jueves, 23 de septiembre de 2021

Brujas - Alberto García Reyes

 Brujas - Alberto García Reyes


El insulto del diputado de Vox demuestra sobre todo que está frito de orator del PSOE en el Congreso. El hombre sólo demostró con su invectiva que no sabe hablar y que, al tratarse de un parlamentario, es esencialmente una contradicción de sí mismo. Un oxímoron político.

La ‘politeia’ griega es la ‘teoría de la polis’, que está íntimamente relacionada en su etimología con la ‘paideia’, la educación. Su principal raíz, por tanto, es la urbanidad, la ejemplaridad. Además, al político se le presupone, en tanto que representa al resto de los ciudadanos, una cualificación sobresaliente. Desde la época micénica se le aplica el principio que los romanos denominaron ‘primus inter pares’, el primero entre los iguales. El mejor. Pero esta idea primitiva es hoy una utopía. Zapatero ya avisó a Sonsoles la noche en la que ganó las elecciones: «Conmigo se demuestra que cualquier español puede ser presidente». Cualquiera puede aspirar a serlo, pero si cualquiera puede lograrlo es que la sociedad a la que representa está podrida. La decadencia empezó con la profesionalización de la política en las academias de los aparatos, las juventudes de los partidos. Pero el declive total ha llegado con la radicalización parlamentaria, que oscila entre el rufianismo camisetero y el duelo de improperios de los ultras de ambos lados, que a partir de ahora se podrá librar además en euskera o catalán. ¡Sorgina! ¡Bruixa! Según El Lebrijano, los que saben hablar dicen cosas mucho peores. Qué tiempos aquellos en los que Alfonso Guerra le decía a Margaret Thatcher que en lugar de desodorante usaba ‘Tres en uno’.