domingo, 28 de diciembre de 2014

Se llama Hilaria Jiménez - Pedro Simón

Se llama Hilaria Jiménez - Pedro Simón

Podríamos decir que, a 28 de diciembre de 2014, sólo uno de cada tres españoles tiene todas sus necesidades cubiertas, que a estas horas de la mañana cinco millones se encuentran en situación de exclusión severa, que a día de hoy un 15% de los que tienen trabajo también es pobre o que, desde que Lehman Brothers hizo catacrack, la diferencia entre ricos y parias se ha incrementado en España en un 30%.

Pero mejor lo vamos a resumir en dos palabras. Dos palabras arrugaditas, desmemoriadas, en zapatillas de fieltro: Hilaria Jiménez.

Se llama Hilaria Jiménez la anciana de 91 años y 362 días a la que la Administración le ha denegado este noviembre la alimentación terapéutica que le venía financiando desde 2009.

Se llama Hilaria Jiménez la enferma de alzhéimer que vive con su hijo («fui a hablar con el endocrino y me dijo que era por los recortes») y cuya pensión ya no le alcanza para la nutrición farmacológica.

Se llama Hilaria Jiménez la mujer que languidece desde que le quitaron el compuesto, y luce úlceras en la boca, y aplasta una pelota de espuma en la mano con la mirada perdida.

España va mejor porque Rajoy ya lo adivinó, porque el salario mínimo subirá la desorbitante cantidad de tres eurazos, porque el número de millonarios durante la crisis ha crecido el doble que en el resto del mundo y porque Rita Barberá se ha comprado otro bolso Louis Vuitton donde le caben todos los Calatravas.

A Zapatero le costaba un horror decir la palabra crisis y Rajoy pone los morritos de Vaquerizo cuando llega a la u de la palabra recuperación.

A nosotros ya sólo nos salen dos palabras: Hilaria Jiménez.

Uno no conocerá la letra pequeña de la macroeconomía, pero sí conoce a un montón de gente que se pasa los días haciendo cuentas.

(...)

O hablamos en idiomas distintos o aquí hay alguien que no consulta el diccionario de la RAE: Recuperación. De recuperar: volver a tomar o adquirir lo que antes se tenía.

Volver a tomar lo que antes se tenía supone que a las 700.000 familias que viven sin ingresos en España les devuelvan las ganas de mirarse al espejo, que a Raquel Martínez -una madre de seis hijas que este viernes nos llamó al periódico porque no tenía leche para desayunar y antes de la crisis sí- se le aparezca la vaca de Milka en su casa, que alguien reconstruya un puente de madera que saltó en mil astillas hace tiempo.

Vivimos sobre una grieta que crece como una metástasis. Ya hay toda una España a la deriva, cada vez más náufraga. A lo peor, la niña de Rajoy acaba siendo una anciana sin memoria que el 31 de diciembre cumple 92 años.