domingo, 15 de febrero de 2015

A ver si nos entendemos - Juan José Millás

A ver si nos entendemos - Juan José Millás

Esto es increíble: a medida que avanza la recuperación económica aumenta el riesgo de la exclusión social, que es la peor forma de las pobrezas. Como si hubiera una relación directa entre una cosa y otra. Cuanto más ricos, más pobres. Algo no encaja, dirán ustedes. En efecto, no encaja. Crece el empleo, la afiliación a la Seguridad Social, sube el turismo, aumentan las exportaciones? Hablamos de datos del Gobierno, que no miente porque no nos cabe en la cabeza que los gobiernos mientan. Pues bien, junto a estos datos tan espectaculares aparece otro, verdadero también, según el cual el 27% de la población las pasa canutas. Tenemos a casi trece millones de personas al borde del desamparo (un millón trecientas mil más que en 2009), entre las que se encuentran multitud de niños que, con suerte, hacen una comida al día. Todo esto, insistimos, en un panorama de recuperación del que los ministros se hacen lenguas.
Y luego está el asunto de la desigualdad. Cada vez los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Quizá entonces la recuperación solo sea estadística. Es decir, que globalmente hablando se consumen más pollos, pero solo lo consumen unos pocos. No es, pues, que nos recuperemos, sino que se recuperan. Se recuperan, por cierto, los que jamás se habían depauperado. Este análisis rápido, de andar por casa, no tiene otro objeto que el de evitar caer en una situación esquizofrénica que no conduciría a nada bueno. Y es que si uno se pone a escuchar ingenuamente el telediario, que abre con la noticia de la espectacular recuperación económica (somos el país que más crece de Europa), y cierra con unas cifras alarmantes sobre el aumento de la pobreza, puede uno sufrir una crisis maniaco-depresiva de difícil arreglo.

Y que caiga uno, vale. Uno no va a ninguna parte, pero imaginen que caemos todos, que el país, en su mayoría, se vuelve loco y sale a comprar automóviles con un dinero que no tiene o a comerse unas angulas con unos recursos de los que carece. Eso sí que sería vivir por encima de nuestras posibilidades. De modo que cuando las autoridades aseguran que nos "estamos" recuperando, no se refieren a usted ni a mí. Se refieren a ellos, a los suyos, a ver si vamos entendiéndonos.