viernes, 28 de febrero de 2014

Prostitución: modo de empleo - David Torres

Prostitución: modo de empleo - David Torres
Andrés Martínez, responsable de empleo del PP en Villarobledo, le dijo a una parada que fue a pedirle trabajo que tenía dos opciones: dar a su hija en adopción o meterse a puta. La tercera opción, meterse en política, resulta demasiado extrema y sólo está aconsejada en casos verdaderamente desesperados. Aunque el de de puta tiene el sambenito de ser el oficio más antiguo del mundo, todavía no está muy claro que no se le adelantara el neanderthal que estableció un impuesto por uso y desgaste de caverna municipal. Lo cierto es que no se sabe qué fue primero, la puta o la diputación.
El de puta no es un oficio tan vistoso como el de diputado o concejal, de ahí la expresión “pasarlas putas”, que demuestra lo caprichosa que es en ocasiones la lengua española. La prostitución tiene mala prensa desde siempre porque es un comercio que afecta a los órganos reproductivos; en ningún código penal dice nada sobre el delito de alquilar o vender el cerebro, la boca, las manos o los pies.
Cuando Andreíta Fabra estableció el grito de guerra de la presente legislatura, no sólo estaba presentando el resumen quintaesenciado del programa electoral del PP sino también escribiendo una de esas frases para la posteridad a la que los filósofos populares no dejan de dar vueltas. El ya célebre “Que se jodan” puede interpretarse en clave revanchista, sí, pero también como una propuesta de pleno empleo. Al paso que llevamos, la novedosa propuesta de Andrés Martínez puede convertirse en la verdadera alternativa para solucionar el paro en España. Lo extraño es que a este hombre no lo asciendan a consejero personal de Fátima Báñez, una mujer a la que nos cuesta imaginarnos en el cargo de madame. Pero tampoco nos imaginábamos a Mariano de presidente, que es mucho más difícil, y ahí está.
Copiar el modelo cubano de la jinetera de alquiler, con cada española desempleada convertida en su propia empresa de servicios, pudiera parecer una iniciativa descabellada y sexista, pero nadie ha dicho que la prostitución haya que limitarla al género femenino. Somos cientos de miles, sino millones, los españoles que ofrecemos el culo todos los días, de manera que sólo habría que cambiar el nombre del ministerio y colocar burdeles en lugar de oficinas del INEM (no es seguro que no los hayan colocado ya). Al fin y al cabo, nadie dijo que lo de joder fuese a salir gratis. El neoliberalismo se basa en la firme creencia de que no hay nadie tan desgraciado al que, de uno u otro modo, no se le pueda joder. El gobierno mariano lo ha hecho por todos los orificios y en todas las posturas imaginables, un verdadero kamasutra político en el que nos han jodido en la economía, en la sanidad, en el trabajo, en la educación, en la justicia, en la cultura y hasta en la puta calle. Gallardón, que es más tradicional, ha preferido el útero.