viernes, 27 de enero de 2017

Gürtel con Nesquik - David Torres

Gürtel con Nesquik - David Torres

La noticia no es que un hombre encontrara un cuarto de kilo de cocaína en un bote de Nesquik: la noticia es que el hombre avisó a la policía de inmediato. Un poco más y lo denuncia a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición. Como dice mi amigo Javier Gella (que es un tipo tan gracioso que ya están tardando en ficharlo en El Jueves y El Mundo Today: podría hacerse él solo el Tremending Topic), lo habitual es que ocurra al revés: ir a por farlopa y que te vendan un cuarto kilo de Nesquik. Hay gente que se queja por vicio. No me imagino yo a Gella ni a ninguno de mis amigos llamando a la policía por algo parecido, claro que la verdad es que tampoco me los imagino yendo a comprar Nesquik.
Lo de avisar a la policía se va quedando anticuado, mayormente porque la gente empieza a comprender que tampoco sirve de mucho. Por ejemplo, el juez José de la Mata no ha autorizado de momento una redada policial contra la familia Pujol porque piensa que las pruebas se han obtenido mediante un hackeo de los ordenadores de los sospechosos. Aunque Anticorrupción intentó procesar en su día al clan Pujol como una”organización criminal”, estos casos con tantos millones y tanta gente importante por en medio hay que llevarlos con sumo cuidado. A lo mejor, de seguir las pesquisas, podrían encontrar algo ilegal. O lo que es peor, algo gubernamental. La policía llevaba meses investigando los negocios millonarios de los Pujol en África, intentando probar un delito continuado de cohecho, tráfico de influencias, falsificación de documentos públicos y blanqueo de capitales, pero el juez de la Mata ha dicho que no hay nada, que se tomen un Nesquik. Ya se sabe que donde no hay mata, no hay patata.
Vista desde esta perspectiva del Nesquik, la actualidad en España toma de repente un suculento color achocolatado. El conductor de un autobús escolar que volcó el vehículo accidentalmente en Fuenlabrada ha sido detenido tras dar positivo por Nesquik. Para algunos, el hecho de que en los botes de Nesquik se encuentre casualmente cocaína explica bastantes cosas de la conducta aparentemente inexplicable de Errejón. Para otros, todavía no está claro si Pedro Sánchez era un envase de Nesquik adulterado con farlopa o un contingente de farlopa adulterado con Nesquik. Para cualquiera con sentido común y ojos en la cara, el incidente del Nesquik resume a la perfección no sólo la pasada legislatura sino también la trama Gürtel, el caso Bárcenas, la Púnica y los innumerables casos aislados de corrupción que hacen del PP un donut que es todo agujero.

Con su infalible olfato de cazatalentos, Esperanza Aguirre fue eligiendo los colaboradores más nutritivos en las mejores estanterías del libre mercado; luego abrió el bote y se encontró dentro un cuarto de kilo de Granados. Entre ángeles de la guarda, medallas a la Virgen, y nombramientos a Marhuenda, da la impresión de que el ex ministro Fernández Díaz desayunaba cada mañana litro y medio de Nesquik. No hay otra justificación a las varias e hilarantes ruedas de prensa que dio Cospedal que una alarmante afición al mismo proveedor de cacao en polvo. En cuanto a la tesorería del partido, por lo que sale publicado día a día en los periódicos podían haberla teledirigido desde el cártel de Medellín. Conste que este artículo ha sido escrito sin una sola gota de Nesquik.