viernes, 19 de febrero de 2016

Mariano: o yo o nadie - Raúl del Pozo

Mariano: o yo o nadie - Raúl del Pozo

Se habla mucho en la Corte de la tensión entre Mariano Rajoy y el Rey Felipe VI. Y yo no me creo que Felipe VI prefiera un primer ministro socialista a uno del PP, quizás lo que no le gustaría es que mandara Podemos porque podría invitarlo a «aligerarse por la 'verdú'».
Pienso que el Monarca se ha limitado no a nombrar, sino a proponer candidatos a la investidura, cumpliendo con rigor su papel constitucional. Felipe VI ni manda en el Ejército como su padre ni puede atenerse al 'turnismo' como su antepasado Alfonso XII, que mientras agonizaba le dijo a María Cristina: «Cristina, guárdate el coño y ya sabes, de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas». Sin embargo, me insisten en la fábula según la cual Mariano Rajoy salió como una pantera de su primera entrevista de la investidura con el Monarca. Le pidió tiempo, y el Rey le dio un plazo corto para decidirse y para no coincidir con el Comité Federal del PSOE de aquel sábado. «A Mariano, ocho días, a Sánchez, un mes», me recuerda la gente cercana al presidente.
Sea por lo que fuera, Mariano Rajoy dejó todo el protagonismo a Pedro Sánchez y a los otros pretendientes. Una estrella de TV me dice: «Desde el debate y la entrevista con el Rey, Mariano es un personaje de 'Los otros'. Está muerto y él no lo sabe. Deambula en el caserón de La Moncloa, como los personajes de Alejandro Amenábar que son espectros fotofóbicos». Ayer, Mariano volvió a dar señales de vida. Estuvo en Bruselas y dijo que la abstención no se la va a dar nadie y que un Gobierno de PSOE-Ciudadanos es un escenario imposible, una pura farsa. O manda él o nadie. Está dispuesto a ceder una vicepresidencia a Pedro Sánchez y otra a Albert Rivera, siempre que él sea el presidente. Le pregunto a gente principal del PP si están de acuerdo con esa tesis. Contestan: «Mariano Rajoy no tiene sustituto. Ni está muerto ni noquedado. Su aparente inactividad es estratégica. Sigue a la espera. Los dos 'lobbies', el de Madrid y el de Barcelona, que esperen. No les vamos a entregar su cabeza». Como nuestro deber es proteger a España de los políticos, pregunto al aparato por la sucesión. «¿Cristina Cifuentes?». «Nadie abandona algo seguro por una incertidumbre». «¿Alfonso Alonso?». «Frío, frío». «De Guindos, un independiente, que no es del PP». «Ni del PP ni de nada. Sólo del Opus». «¿Soria?». «Buen político, pero le falta carisma». «¿La ministra de Obras Públicas?». «Demasiado cerca de Rajoy». «¿Núñez Feijóo?». «Más de lo mismo. Techo de cristal».

Me resumen y me insisten: no hay nadie. Dicen que si Pedro Sánchez forma Gobierno le durará un mes. Giulio Andreotti, il divo, 'belcebú', fue siete veces primer ministro y la primera vez que formó Gobierno le duró nueve días. Eso es lo que, según los del PP, puede ocurrir aquí si se forma un Ejecutivo sin mayoría suficiente. Y si se convocan nuevas elecciones, Pablo puede ganar. No es su alternativa la que seduce, sino el nuevo el acento, el énfasis, el timbre de su discurso.