martes, 22 de septiembre de 2015

España tolón, tolón - David Torres

España tolón, tolón - David Torres

La concordancia no es el fuerte de Mariano. No, tampoco la sintáctica. “Gracias porque habéis hecho feliz (sic) a muchísimos españoles, a todos los españoles” dijo ayer al recibir a la selección de baloncesto después de su brillante victoria en el europeo. Lo correcto hubiera sido decir “felices”, en plural, a no ser que Mariano contemple a la totalidad de los españoles como un único sujeto colectivo, una homogénea comunidad de creyentes donde no caben ni los independentistas catalanes, ni los indiferentes a las gestas deportivas, ni Fernando Trueba, ni tampoco esa gente sospechosa que el domingo estaba leyendo un libro, practicando yoga o reactivando el consumo en una terraza en lugar de aullar cada canasta rojigualda.
Ahora bien, si se quiere hacer justicia a una epopeya europea como la de Gasol y sus muchachos se necesita un narrador homérico y ayer José María Mijangos creció tres palmos para escribir una crónica a la altura. En lugar de tirar por el sendero literario, que tampoco es su fuerte, Mariano se decidió por la geopolítica para explicar en unas pocas y sencillas palabras la trayectoria de la selección española de baloncesto, el desarrollo de este deporte en las últimas décadas, nuestra hegemonía en la cancha e incluso la caída del Muro de Berlín: “Ha sido nuestra medalla 12 en un europeo, sólo la URSS y Yugoslavia nos superan, pero como ya no existen, pues no nos supera nadie, somos el primer país de Europa a la hora de tener medallas”. Un resumen que no lo iguala ni Siro López, el inefable cantor de las gestas deportivas hispánicas, quien, en un momento dado de la semifinal contra Francia, descifró el marcador con la sabiduría de un ministro de economía: “19-28, 11 arriba”. Y aún le sobraban dedos.
Este extraordinario dominio de la aritmética, la historia y la gramática no hubiese sido posible sin la ardua labor de analfabetización promovida por el ministerio de Educación desde hace décadas. La última muestra de este empeño es un libro de 6º de primaria de Ciencias y Sociales publicado por la editorial MacMillan (y esposa). El volumen ha aparecido en los colegios españoles igual que aquel extraño suplemento en el tomo de una enciclopedia en el célebre relato de Borges, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, mostrando una historia alternativa donde la guerra civil española fue culpa de la Segunda República, el régimen de Franco instauró “una economía autosuficiente” y Esperanza Aguirre trajo “la modernidad a la región”.

Cuando le preguntaron a Marta Martínez, directora editorial de MacMillan (y esposa) por el sesgo ideológico de semejante panfleto, la buena mujer respondió que ellos diseñan sus contenidos “sin ningún interés político” para que “los niños aprendan sin aleccionarles”. Pues menos mal, porque si llegan a aleccionarlos, como en las ikastolas, lo mismo hubieran dicho que el Generalísimo era pivot del equipo español de baloncesto y que lo único que hizo fue ponerle un tapón a Azaña. Ni golpe de estado, ni técnica, ni personal. Por supuesto, a Esperanza Aguirre le ha faltado tiempo para declarar que en el libro “no se dice más que la verdad”, como si antes del tamayazo en Madrid no hubiera calefacción, ni agua corriente, ni cableado telefónico. En el cuento de Borges, el narrador, que compartía muchos rasgos con el escritor argentino -desde la amistad con Bioy Casares hasta el gusto por la erudición-, comprendía que la realidad estaba sufriendo una invasión paulatina por parte de la metafísica idealista y que tarde o temprano, “el mundo será Tlön”. Suerte que tenían, porque aquí sólo falta otra legislatura del PP para que España sea una vaca lechera, no una vaca cualquiera, que da leche merengada, ay qué vaca tan salada, tolón, tolón.