jueves, 9 de febrero de 2017

Teléfono naranja: volamos hacia Trump - David Torres

Teléfono naranja: volamos hacia Trump - David Torres

Nota: Este es un diálogo completamente imaginario, lo cual no lo convierte necesariamente en irreal. Por razones de legibilidad, se han suprimido las intervenciones de los traductores simultáneos y posteriormente también se han suprimido los traductores simultáneos.
-¿Mariano? ¿Te da igual que te llame Mariano?
-No, claro. ¿Puedo yo llamarte Burger King?
-Es Donald.
-Ah, Donald. ¿Con queso o sin queso?
-Mira, prefiero Mariano, si no te importa. Es que Rajoy es muy difícil, tengo problemas con la jota y con esa erre doble vuestra.
-Creo que no es lo único con lo que tienes problemas, jejeje.
-No, la verdad es que llevo dos semanas en el cargo y ya me he metido de lleno en varias charcas. ¿Se dice así? ¿Charcas?
-Charcos, se dice charcos. Pero tú y yo jugamos a lo grande. Mejor charcas, estanques, lagunas, estercoleros. Yo me meto hasta los sobacos, sin pensar. No hay que pensarlo mucho. En la pasada legislatura fui saltando de charco en charco y mírame, oye, me eligen otra vez.
-Por eso te llamaba, Mariano. Mis asesores me han dicho que tengo que hablar contigo, que eres el único dirigente mundial que puede enseñarme cómo caer de pie.
-Bueno, bueno, cuánto honor, Burger, digo Donald.
-No, en serio. Dicen que llevas cayendo de pie décadas. Más o menos desde que hundiste aquel petrolero en la costa gallega.
-Hombre, Donald, que no lo hundí yo. Infórmate un poco.
-No, vale, pero lo de los hilillos fue genial, reconócelo.
-Es un gracejo que tengo. Y buenos asesores. Hay que rodearse de buenos asesores.
-Sí, ya he visto que tienes un equipo cojonudo. Ya quisiera yo un contable como ése que tenéis ahí. ¿Cómo se llama? ¿Bárcenas?
-Yo no tengo nada que ver con ese señor del que usted me habla.
-Pero si le estabas mandando mensajes hasta el último día, le pedías tranquilidad y hasta le decías que hacíais lo que podíais.
-¿Eso lo has leído en un informe de la CIA o en WikiLeaks?
-No, hombre, lo he leído en el periódico. En uno español, creo.
-¿En el Marca?
-Jajajajaja, eres un cachondo, Mariano. No me extraña que te voten a manos llenas. Qué buenos ratos haces pasar.
-No es cosa menor.
-Pues lo que te decía, a ver si me puedes echar una mano y me explicas cómo haceís con los jueces en España. Joder, qué suerte téneis. Yo en Estados Unidos no puedo ni mover ficha sin permiso de un juez.
-Es el político el que elige al juez y es el juez el que quiere que sean los políticos el juez.
-Sí, lo que tú digas. Pero mira lo que me ha ocurrido con lo del veto a los moros en la aduana. Van los jueces y me ningunean. Allí os sale un juez respondón y lo apartáis como a una colilla. Garzón, Silva… Al que se mueve, a la puta calle.
-Hombre, Donald, son los procedimientos democráticos.
-Jajajajajaa, no me hagas reír, hombre, que me despeino.
-En serio te lo digo. Hay que andarse ojo avizor.
-Ya, ya he visto cómo os zumbasteis a quince negros que pretendían colarse por una playa. Así se hace, coño, a tomar por culo.
-Hombre, Donald, fueron quince accidentes.
-Jajajjajajajaa, para, para, que me va a dar algo. ¿Tú también estudiaste inglés con Ansar o Asnar o como se diga?
-Yo tampoco tengo nada que ver con ese otro señor del que usted me habla.
-¿No? Pues creía que te había designado sucesor a dedo.
-Insidias.
-¿Eh? ¿Se te ha metido algo en la boca?
-Insidias. Inventos de los periodistas.
-Ah, los periodistas. Tienes que enseñarme también a hablar con los periodistas. Ya no sé si salir a las ruedas de prensa con Melania o sin Melania.
-Déjate de Melanias. Para hablar con la prensa lo primero que tienes que tienes que hacer es comprarte una televisión de plasma.
-¿De plasma?
-Y bien gorda. La más gorda que tengan. Y cuando haya un lío, te metes ahí dentro.
-OK. Oye, tengo que colgar, que vienen los peluqueros a arreglarme el tejado.
-Pues nada, Donald, un placer.

-Y en cuanto a Bárcenas, si no lo quéreis allí, me lo mandas. Lo pongo a dirigir Wall Street y nos forramos.