lunes, 25 de febrero de 2013

Crisis y suicidio - Paloma Pedrero


Crisis y suicidio - Paloma Pedrero
No hay nada más horrible en la vida que sufrir una depresión. Yo que las he tenido, y gordas, puedo asegurar que es la peor de las enfermedades, porque es un sinvivir viviendo, un estar muerto mientras el corazón late mecánicamente solo. No es tristeza ni melancolía, estados que se lloran y pasan, la depresión es como si un mal bicho se te metiera en el cerebro y se fuera zampando tu voluntad, tus deseos, tus sentidos, tu ser. Por eso es una gran pena que los especialistas en salud mental nos alerten de que el número de depresiones y suicidios, resultado lo segundo de lo primero, esté creciendo desmesuradamente con esta larga y mal tratada crisis española. Del suicidio apenas se habla en los medios, sigue siendo un tema tabú. Pero sabemos que mueren más personas por este acto que por los accidentes de tráfico. Y sabemos también que muchos de los que se quitan la vida no fueron tratados debidamente de su mal. Lástima grande. Todavía hoy en España la salud mental, en concreto las terapias preventivas, no son costeadas por la seguridad social. El espectro de tratamientos en este tipo de enfermedades es muy precario y, sin embargo, sabemos que los costes humanos y económicos son enormes. Estas sociedades nuestras del gran consumo y la poca conciencia, son un pasto ideal para esos bichos que entran en el cerebro y nos destrozan las ganas de vivir. Si a eso le sumas la situación por la que están pasando tantos, la de no tener trabajo y, peor aún, la de ser desahuciados de su hogar, está llevando a un aumento de suicidios más que alarmante. Y no es de extrañar. Hay que tomar medidas urgentes mientras salimos de este calvario. Se necesitan más psicólogos, más terapias. Pero, sobre todo, se necesitan gentes, leyes y gobernantes con más grandeza. Con más corazón.