viernes, 26 de febrero de 2016

Cine mudo - Juan José Millás

Cine mudo - Juan José Millás

A juzgar por las últimas noticias, Pedro Sánchez piensa que en el fondo de todo seguidor del PP hay un simpatizante de Ciudadanos. Tal vez porque él mismo lleva dentro un Albert Rivera, como esos helados de chocolate con el corazón de vainilla. O al revés. La verdad es que no sabemos quién es la vainilla y quién el chocolate, está todo muy confundido. Así, el Hernando del PSOE empieza a parecerse al Hernando del PP porque el cinismo, entre portavoces, es más contagioso que la peste. Un vecino mío, votante de Ciudadanos, asegura que ellos son el chocolate aunque aparenten, por razones tácticas, ser la vainilla. Pero mi cuñado, votante del PSOE, dice que ellos, por las mismas razones, fingen ser el chocolate, etcétera. En cualquier caso, han decidido mezclar sabores cuando el contribuyente esperaba que mezclaran temperaturas. La frialdad de pez de Sánchez, por ejemplo, con el fuego regenerador de Iglesias.

Así las cosas, PSOE y Ciudadanos no solo han conseguido que el tiempo se detenga, como en el Día de la marmota, sino que vaya hacia atrás. El juicio de Mallorca, por ejemplo, parece un documental antiguo sobre la desaparición de la Monarquía. Y cuando vemos en la tele imágenes de Rita Barberá saliendo de la peluquería con esa arquitectura fallera en la cabeza, da la impresión de que estamos en el Canal Historia. Todo ocurrió hace mucho tiempo, en otra vida. Observen, si no, las fotos de Rajoy, que parece sacado de una película del cine mudo. Se va uno a caminar con la radio puesta y escucha informativos muertos y amortajados, casi en estado de putrefacción. Todo ello gracias a los acuerdos alcanzados entre Rivera y Sánchez, o al revés, tampoco sabemos quién ha llevado la iniciativa en la mesa de negociación.