a muerte en el calendario.
Son tres historias. Añadan la suya y disfruten de las cosas buenas que tiene la vida. Merece la pena. Ese es el estado de la Nación.