A descansar - Nacho Mirás Fole
Fin de la segunda semana de hostilidades. Me mantengo vertical, que no es poco. Pero el mérito creo que no es tanto seguir de una pieza, que lo estoy, como soportar semejante carga de física y de química con esta mierda de tiempo compostelano con el que acabaré mutando en rana. Eso sí que tiene una entrevista. La radioterapia se para hasta el lunes, no así la quimio. Hoy ha sido un día de emociones, de entrevistas… Ya he dicho que no estaba en mis planes convertirme en una celebrity de la oncología, pero es verdad que lo que cuento desde hace cuatro meses ha despertado un gran interés en muchos medios y foros sanitarios. Y yo, que a fin de cuentas trabajo en los medios, recibo y contesto a todo el que quiera preguntar. Sin hacer espectáculo. Por eso es posible que me escuchéis, me veáis o me leáis en un montón de sitios, incluido el Telediario de TVE. Ya está, serán unos días y luego se pasará. Hoy prefiero hablar que escribir, por eso os dejo el enlace a la entrevista que mi compañero Isidoro Valerio me hizo esta mañana en RadioVoz. Me toca responder a mí que, normalmente, era el que preguntaba. Valerio me hizo un regalo final que no me esperaba y que me hizo mucha ilusión: ponerme al teléfono con Kepa Junkera, al que mañana veré tocar en el Teatro Principal de Santiago. Solo quiero volver a dar las gracias a todos los que me enviáis mensajes de apoyo, de ánimo, a los que me contáis experiencias similares a la mía que acabaron bien o no tanto… incluso a los que rezan desde la buena fe. Descanso hasta el lunes con la física y también con las historias. Solo una cosa más. Como hice el otro día con mi amigo Santiago Calviño, hoy quiero cederle el post a mi buen amigo Jaime Mariño (@xayme), que me ha hecho este pedazo de regalo en Diario Responsable. Gracias a todos desde la trinchera. Abrazos radiactivos.
En los zapatos de Nacho Mirás (Jaime Mariño, para Diario Responsable)
“No puedes entender a un hombre hasta que no te hayas calzado sus zapatos y hayas caminado con ellos”, explicaba el abogado Atticus Finch a su hija Scout en una memorable escena de “Matar un ruiseñor”. Es una frase sabia, que explica quizás porqué nos cuesta tanto ponernos en lugar de los demás y transitamos por esta vida chocando unos con otros como si fueramos bolas de billar.
Cuando alguien querido enferma, ese abismo íntimo que nos separa suele ensancharse. ¿Cómo comprenderlo? ¿Cómo saber lo que piensa, qué necesita, qué bulle en su rincón más secreto? En definitiva ¿Cómo calzarse sus zapatos?
Nacho Mirás (con tilde) es un periodista de La Voz de Galicia con mujer, dos hijos, Vespa y bar de cabecera. Durante años ha sido el primero que leíamos aquellos que comenzabamos el periódico por la última página, devorando sus entrevistas de la Cara B. Nacho nos ha contado durante años atracos, asesinatos, juicios, vendavales, escándalos, elecciones y presidentes.
Pero hoy nos cuenta otra cosa, quizás más importante. Porque a finales de 2013 a Nacho Mirás (con tilde) le detectaron un tumor en el cerebro que necesitaba operación urgente. Sí, esas cosas que siempre le pasan a los demás. Y desde el primer día lo cuenta en su blog llamado “Rabudo” y que son como los zapatos que nos deja a la puerta, para que nos los pongamos, hagamos kilómetros y podamos entenderlo.
Animo a todos a caminar con sus zapatos. Leer “Rabudo” es asomarse a los sentimientos de frontera de un hombre enfermo que no teme al lenguaje. Es caminar por terrenos embarrados y pedregosos de quimioterapia, familia, hospital, vida, esperanza, pero también de empanadas, Mankell o churrerías. Caminad con los zapatos de Nacho Mirás (con tilde) y comprenderéis mejor vuestra propia vida, porque los senderos de “Rabudo” son los de tu propio corazón, sus miedos son los tuyos, sus pasos te acercan a ti mismo.
Y es que el título de su blog le define bien. “Rabudo” es una palabra gallega que describe a los niños que no se conforman facilmente, que se resisten ante lo establecido, que no se pliegan ante lo cotidiano. Rabudo es aquel que lucha, se rebela, resiste, aguanta, avanza, sufre, desafía. Seamos todos rabudos.
Gracias Nacho, por los zapatos.
Gracias, Jaime, por tus pies. A todos, por los vuestros.