miércoles, 23 de octubre de 2019

Por donde quepa - Alberto Estella

Por donde quepa - Alberto Estella

Oriol Junqueras, principal responsable del procés catalán, 13 años de condena por rebelión (perdón, sedición), preguntado ayer si lo pediría, dijo en plan chulo: “Que se metan el indulto por donde les quepa”. De paso, este cateto regordío, tuerto del derecho (el izquierdo es para su Esquerra), profesorcillo de historia, y con más orgullo que don Rodrigo en la horca, se comparó nada menos que con Gandhi y Mandela, que no se rindieron al Imperio Británico ni al apartheid de Suráfrica. Olé sus collons.
Cuando lo leí, me pregunté, ¿pero este tío se ha vuelto loco? Hice memoria. ¿A quién le había oído algo semejante, el desprecio del perdón, la altanería de quien se considera inocente, sin serlo? Fue al bellotakari, el extremeño montaraz Rodríguez Ibarra, cuando su gobierno socialista se negó a indultar a Vera, secretario de Estado para la Seguridad que —con toda seguridad—, se apropió de los fondos llamados “de reptiles”, esos que algunos gobiernos destinan a comprar voluntades, medios y periodistas.
Pero Junqueras va de farol, como el que alumbra cada miércoles mis opiniones. Su indulto aseguran que está pactado entre los principales compadres de la defenestración de Rajoy y todo lo demás, es decir Sánchez y el propio Junqueras. Pero como está en cárcel catalana, y la competencia de las prisiones está transferida, Oriol se pasa el posible indulto “por el forro”, porque su régimen abierto —llámese como se quiera—, comenzará al día siguiente de las elecciones. Vamos, que el 11 de noviembre el ojituerto a casita, y a seguir delinquiendo. Porque como separatista terco y contumaz, aspira a ser un ejemplar malhechor reincidente.

La incógnita es ese sitio “por donde le quepa” al Gobierno la petición de indulto. Si preguntáramos, el 99% de los batuecos señalaría el mismo lugar, es decir, el final del tubo digestivo, que comienza en la boca y acaba en un esfínter (los mejicanos le dicen expresivamente “donde se arremolina el cuero”). Aunque puestos a meter papeles “donde quepan”, tampoco es mal sitio la boquita del boquirroto Oriol, para introducirle —y que se trague a fuerza pan—, una orden urgente de traslado a Topas, y la recuperación por el Estado de las competencias en materia de prisiones. ¡No tienen c...!