viernes, 11 de octubre de 2013

El G-8 otorga funciones especiales a Junqueras - Luis María Ansón


El G-8 otorga funciones especiales a Junqueras - Luis María Ansón
EL PASADO día 17 de junio, en su reunión ordinaria, celebrada en el lago Erne, de Irlanda del Norte, el G-8, grupo formado por las ocho grandes potencias económicas del mundo, decidió otorgar a Oriol Junqueras funciones especiales para la concesión de nacionalidades. Emocionados los dirigentes del mundo prepotente por la generosidad del dirigente catalán, decidido a conceder la nacionalidad española a los que en la Cataluña independiente así lo deseen, el G-8, con muy buen criterio, para evitar la humillación que supone ofrecer solo la nacionalidad española, decidió por unanimidad que Oriol Junqueras pueda otorgar a su criterio la nacionalidad de cualquier país del mundo. No está claro si la marioneta del señor Junqueras, Arturo Mas, dispondrá de las mismas facultades pero los observadores se inclinan por interpretar el texto del G-8 de forma restrictiva, como una concesión exclusiva a la grandeza del líder de ERC.
Las redes sociales se han abarrotado de misivas dirigidas a Junqueras solicitando las más varias nacionalidades. El dirigente catalán se ha convertido en un permanente trending topic. Silvio Berlusconi, por ejemplo, se ha dirigido a él porque quiere ser alemán y organizarle a Angela Merkel una Forza Nova germana que le va a encender el pelo a la canciller germana.
Jordi Pujol jr. aspira a ostentar, junto a la catalana, la nacionalidad británica y subvencionar a los hooligans con 80.000 pitos para que puedan obsequiar a la Reina de la Gran Bretaña con una sonora algarabía en los partidos a los que la soberana asista. El eslogan acuñado por el señor Pujol hijo es: «Muerte al Borbón, muerte a la Windsor».
Íñigo Urkullu aspira a la nacionalidad francesa para atender a los presos de Eta, pobrecitos, que se pudren en las cárceles del país vecino. Cristina Fernández Kirchner le ha escrito a Oriol Junqueras solicitándole la nacionalidad india porque la nación de Rabindranath Tagore se ha convertido en un excelente lugar para ampliar sus negocios. Caso especialmente emotivo es el de Cándido Méndez. Aspira a la nacionalidad norcoreana, que es el único país donde se puede esconder si se siguen descubriendo las trapisonderías de UGT en Andalucía. Luis Bárcenas, por su parte, quiere cuanto antes la nacionalidad suiza para poner a buen recaudo las cuentas que el juez Ruz todavía no ha descubierto.
Nicolás Maduro duda entre la nacionalidad china y la vietnamita para que le enseñen a momificar al cuerpo de Chávez, como se ha hecho con Mao Tse-tung, y exhibir así al caudillo bolivariano en el vestíbulo del aeropuerto de Caracas con el fin de que pueda ser contemplado por todos los visitantes, que quedarán extasiados ante el emocionante espectáculo. Julia Roberts, por cierto, quiere la nacionalidad española porque le gusta Francisco Rivera Ordóñez y aspira a seducirle, apartarle de su nueva esposa y llevárselo al huerto.
Hay peticiones de nueva o doble nacionalidad de ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo. Oriol Junqueras ha solicitado de la Generalidad que le pague una pequeña oficina de 20.000 metros cuadrados para atender tanto compromiso, lo que demuestra la solidez y el prestigio de Cataluña en el mundo. Se conforma con contratar a 900 empleados, todos ellos parientes y paniaguados, eso sí. Las pateras, por cierto, han modificado su rumbo y, en lugar de dirigirse a Lampedusa o a Almería, navegan hacia el puerto de Barcelona para acogerse a sagrado, es decir a la protección del líder de ERC que, con su carita de cura preconciliar, suscita general confianza.
A causa de la tradicional cicatería de los medios de comunicación españoles, no se ha divulgado suficientemente en España el éxito de Oriol Junqueras, que, al prometer en una Cataluña independiente la nacionalidad española a quien la desee, sabía muy bien lo que hacía, y ahí está la reacción del G-8. Rindo yo, en fin, los puntos de mi pluma ante el extraordinario político y le dedico con mucho gusto estas palabras yacentes de admiración y estímulo.