martes, 28 de enero de 2014

'La rata' Meola - José Luis Alvite

'La rata' Meola - José Luis Alvite

A Tyson ese Lewis le dio una buena paliza y le dejó los párpados como si le hubiese atizado con un abrelatas. Dicen las crónicas que había tanta sangre en el suelo como en los guantes de Lennox. Fue duro, muy duro, y el sector más púdico del boxeo reclama que el combate tendrían que haberlo detenido antes de consumarse la escabechina. Fue muy duro lo de Tyson. Pero nada comparado con lo que le ocurrió en el 62 a Sony 'Sweet' Sullivan. Peleaba en el Madison contra Teddy 'La Rata' Meola y recibió tantos golpes, que Chester Newman escribió en el 'Clarion' que "la pelea fue tan sangrienta que tendrían que haberlo parado el día anterior". 'La Rata' Meola apenas recibió golpes en los ocho asaltos que Sony le aguantó en pie. Y no fue una noche especial para él. Era lo suyo dar sin recibir, como si boxease a cobro revertido. Escribió Newman en el 'Clarion' que "ese Meola es un boxeador distinto a cuantos he conocido en mis años de aficionado al boxeo. Seguí algo sus pasos y recuerdo haberle visto pelear en el Flamingo de Las Vegas y aquella noche tenía en el rincón el embudo de la escupidera y un cenicero. Cuando derribó a su rival, lo hizo sin soltar un solo instante el cigarrillo que llevaba en la comisura de los labios. A 'La Rata' Meola da la impresión de que sólo podría tirarle a la lona un cáncer de pulmón". Anoche recordamos con Sony en el 'Savoy' su pelea contra Meola. Cuarenta años después de aquello, todavía lo recuerda con dolor: "Nada más verle frente a mí en el ring, me pareció tan corpulento como si fuesea pelar contra una pandilla. En el primer asalto me dio cuatro golpes terribles en cada guante y sentí que mis manos se acercaban un par de centímetros a los codos. Caí definitivamente en el tercero. Los ojos me hacían gárgaras en la sangre. A sus puños mi cara le quedaba pequeña". La mitad de las facciones de Sony hubo que rasparlas de los guantes de 'La Rata', que recogió los aplausos desde el centro del cuadrilátero como si acabase de hacer guantes con una paloma. En el 'Clarion' escribió Chester Newman que "a Sullivan tardó quince días en salirle la barba".