miércoles, 29 de septiembre de 2021

Indigenismo - Rosa Belmonte

 Indigenismo - Rosa Belmonte


Queda mejor por las calles de Nueva York Isabel Díaz Ayuso que Megan Markle

 mejor por las calles de Nueva York Isabel Díaz Ayuso que Megan Markle

 mejor por las calles de Nueva York Isabel Díaz Ayuso que Megan Markle

 revista femenina (vale, en ‘Telva’) dos páginas dedicadas a los ponchos. La moda que viene, cielos. Los hay de Etro, de Max Mara o de Chloé. ¿Qué somos? ¿Los Calchakis? A mí ahí no me pillan y eso que la prenda tiene la ventaja de la talla única y yo la desventaja de estar poniéndome tan gorda que no me cierra ni el coche. Vale que se los pusiera Chavela Vargas. Pero ni la Pradera tenía tantos ponchos en el tenderete que plantaba en el escenario. Isabel Díaz Ayuso se ha ido a las Américas. Ni que decir que queda mucho mejor en las calles de Nueva York que Meghan Markle. La presidenta madrileña ha salido con

 una de sus frases de galleta de la suerte que tan bien suenan. Después del resultón «comunismo o libertad», ha salido con que «el indigenismo es el nuevo comunismo».

Hace años estuve en una conferencia del historiador José Antonio del Busto (especialista en Pizarro) en la plaza de Cajamarca. En 1532 el inca Atahualpa fue capturado por los españoles en la plaza de Armas y un año después ejecutado, aunque hubiera pagado una enorme recompensa en oro y plata, tesoro que fue mandado a España. Cosas que vienen haciendo los vencedores de toda la vida. José Antonio del Busto hablaba a la multitud de esa historia y de pronto un tipo gritó: «¡Eso es mentira!». A lo que él respondió: «¡Yo no soy hispanista ni indigenista, yo soy peruanista!». Del Busto fue rehén en la Embajada japonesa y contaba que lo peor del cautiverio eran los baños. Menos mal que ya no está para ver a Sombrero Luminoso, como dice Federico. De un tipo que grita en una plaza hemos pasado a un presidente de México (y aquí los de Podemos) lamentando y maldiciendo la Conquista. Y al comunismo en el Gobierno. Yolanda Díaz en la fiesta del PCE: «Soy clara, vamos a derogar la reforma laboral, lo vamos a hacer. Y si no lo hacemos, se equivocará el país, se equivocará el Gobierno y se equivocará España». Pues sólo faltaría la paloma de Alberti, que sí se equivocaba de verdad. Como el pensamiento de la ministra del extraño prestigio. Que el trigo no es agua, que el mar no es el cielo, que las estrellas no son rocío, ni la calor la nevada. Ni tu falda era tu blusa. Ni tus Converse unas botas de trabajo.

La realidad del Covid le pasa por encima, ha tenido que tirar de la reforma laboral de Fátima Báñez (de la medida de flexibilización laboral que supone un ERTE) y sigue queriendo acabar con la reforma laboral. Pero la que se equivoca es España. Claro, que Ione Belarra tiene las narices de crear, bajo el paraguas de la inútil ley de la Infancia, un Consejo Estatal de Participación de la Infancia y de la Adolescencia formado por 30 collejables niños, niñas y adolescentes de 8 a 17 años. Vale, tampoco serán más melones que el Gobierno y tantos diputados.

Yo lo único que pido ya es que Isabel Díaz Ayuso no se ponga poncho.