lunes, 25 de noviembre de 2013

Póker flambeado - José Luis Alvite

Póker flambeado - José Luis Alvite

Nada más verle, supe que Winnie Schlessinger no tendría más aplomo de muerto. Decían de él en el 'Savoy' que apoyaba el brazo en sus víctimas para no errar el disparo. La noche que me lo presentó Ernie, aquel tipo me dijo algo que se me quedó grabado para siempre: "Fíjate en esas fulanas, muchacho. Son apetecibles las mires por donde las mires. Pero ellas apenas se fijarán en ti si no encuentran que tienes una mezcla de ternura y dividendos. Y eso, amigo mío, un hombre lo ha conseguido cuando las mujeres descubren que su corazón es un fajo de sangre". Fue una noche inolvidable. Estaban en su punto la orquesta, la luz y las fulanas, y las chuletas tenían la textura precisa para que un poeta escribiese en ellas. Pero aquella velada la recuerdo sobre todo por los comentarios de Winnie Schlessinger. Cuando Ernie trajo a cuento el tema de la preparación cultural, Winnie intervino sin tragar del todo el bocado: "Yo creo que es bueno prepararse. La gente de orden se prepara para sucederse los unos a los otros. Pero los tipos como yo somos gente distinta. Las empresas te inculcan el trabajo en grupo, ya sabes, grupos para todo, para investigar en los laboratorios, para dinamizar el trabajo, eso aprenden los ricos en Harvard, pero nosotros, muchacho, nosotros sólo podríamos pertenecer a un grupo de riesgo". Alguien intercedió en favor de la formación universitaria. Winnie no le dio tregua: "¿La Universidad? Vamos, muchacho, no dudo que sea bueno estudiar en la Universidad, sobre todo si consigues que no se note". Hizo un alto para pedir la cuenta y prosiguió: "John Kennedy estudió en Harvard y al final lo más interesante en su biografía es el catre de Marilyn Monroe. ¿Sabes, amigo?: para meter a Marilyn en su cama, Sinatra sólo necesitó aprenderse el nudo de la corbata". ¡Winnie! ¡Winnie Schlessitiger! Nos vimos muy pocas veces en la vida y hace años que no sé de él. Alguien que estuvo un mes atrás en el 'Savoy', me dijo que lo vieron en una partida de póker a las afuera de Omha y que antes de dar juego y para espantar el frío de su aplomo, Winnie flambeaba los naipes.