domingo, 5 de enero de 2014

El círculo - José Luis Alvite

El círculo - José Luis Alvite

A veces ocurren cosas que ni siquiera podrías imaginar con cuatro copas y algo de fiebre. Le ocurrió a Tony Cafaro y todavía algunas noches en su cabeza ronda el insomnio por aquello. Fue en el 74. La novia de Tony tenía un hermano que andaba en malas compañías y no hacía otra cosa que acumular deudas. Fue así como el joven Freddie Neviolo se enfrentó con el gángster Bob 'La Rata' Spruance, al que llegó a deberle una suma insalvable para las posibilidades de un muchacho tan joven e inexperto. Thelma Neviolo se lo comentó a su novio. "Si no pagas la próxima semana, el hueso más grande de tu cuerpo será el prendedor de corbata", le había dicho 'La Rata' al joven Freddie. Y ahí empezó a liarse el hilo para el sudario. Tony Cafaro andaba metido hasta el cuello en la mafia de las apuestas, al lado de un tal Ned Albert, y pensó que podría pedirle dinero prestado a su jefe, entregárselo al novio de su hermana y que éste a su vez se lo hiciese llegar a su acreedor. Salvaría la vida del hermano de su novia y a su vez saldaría su deuda poco a poco con algunos trabajos extra. Ned Albert puso condiciones. "Ese dinero que me pides es tuyo, Tony, muchacho, si te deshaces de un tipo que ya ni merece el aire que respira". O. K. Tony aceptóel trato, cobró el dinero y buscó a su víctima para cerrar la operación con el rey de las apuestas. Fue en la puerta del 'Savoy'. Tony tiroteóa aquel fulano apenas distinguió sus facciones en la empanada penumbra del callejón. Fue algo casi inadvertido. El ábaco de sus disparos se confundió discretamente con la rumiante letanía del camión de las basuras moliendo la mierda de la ciudad. Al día siguiente Tony le llevó el dinero de Ned a su novia. Thelma parecía tremendamente abatida y tenía el rostro decolorado por el estío del llanto. "No sabes cuánto te he echado de menos, Tony. Fue terrible. Anoche un desconocido asesinó a mi hermano en la puerta del 'Savoy'". ¡Dios Santo!, Tony apretó el dinero en el bolsillo hasta que con el sudor y la rabia se le destiñó en la mano.