domingo, 20 de marzo de 2022

No te quejes, so facha! - Alberto García Reyes

 ¡No te quejes, so facha! - Alberto García Reyes


Ha dicho la Cambiar sin aviso el criterio de España en el Sáhara es progre y protestar por el precio de los carburantes es fascistaministra Montero de Triana, esa Minerva de la sabiduría cuya retórica tabernaria demuele cualquier intento digno de celebración del V Centenario de su paisano Elio Antonio de Nebrija, que la huelga del transporte está siendo impulsada «por la ultraderecha» para «hacerle el juego al tirano». El otro día su jefe, un demócrata que de la noche a la mañana ha cambiado el criterio de España en el Sáhara desde el flexo noctívago de La Moncloa sin pasar por Parlamento alguno, acusó de la subida del precio de las energías exclusivamente a Putin, por lo que ella ha

 elevado la puja junto con un grupo surtido de trompeteros del régimen y le ha colocado el marrón también a Vox. Total, ya puestos. Porque hoy España es un ente unipersonal, incluso unigénito, acosado por un ubicuo y asfixiante fascismo. La izquierda ha ido encanijando su retórica desde Zapatero hasta reducirla a un famélico argumentario de supervivencia y las telarañas del pasado llenan el vacío moral que tanto eco les hace en la cabeza. Podría pensarse que el razonamiento de Montero es perverso porque trata de atribuir al adversario los comportamientos violentos de los piquetes que su partido despenalizó por afinidad. Pero no la veo tan capacitada. Hace muy poco tiempo, los mismos camioneros a los que ahora criminaliza eran los valientes salvadores que nos abastecían durante el confinamiento. Ahora son títeres de la ultraderecha y tienen la culpa de la escasez de papel higiénico, que por cierto es lo primero que se agota en nuestros supermercados porque los españoles tenemos un constante pellizco en la barriga con este Gobierno. Resulta que cambiar sin aviso casi medio siglo de política internacional es progre y protestar por los precios de la gasolina es ultra.

A lo mejor Montero no recuerda el palo que un sindicalista le partió en la cabeza a un transportista durante las manifestaciones de los trabajadores del metal en Cádiz, cuando el sin par Kichi, camarada del neosocialismo, dijo aquella frase tan coqueta para un alcalde de la cuna de la libertad: «Hemos tenido que meterle fuego para que en Madrid se fijen en nosotros». ¿A quién le importan los piquetes amigos habiendo tantos nazis por ahí? Mientras llos países serios toman medidas para bajar los precios, Pedro Sánchez se sigue haciendo el longui porque necesita recaudar. Y su cohorte de pelotas, con Montero dándole coba a ritmo de maracas, no se atreve a susurrarle que sin rebaja va a consumir Rita la Cantaora. Con los actuales precios, el incremento anual del gasto de una familia para las necesidades básicas supera los tres mil euros. Así que el arreón de Montero contra Putin, la ultraderecha y la madre que parió a Panete se llama desparpajo, aunque los currantes que vivimos a dos velas no tenemos muchas ganas de discutir y estamos dispuestos a aceptar esa oratoria de plazoleta -¡no te quejes de los palos que te doy, so facha!- si la ministra de Hacienda, ¡que ella es la ministra de los impuestos!, nos baja el puyazo y podemos dejar de freír los huevos con saliva.