domingo, 28 de diciembre de 2014

Ni caso - Isabel Vicente

Ni caso - Isabel Vicente

Qué es lo que acabo de decirte?" A esta temida pregunta nos hemos enfrentado todos en algún momento cuando nuestro interlocutor nota que hemos dejado de escuchar lo que nos está diciendo. Hay trucos, claro. Por ejemplo, poner en marcha la neurona piloto que te permite ir afirmando o negando con la cabeza en función del tono que emplee el otro, o ir soltado un "claro" o un "vaya" de vez en cuando, aunque hay que ser muy hábil para que no te pillen, sobre todo si a quien tienes enfrente es a tu pareja y ya sabes que esos ojos mirando al infinito son prueba inequívoca de que no te está haciendo ni puñetero caso en el último cuarto de hora. Y es que hay temas ante los que es imposible mantener la atención más de cinco minutos por mucha voluntad que le pongas. Hay quien incluso ha hecho un ranking de los temas a los que menos atención prestan los hombres en sus conversaciones con las mujeres. Así, según un estudio de la empresa británica "Ladbrokers", los varones en general son incapces de atender más de cinco minutos cuando se les habla de personas que no conocen. También parece importarles un pimiento lo que pase con los famosos o las estrellas de televisión, las conversacioes sobre compras o moda, las relaciones sentimentales de otras personas, el horóscopo o las dietas. Lo que no sé es por qué circunscriben la indiferencia hacia estos temas de conversación a los hombres, porque yo sé de muchas mujeres, entre las que me incluyo, a las que todo esto también les importa un rábano, aunque es cierto que nuestro aguante al escuchar los motivos del divorcio del vecino del quinto o la descripción de un vestido para nochevieja es bastante mayor que el de ellos. Según el estudio británico, los hombres no son capaces de atender más de 6 minutos si el tema no les interesa. Les digo ya que las mujeres tampoco. No hay nada más impertinente que tener al lado a alguien metiéndote el rollo sobre su último viaje a Italia o cotilleando sobre los disgustos que su cuñada, a la que no conoces de nada, está dando a la familia. Si vas en un autobús o en un avión sin vía de escape, más vale pegarte un tiro. En cuanto a las conversaciones de tu pareja, lo bueno es que con el tiempo ya sabes que cuando él está viendo jugar al Madrid no hay que iniciar una conversación porque se va a quedar en un monólogo, igual que el otro sabe que cuando tú estás en los últimos capítulos del libro, muerdes si te habla a no ser que haya un incendio. En esos momentos, pedirle al otro que repita la última frase que has dicho conlleva un mosqueo seguro, así que más vale esperar a un momento propicio para garantizarte, al menos, sus seis minutos de atención.