lunes, 25 de agosto de 2014

Palabras de Nacho Rey-Alvite a su tío

Palabras de Nacho Rey-Alvite a su tío

Vaya..., escribirte para enviarte mis mejores deseos debería ser tan sencillo como un domingo a media tarde; pero comenzar y seguir se complica. Realmente no se qué demonios decir. Soy de esos tipos que prefieren el silencio. Me sentiría culpable de enviarte ánimos, así que te envío un simple abrazo, un fuerte abrazo y la sensación de que a media tarde del domingo, el olor a colada de las chicas de tu Savoy lo cachearán inhóspitas, amargas y nostálgicas, aquellas necrológicas y editoriales hormigas que algún día enraizarán el celuloide de mi velada mirada gris. No hay final sin brisa y siento la escabechada calma sonámbula de aquel último ducados en el chajuán ingrávido de todo un verano de lucha y moscas. La tarde del domingo haré sobremesa en el prurito de la luz azul, rutinaria y serosa del acomodador de tu mirada. Espérame, me debes una copa, con hielo. Sé que estarás en forma entonces, porque no soportarías una sobremesa en las crustáceas ruinas de un suspiro. Estarás mañana en mi café, y aunque distantes, sonreiremos juntos al azar. Espero que estés bien. Un abrazo tío