domingo, 25 de abril de 2021

Debate mortuorio - Joaquín Leguina

Debate mortuorio - Joaquín Leguina


Es una pena que en la contienda política madrileña se estén utilizando como arma arrojadiza los muertos a causa del virus chino. Y lo peor no es eso, sino que se usen indicadores brutos, que, para un estadístico como quien esto escribe, son un engaño. No hay una sola media aritmética ni una sola tasa bruta que explique absolutamente nada y eso se sabe desde los romanos, que ya recomendaban la comparaciones ceteris paribus, es decir, con todas las demás cosas iguales.

Y en este caso de la mortalidad por causa del virus hay que tener en cuenta, entre otras variables, la concentración de la población, no la densidad. Alemania tiene una densidad de población de 224 habitantes por kilómetro cuadrado, Gran Bretaña tiene 262 hab/km2, Francia tiene 114, Italia tiene 197 hab/km2, y España con 46.791.000 habitantes, sólo 93 por kilómetro cuadrado. Polonia, el último gran país en extensión, tiene una densidad de 123 hab/km2 con una población de 38.447.000 habitantes. Pero esos países (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Portugal o Polonia) tanto en superficie como en población agrupan a sus habitantes en una franja comprendida entre el 45 y el 60% de la superficie. Sólo algunos países se salen de esos límites: son los del Benelux, que han urbanizado hasta el 80% de su territorio, pero sobre todo España, que tiene a sus habitantes hacinados en el 12,5% del país.

Hace un par de años, Alisdair Rae, de la Universidad de Sheffield, utilizó datos de Eurostat para hacer un descubrimiento demoledor. Cuando se disminuyó el área analizada utilizando una cuadrícula de un kilómetro cuadrado, se topó con el dato de una densidad de 53.119 habitantes en el kilómetro más poblado de Europa, que resulta estar en Hospitalet de Llobregat. El siguiente punto más habitado se encuentra en París, en sus barrios más populares, donde se agrupan 52.218 personas. Y entre los lugares más concentrados de Europa está la villa de Madrid y sus alrededores.

Por otro lado, el 65 % de los españoles vive en pisos, mientras que sólo es el caso de poco más del 50 % de los italianos, del 30 % de los franceses o el 14,4 % de los ingleses. Los españoles vivimos apilados y así, no es de extrañar que encabecemos también la estadística mundial de ascensores por habitante. Todo ello no es sino el resultado de un desarrollo urbano insensato.

También escribí sobre ello en estas páginas el 13 de diciembre de 2020 y lo repito ahora en contra de los falsos argumentos que se siguen exhibiendo contra Isabel Díaz Ayuso.