domingo, 16 de junio de 2013

‘Braveheart’ y ‘Mujercitas’ - Salvador Sostres



‘Braveheart’ y ‘Mujercitas’ - Salvador Sostres
Artur Mas capituló el martes anunciando que piensa agotar la legislatura, convoque o no convoque su consulta, dejando claro de este modo que no piensa convocarla, porque todo el mundo sabe que, después de un referendo secesionista, o declaras la independencia en caso de ganarlo, o dimites y convocas elecciones en caso de perderlo. Mas certificó el martes que ha fracasado y que ni él se toma ya en serio su propio proyecto.
No podrá Mas, en esta ocasión, practicar su habitual victimismo, que es el refugio de los mediocres, para culpar a España de su fracaso. El Gobierno no ha hecho nada que haya ido más allá de expresar su oposición al proceso. Aunque la aparente pasividad de Rajoy haya desesperado a muchos, su discreción ha sido crucial para provocar el fracaso del actual líder convergente, que se maneja mucho mejor sobrerreaccionando ante las supuestas ofensas de sus adversarios que siendo capaz de construir un proyecto valiente y sólido.
Mas ha fracasado en todo lo que ha intentado: le perpetraron dos tripartitos y, cuando por fin gobernó, no pudo hacerlo con mayoría absoluta. Durante sus años de oposición, condenó a los catalanes a un Estatut extravagante, rocambolesco y absurdo por culpa de haberlo laminado con Zapatero a cambio de que le facilitara llegar a ser presidente de la Generalitat, cosa que Zapatero, lógicamente, no cumplió, en una demostración más de su escaso sentido del honor y del poco valor que tuvo siempre su palabra.
Luego confundió una manifestación francamente multitudinaria con todo un pueblo y convocó elecciones anticipadas llevándose un monumental batacazo. Ahora se rinde antes de que la batalla haya comenzado.
Esto no significa que el independentismo haya muerto, ni que los independentistas hayan desistido. Esto tampoco significa que la independencia sea una opción ilegítima o necesariamente perdedora. Lo que significa es que la pasión no puede sustituir a la inteligencia y que, para conseguir lo que te propones, no basta con creer que tienes razón, sino que hay que ganar. Sin una articulación política madura, el catalanismo no hará nunca nada y dice muy poco de la sensatez de un pueblo seguir como ratoncillos acríticos y moralmente invertebrados al primer tarado que enarbola una estelada.
Antes de reclamar algo a los demás, y esto sirve para el independentismo y sirve para todo y todos, tenemos que estar seguros de que nosotros hemos recorrido nuestra parte del camino y que estamos a la altura de lo que exigimos. Antes de quejarnos, tenemos que asegurarnos de que somos mejores que lo que denunciamos. Hay que pagar siempre un precio y Mas se ha doblegado a la primera dificultad. Para conseguir la libertad de un pueblo no siempre es indispensable morir, pero es imprescindible estar dispuesto a ello. Mas se ha rendido porque el Estado le ha prohibido hacer su consulta, como si no lo supiera desde el principio. Estoy harto de estos Bravehearts de pacotilla que, al final, resulta que sólo son personajes secundarios de Mujercitas.
La mediocridad sólo conduce a la mediocridad, por mucho que la euforia te haga creer tan cerca de la gesta. Sin calidad sólo hay derrota y miseria. Nada es posible sin pagar el precio y sin inteligencia.