lunes, 17 de noviembre de 2014

Nacho Mirás: “Nadie me ha reprochado que utilice humor negro para hablar de mi cáncer”

Nacho Mirás: “Nadie me ha reprochado que utilice humor negro para hablar de mi cáncer”

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A Nacho Mirás no se le puede llamar enfermo. Al menos, no el prototipo de enfermo que tenemos en mente. Desde hace un año, este periodista de raza se enfrenta a la peor noticia, no de su carrera, sino de su vida. Sus días tristes empezaron con un colapso que, en principio se debía al estrés, y degeneró en un cáncer que ha impedido que siga acudiendo a las aulas de la Universidade de Santiago de Compostela, donde imparte clases como profesor asociado, y a la redacción de La Voz de Galicia . Desde que se lo diganosticaron, Nacho se ha puesto rabudo con la enfermedad y la ha enfrentado escribiendo. Y no de cualquier manera, sino que se ha armado con retranca, franqueza y prosa impecable. Toda munición en la lucha es bien recibida. Y lo cierto es que tal como escribe, habla: no le tiembla la voz al pronunciar la palabra “cáncer”.  La recopilación de los posts que escribía en su blog para desahogarse no tendrá que encuadernarla su padre, una editorial se le ha adelantado. “El mejor peor momento de mi vida” es el enunciado que da título al libro, semejante carga semántica pone los pelos de punta. Blog y libro se han ganado muchos seguidores, algunos, pacientes oncológicos, que encuentran balsámicas las palabras de Mirás. Hoy Nacho participa en una jornada sobre el cáncer organizada por la Sociedad Española de Oncología Médica en Madrid.  Después de la sesión charlamos un rato. Impone sentarse a hablar con el periodista que lleva años firmando una de las series de entrevistas más largas y conocidas de Galicia, pero la ocasión lo merece.
¿Cómo llevas lo de pasar a ser el entrevistado después de tanta Cara B?
Pues lo llevo bien. Toda la vida he escuchando a la gente. Sé cómo no amargarle la vida a un compañero. No es que vaya hablando en titulares, pero sí que trato de ponérme en la piel del otro. Lo cierto es que no me agobia para nada. Podría ser que me costara pasar de un lado al otro pero todo lo contrario, agradezco que se difunda lo que tengo que contar, si no tendría que comérmelo yo solo.
¿Te ha reprochado alguien, incluso algún lector, que utilices humor negro para hablar del cáncer?
Para nada. Sí lo hubieran hecho si contara la enfermedad de otra persona, incluso con su autorización. Me caerían hostias por todas partes. Me dirían: “usted es un irresponsable, usted frivoliza”. Pero es mi cáncer, el que me va a matar o no a mí, el que me afecta a mí y a mi familia. Entonces, sin perderle el respeto, porque está ahí con el dedo señalándome, hago con él lo que me da la gana. Y a mí me hace bien.
Como tú dices: “Desde la autoridad que me confiere tener un tumor en la cabeza…”
Claro, desde la autoridad que me confiere tener un tumor cerebral propio, hago con él lo que me da la gana. Del resto del tratamiento se encargan la quimioterapia y la radioterapia.
Todo lo que habéis hablado en esta jornada de la SEOM tiene que ver con cómo se comunica el cáncer. También cuentas en tu libro que todavía es una enfermedad un poco tabú, ¿es la forma en la que escribes una manera de reivindicar que se hable claro?
Efectivamente, porque no se habla claro. Yo he hecho mil notas de muertos que tenían que salir en el periódico poniendo: “Fulanito ha muerto tras una larga enfermedad”. Esa larga enfermedad siempre era el cáncer. A veces no se pone porque la propia familia del fallecido no sabía que tenía cáncer. La comunicación no está bien y los eufemismos siguen vigentes. Es un término que todavía tiene una carga letal importantísima. La gente relaciona la palabra “cáncer” con “muerte” y no es así. Te mueres o no, o te mueres de risa o te mueres de asco. Yo reivindico que se llame a las cosas por su nombre y ojalá pueda contribuir un poco con lo que estoy haciendo. A mucha gente le viene bien que lo cuente y ver que somos muchos. Esto nos va a pasar a todos, o a nosotros o a alguien cercano, la estadística no falla. Hablar claro es  la forma de asumir lo que uno tiene y decidir cómo enfrentarse a eso.
Nacho Mirás: “El término cáncer todavía tiene una carga letal importantísima”
Parece que en este tema importan mucho las palabras.
Importan muchísimo. Desde las que te dice el médico a cómo nos comunicamos con nuestros familiares. En fin, el vocabulario hay que usarlo con propiedad.

Nacho Mirás con Javier Granda, periodista especializado en salud, en la jornada de la SEOM |ⒸMarta R Suárez
En tu libro eres muy crítico con la administración, con la  ”burrocracia”, como tú la llamas, ¿cómo llevas esa particular cruzada?
Lo llevo mal, porque parece que la gente que legisla es inmune. Legislan para los que van a enfermar, porque debe ser que ellos, los que hacen las leyes, nunca podrían tener cáncer. Eso no es así. Nos puede pasar a todos.
Los trámites no acaban: tienes que ir a buscar la baja muchas veces. Está todo fatal hecho, las bajas deberían adaptarse al tiempo de los tratamientos directamente y no es así. Te complican la vida cincuenta inspectores y compartir información entre autonomías parece imposible. Ya el propio proceso médico es muy engorroso: están los especialistas, las pruebas con sus tiempos de espera, los tratamientos, la medicación… Hay que hacer mil cosas y encima vienen estos tíos a complicarte la vida y, si no lo haces tú, lo tiene que hacer tu familia. Yo estoy más o menos bien y voy yo al papeleo, pero si no, tendría que ir mi familia que además carga conmigo y me cuida. Hoy todo se puede hacer a distancia, ¡que estamos poniendo tipos en marte, coño!
A pesar de esa parte negativa que tiene la administración, siempre has alabado la labor del personal sanitario, ¿crees que todavía es necesario reivindicar su papel?
Completamente. El otro día me preguntaron por el caso de Teresa Romero, la contagiada de ébola. Yo veo en Teresa el reflejo de la gente de la sanidad pública. Primero te curan a ti y luego miran por ellos. ¿Qué hizo Teresa Romero? Cuidar a alguien que lo necesitaba asumiendo los riesgos de contagiarse de una enfermedad como el ébola. El noventa y mucho por ciento de la gente de la sanidad pública es así y, desde que juego en la “División oncológica”, lo he comprobado por mis propios medios. No se puede permitir que se les recorte nada, que no se les quiten días libres porque los necesitan todos. Se merecen lo mejor porque tenemos la mejor sanidad del mundo, estoy convencido. Cuidado con tocarla porque nos va la vida en ello.
Nacho Mirás: “Cuidado con tocar la sanidad pública, porque nos va la vida en ello”
Desde que luchas contra el cáncer parece que has empezado a revisar tu vida con otros ojos: has vuelto la ciudad donde estudiaste, Barcelona, y has publicado de nuevo reportajes antiguos, ¿te lleva el cáncer a pensar más en el pasado o en el futuro?
El futuro ahora es un poco cortoplacista. No es que me hayan puesto fecha de caducidad, pero, como a los yogures modernos, me han puesto fecha de consumo preferente. Entonces reflexiono, veo donde estoy por todo lo que he sido, lo que he escrito, lo que he vivido… Ahora mismo el futuro para mí son mis hijos, que puedan crecer viendo a su padre. Y también mi mujer. El pasado es lo que me ha llevado hasta aquí, a ser como soy y a tomarme la enfermedad como me la tomo. En la parte periodística, siempre he reivindicado que por qué las televisiones vuelven a emitir sus reportajes y los periódicos no vuelven a publicarlos. Los reportajes de prensa escrita son flor de un día y yo creo que son útiles en otras ocasiones. Ya que los periódicos no lo hacen lo hago yo. Los que pongo en el blog siempre tienen un enganche con algún momento del presente.
Nacho Mirás: “El futuro son mis hijos”
El cáncer te ha hecho renunciar a muchas cosas como la moto, que siempre lo comentas, pero también te ha permitido pasar más tiempo con tu familia, ¿volverá a ser igual la vida después del cáncer?
Nunca. El cáncer no es después, es durante. Yo ahora mismo soy un enfermo crónico. Estoy operado, “craneotomizado”, me han quitado un tumor, me han radiado y me han “quimicado” para que no vuelva a salir un tumor que se va a empeñar en volver a salir. No se sabe cuándo, pero la normalidad se hacer relativa. Yo convivo con eso y estoy luchando para que no aparezca de nuevo, pero en cualquier revisión puede salir otro poquito. Lo importante es cogerlo a tiempo.
A lo largo del libro hablas de otra gente con cáncer, de Tito Vilanova, de Henning Mankell, de Ana Kiro (a la que le hiciste una entrevista), pero el caso que más te ha tocado ha sido el de José Luis Alvite. ¿Antes eras consciente de hasta qué punto te rodeaba el cáncer?
Pues la verdad es que no, yo creo que nadie lo es. Tendemos a pensar que las bombas caen pero que siempre le dan a otros. Pero a veces te da a ti. No se trata de vivir amargados, pero siendo consciente que son cuatro días de verdad, la perspectiva cambia. Yo vivo una vida mucho más rica e intensa que hace un año. José Luis Alvite era mi maestro, era el periodista al que yo me quería parecer por como dominaba el lenguaje… pues resulta que también nos une la enfermedad. Nos vemos en la puerta de la consulta once. Eso te hace reflexionar.


Nacho Mirás con Javier Granda, periodista de salud,  y Martín Lázaro, oncólogo |ⒸMarta R Suárez
Tu libro sale de tu blog y es un hijo no deseado por la causa por la que lo has escrito…
Yo quería escribir una novela erótica, no me veía yo escribiendo esto.
¿Cómo te sentiste cuando te propusieron convertir el blog en libro?
Lo propuse yo. Yo quería que, ya que lo hacía, hacerlo a lo grande. Empecé a través de amigos que tenía en Barcelona que me preguntaron si quería hablar con la editorial Planeta, que es la dueña de Paidós. Y me pareció bien. Lo llevé allí y pasó el filtro del comité editorial, que no es menor, ¡imagina la cantidad de originales que le llevan a Planeta! Conmigo el sí fue al momento. Me dijeron que tenían muchos testimonios de famosos, de anónimos, de “oh, vive la vida”, de “oh, la vida es una mierda”… pero este rollo tragicómico que tengo yo no lo habían visto nunca. Mal no les ha ido porque la primera edición está agotada. Tienen ya la segunda trabajadita.
Nacho Mirás: “Dar clase es algo que haría gratis, pero que no se enteren en el rectorado, que me toman la palabra”
¿Tienes ganas ya de volver a la redacción y a las aulas?
Tengo ganas, por este orden, de volver a las aulas y, después, de volver a escribir. Volver a escribir las historias de otros. Sobre todo de viajar. Yo me hice periodista para ir a los sitios a donde nadie va y contárselo a la gente. Quiero contar las historias allá donde estén y moverme por Galicia. Y volver a las aulas, poder aportar algo a la gente joven es algo que haría gratis, pero que no se enteren en el rectorado, que me toman la palabra.
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