domingo, 23 de febrero de 2014

La gente que llama - Salvador Sostres

La gente que llama - Salvador Sostres
Yo quiero ser una llamada perdida y no contestar nunca más. Los números que no conozco me dan una mezcla de miedo y asco y no quiero conocer a gente nueva. Me desespera la incertidumbre de cogerle el teléfono a alguien que no sé quién es.
Esta gente que llama sin conocerte es terrible. No me importa quién te ha dado mi número. Cuando te llaman y no sabes quién es, contestar es ir a buscar amor al lupanar.
Las nuevas tecnologías rompen la imprescindible estratificación y la necesaria separación de las clases sociales. Hay una jerarquía y olvidarla es suicidarse. No podemos ser tan accesibles y la derecha se basa en la distancia. Twitter es la mayor basura del siglo, como cuando llueve demasiado y rebosan las cloacas y las aguas putrefactas toman el asfalto.
Hay que empezar a desconocer a gente. Necesito que me despresenten a mucha gente antes de poder tener amigos nuevos. Higiene, higiene.
Rajoy tiene razón: "-¿No moverse es malo?". Es lo que le respondió al pobre Montilla. Somos conservadores porque somos inteligentes. Y somos inteligentes porque no nos movemos. Valentí Puig y Arcadi Espada. Valentí explica a Dios y Dios explica a Arcadi. 
Esta gente que llama, ¿por qué llama? No podemos contestar a números impredecibles. Sólo números seguros, sólo personas seguras, sólo conversaciones previsibles. Lo sorprendente causa estragos.
Quédate en casa, quiere a tu mujer, juega con tu hija, anochece con el anochecer y no te metas en más problemas que en los de tu astucia.

Tenemos mucho que perder y hay una sola verdad y muchas mentiras. Tú crees que puedes con todo pero el gran peso del mundo te acaba aplastando con su fuerza irreversible. Tú vida no puede ser más la llamada de un número desconocido. Somos regreso y la tierra no es baldía.