miércoles, 10 de abril de 2019

El mundo de los niños - Luis Ventoso

El mundo de los niños - Luis Ventoso

El programa de Podemos podría firmarlo Hans Christian Andersen
Aunque al principio el reto se me hacía cuesta arriba, me he leído el flamante programa electoral que han escrito Pablo e Irene allá en la dacha serrana de Galapagar. Al fin y al cabo, si se cumplen los pronósticos de los augures demoscópicos -que humildemente me inclino a poner en cuarentena-, Sánchez nos gobernará en coalición con Podemos, por lo que conviene saber qué proponen para nuestras vidas los líderes del atribulado comunismo malva. A pesar de mis prevenciones iniciales he disfrutado con el programa, ya que su candidez infantil y juvenil lo torna entrañable. Se intuyen las dulzuras de la nueva vida de juegos y sonrisas con los gemelos, pues el plan bien podría haber llevado la rúbrica de Hans Christian Andersen.
La jornada laboral será de 34 horas a la semana, siete de lunes a jueves y seis el viernes, porque ya se sabe que cuanto menos curren sus ciudadanos más prosperarán los países. Si esas condiciones te parecen todavía chungas, «no pasa na»: Pablo e Irene te regalarán un sueldo Nescafé de 600 euros al mes aunque te quedes apalancado en la hamaca con una birra (y llegará a 1.200 si tienes hijos). Montero e Iglesias estiman que puede haber diez millones de españoles que aspiren a cobrar por no hacer nada (yo creo que apuntan bajo, deben andar por treinta o cuarenta millones). De cómo se paga, nada, por supuesto. En Podemos somos gente seria y no estamos para chorradillas burguesas como hacer cuentas. Las matrículas universitarias serán gratis. El permiso de paternidad durará 16 semanas (a Pablo Manuel debe haberle gustado la experiencia). El sueldo mínimo se subirá a 1.200 euros. Las pensiones se revalorizarán con el IPC y subirán las mínimas.
Para estimular la economía el programa presenta una serie de medidas que convertirán a España en la meca del capital global, habrá sopapos para invertir aquí: doble impuesto a la banca, el IRPF de los que ganen más de 100.000 euros será del 47% (ojo Pablo que igual te pilla), impuesto a las grandes fortunas, impuesto a las tecnológicas... Muy imaginativo. Por supuesto no falta el capítulo antiliberal de tocarle la zanfoña al respetable con sus cosas privadas: intervención del mercado del alquiler, pues sabido es que quien ha logrado ahorrar para comprarse un piso y luego lo alquila es un peligroso delincuente que debe ser acogotado; no más pisos turísticos; caña a la educación concertada y hasta una ley para acabar con la comida basura (he echado en falta la propuesta de un ministerio del ramo).
No pueden faltar, por supuesto, los grandes clásicos: collejas al Rey y a la Iglesia católica y un poco de revanchismo guerracivilista. Pero el punto en el que hemos volado más alto es el 108, cuando Pablo, el último defensor de la satrapía que ha sumido en la miseria a Venezuela y que recibe estipendios televisivo de Irán, anuncia que convertirá a España en «impulsora de la democracia internacional».

Juegos florales de niños. Pero la galopante infantilización de nuestra política puede sentarlos en el Gobierno si no hay un reagrupamiento táctico de los votantes conservadores.