domingo, 30 de enero de 2022

El último pícaro (de momento) - José María Carrascal

 El último pícaro (de momento)  - José María Carrascal


¡Menudo negocio hemos hecho los españoles con este sujeto! Claro que nunca hemos tenido buen ojo para elegir a nuestros dirigentescuando el mayor caso de corrupción en la España democrática fue protagonizado por su partido, que se pulió más de 700 millones de euros en algo tan patriótico como llevarse a casa dinero «bastante para asar una vaca», según la madre de uno de ellos, drogas de todo tipo y juergas en puticlubes. Dinero europeo para aliviar a aquellos parados como el que ahora recibe de Bruselas. Y encima se escandaliza porque el PP advierte que no ocurra lo mismo con los fondos que está recibiendo. Todo ello con un solo objetivo: que le permitan seguir gobernando. ¡Menudo negocio hemos hecho los españoles con este sujeto! Claro que nunca hemos tenido buen ojo para elegir a nuestros dirigentes, tal vez por pensar más en qué puede favorecernos que en el bien del país. Pero ésa es otra historia.

No hace falta que nombre al protagonista de ella, pues está en la memoria de todos por sus apariciones en televisión y no acertar nunca ni disculparse por ello. Pero que los retrata.

Personajes como él abundan en todas las capas de nuestra sociedad y literatura, hasta al punto de haber creado un género: la novela picaresca. Todos hemos conocido a alguno e incluso puede que hayamos sido víctimas de sus falacias y encantos, pues suelen ser individuos simpáticos, atractivos, capaces de hacer pequeños favores siempre que estés dispuesto a hacerle a él uno grande. El primero que conocí fue un tipo de buena planta que poniendo la mano sobre la cabeza de uno de los niños que había por allí decía muy serio mirando a los ojos del portero del campo de fútbol local: «Viene conmigo», y pasábamos los dos como si fuera el gobernador civil. Es lo que Pedro Sánchez debe decir a sus ministros y ministras cuando les encomienda una misión kamikace. Una de las cosas que lamento de morirme antes que él, al ser bastante mayor, es no poder leer sus memorias. Aunque estos individuos no suelen tener memoria. Pero alguno o alguna se las escribirá. Como todo.