lunes, 27 de diciembre de 2021

Sumisos de los idiotas - Pablo Montes

 Sumisos de los idiotas - Pablo Montes


Me van a disculpar, pero estoy hasta los cataplines de las decisiones (o más bien la falta de ellas) que en los últimos días han tomado nuestros gobernantes para atajar la sexta ola de la pandemia. No debería sorprendernos porque en estos dos años hemos visto de todo. Estados de alarma tumbados por el Constitucional, engaños masivos sobre la efectividad de las mascarillas, cierres indiscriminados sin evidencias científicas, una docena de cambios de criterio acerca de las vacunas, ausencia de mando único, el tarado de Pere Aragonès pidiendo que sus delirios restrictivos se apliquen en toda España, sanitarios abandonados a su suerte... Todos sabemos que el virus ha ido un paso por delante y que muchos científicos están descolocados. No lo pueden decir públicamente para que no cunda el pánico, pero la realidad es esa. Sin embargo, todo este desconcierto está provocando un hartazgo sin precedentes en la ciudadanía. El caldo de cultivo para los negacionistas, los antivacunas, los insumisos y los que no se fían de lo que nos cuentan. Lógico y normal.

Hasta la llegada de las vacunas fui un defensor de determinadas medidas restrictivas que impidieran la expansión del virus. Eran momentos en los que, en cada ola, los hospitales se colapsaban. La covid fue letal para numerosas personas que, de otra forma, no se hubieran marchado. Sin embargo, todo cambió con los pinchazos. La mayoría aceptamos las dosis necesarias para recuperar nuestra vida. Por mucho que los cenizos anticiencia digan lo contrario, los sueros funcionan (unos más que otros). De no ser así, con la incidencia actual, tendríamos que montar hospitales de campaña en cada ciudad y no habría sanitarios suficientes para atender semejante aluvión de pacientes.

Es fundamental recuperar nuestras vidas, mantener las medidas de prevención en los espacios cerrados que todos conocemos, y seguir adelante. El alarmismo actual es injustificado. No lo digo yo, lo aseguraba la prestigiosa viróloga salmantina Ana Fernández-Sesma esta pasada semana en LA GACETA. “Las vacunas funcionan y hay que seguir insistiendo en que se cumplan las cuarentenas, las medidas de seguridad en interiores y la realización de test”, afirmaba. Pero no podemos seguir paralizando un país sanitaria y económicamente. Esta Navidad se ha colapsado la Atención Primaria porque muchos querían hacerse un test de antígenos gratis antes de la cena de Nochebuena. Y mientras, se siguen aplazando resonancias, escáneres, TAC, cateterismos y otro tipo de pruebas que detectan con tiempo enfermedades muchísimo más graves que la covid. Parece que ya no existen otras dolencias. Todo, absolutamente todo es coronavirus. ¡Basta ya! Cada día que pasa. Cada prueba que se retrasa, es un tumor que avanza de forma inexorable y provoca sufrimiento, dolor y muerte. Ya es hora de cambiar nuestras prioridades de una santa vez y poner a la covid en el lugar que merece. Sin restarle importancia, pero sin convertirla en la absoluta protagonista.

Mientras, la única medida tomada por el presidente del Gobierno para disfrutar de la Navidad en paz es el regreso de la mascarilla en la calle. ¿Nos toma por idiotas? El problema es que el aborregamiento general ha provocado que los tapabocas vuelvan a inundar las vías públicas para seguir respirando nuestra propia mierda en lugar de inhalar aire puro. La paradoja es macabra. En el interior de una discoteca con decenas de desconocidos a tu alrededor puedes despojarte de la mascarilla para mamarte, y sin embargo por la calle es obligatorio llevarla. De locos. En casa para recibir a toda la familia, el tapabocas se queda en el cajón, pero, ¡cuidado! En cuento pises la calle haz el favor de ponértelo que el SARS-CoV-2 aparece como un resorte desde el espacio sideral para penetrar en tu garganta y fosas nasales. Muchos hemos renunciado a cumplir este decreto absurdo a la altura de auténticos cabezas de chorlito. Es hora de dejar de someternos a la dictadura de unos idiotas que nos están llevando a la ruina moral y económica.

domingo, 17 de octubre de 2021

¿Qué necesidad tenías, Felipe? - Julián Ballestero

 ¿Qué necesidad tenías, Felipe? - Julián Ballestero


NO tenía necesidad de arrastrarse por el fango, pero Felipe González prefirió la paz a la dignidad y ayer hizo el ridículo en el XL Congreso del PSOE en Valencia, hablando poco y en sordina de lo que le escuece y callando como tumba lo que le debería revolver las tripas.

El expresidente socialista nunca debió prestarse al espectáculo de aclamación de Pedro Sánchez. Si el sevillano quería conservar la autoridad moral recuperada a base de coherencia tras perderla en su día como presunta X de los Gal, debería haberse quedado en su finquita de Cáceres (49 hectáreas de puro socialismo) diseñando joyas, tarea que al parecer se le da mejor que la adulación y la lisonja, declaradas ambas deporte oficial del Congreso. Debería haber hecho como su fiel escudero Alfonso Guerra, que ni fue ni le invitaron.

¿Qué necesidad tenías, Felipe, de abrazarte a Su Sanchidad, tú que ya tienes la vida resuelta y te has ganado el respeto de la mayoría de los españoles, sobre todo de los que no vivieron tus últimos años de gobierno? ¿No te das cuenta de que abrazar el sanchismo es justamente lo contrario de lo que haría un buen militante socialista, uno con carné del PSOE auténtico, de aquel histórico partido enterrado ahora bajo la bota del narciso patológico que tenemos por presidente?

Los pellizquitos de monja que González dedicó a Sánchez pasaron desapercibidos entre la enfervorecida audiencia congresual, porque se quedaron muy cortos respecto a las opiniones expresadas por el propio Felipe en estos dos últimos años. Sí, hubo una defensa del Régimen del 78, de la Constitución y del imperio de la Ley, pero faltó sacar conclusiones tan obvias como que no se puede gobernar ni colaborar con quienes trabajan para acabar con ese régimen, como es el caso de Podemos, ni con quienes atentan y dicen que volverán a atentar contra la Constitución, como es el caso de los golpistas catalanes, ni de quienes se declaran por encima de las leyes españolas, que son todos ellos, más los filoterroristas de Bildu.

Sobre todo, no se puede callar cuando el líder de tu partido se dispone a pactar de nuevo con quienes asumen la herencia de ETA y no han pedido perdón por los 438 españoles asesinados durante los catorce años de gobierno de Felipe, entre ellos los socialistas Múgica, Buesa, Tomás y Valiente o Casas.

Felipe no quiso asumir el papel de conciencia del partido y representó el triste papel de bufón, contando anécdotas y chascarrillos en lugar de poner a Sánchez frente a sus gravísimos errores.

Fue para el expresidente sevillano una humillación gratuita, que muchos justifican por su indudable condición de ‘hombre de partido’. Habría que preguntarse entonces de qué partido es este hombre, ¿de este PSOE que desprecia y ataca a la Monarquía, que se sienta a negociar de igual a igual la amnistía y el referéndum inconstitucional con los secesionistas? ¿Qué asume uno tras otro los disparates de ingeniería social feminazi, ecologeta y antitaurina de la tropa de Pablo Iglesias?

Tanta contención situó la intervención de González en el terreno del ridículo, un escenario donde no puede competir con los verdaderos campeones del halago. Para hacer el payaso a conciencia es mejor dedicarse profesionalmente a ello, como hace su colega Rodríguez Zapatero, que tras dejar a España al borde de la quiebra y llevar al PSOE al abismo, llegó al XL Congreso dando lecciones y consejos y proponiéndose como guía espiritual de la izquierda. Al menos Zapatero le está sacando rentabilidad al espectáculo. Dicen ahora que su adorado Maduro y su querida Delcy (la de las maletas llevadas por el exministro Ábalos) le han puesto una mina de oro en Venezuela. De ser así, que ya no necesita ir a la campa de la localidad leonesa de Rodiezmo para entonar eso de “Yo soy minero...”. Unos diseñan joyas y otros ponen el oro.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Indigenismo - Rosa Belmonte

 Indigenismo - Rosa Belmonte


Queda mejor por las calles de Nueva York Isabel Díaz Ayuso que Megan Markle

 mejor por las calles de Nueva York Isabel Díaz Ayuso que Megan Markle

 mejor por las calles de Nueva York Isabel Díaz Ayuso que Megan Markle

 revista femenina (vale, en ‘Telva’) dos páginas dedicadas a los ponchos. La moda que viene, cielos. Los hay de Etro, de Max Mara o de Chloé. ¿Qué somos? ¿Los Calchakis? A mí ahí no me pillan y eso que la prenda tiene la ventaja de la talla única y yo la desventaja de estar poniéndome tan gorda que no me cierra ni el coche. Vale que se los pusiera Chavela Vargas. Pero ni la Pradera tenía tantos ponchos en el tenderete que plantaba en el escenario. Isabel Díaz Ayuso se ha ido a las Américas. Ni que decir que queda mucho mejor en las calles de Nueva York que Meghan Markle. La presidenta madrileña ha salido con

 una de sus frases de galleta de la suerte que tan bien suenan. Después del resultón «comunismo o libertad», ha salido con que «el indigenismo es el nuevo comunismo».

Hace años estuve en una conferencia del historiador José Antonio del Busto (especialista en Pizarro) en la plaza de Cajamarca. En 1532 el inca Atahualpa fue capturado por los españoles en la plaza de Armas y un año después ejecutado, aunque hubiera pagado una enorme recompensa en oro y plata, tesoro que fue mandado a España. Cosas que vienen haciendo los vencedores de toda la vida. José Antonio del Busto hablaba a la multitud de esa historia y de pronto un tipo gritó: «¡Eso es mentira!». A lo que él respondió: «¡Yo no soy hispanista ni indigenista, yo soy peruanista!». Del Busto fue rehén en la Embajada japonesa y contaba que lo peor del cautiverio eran los baños. Menos mal que ya no está para ver a Sombrero Luminoso, como dice Federico. De un tipo que grita en una plaza hemos pasado a un presidente de México (y aquí los de Podemos) lamentando y maldiciendo la Conquista. Y al comunismo en el Gobierno. Yolanda Díaz en la fiesta del PCE: «Soy clara, vamos a derogar la reforma laboral, lo vamos a hacer. Y si no lo hacemos, se equivocará el país, se equivocará el Gobierno y se equivocará España». Pues sólo faltaría la paloma de Alberti, que sí se equivocaba de verdad. Como el pensamiento de la ministra del extraño prestigio. Que el trigo no es agua, que el mar no es el cielo, que las estrellas no son rocío, ni la calor la nevada. Ni tu falda era tu blusa. Ni tus Converse unas botas de trabajo.

La realidad del Covid le pasa por encima, ha tenido que tirar de la reforma laboral de Fátima Báñez (de la medida de flexibilización laboral que supone un ERTE) y sigue queriendo acabar con la reforma laboral. Pero la que se equivoca es España. Claro, que Ione Belarra tiene las narices de crear, bajo el paraguas de la inútil ley de la Infancia, un Consejo Estatal de Participación de la Infancia y de la Adolescencia formado por 30 collejables niños, niñas y adolescentes de 8 a 17 años. Vale, tampoco serán más melones que el Gobierno y tantos diputados.

Yo lo único que pido ya es que Isabel Díaz Ayuso no se ponga poncho.

jueves, 23 de septiembre de 2021

Brujas - Alberto García Reyes

 Brujas - Alberto García Reyes


El insulto del diputado de Vox demuestra sobre todo que está frito de orator del PSOE en el Congreso. El hombre sólo demostró con su invectiva que no sabe hablar y que, al tratarse de un parlamentario, es esencialmente una contradicción de sí mismo. Un oxímoron político.

La ‘politeia’ griega es la ‘teoría de la polis’, que está íntimamente relacionada en su etimología con la ‘paideia’, la educación. Su principal raíz, por tanto, es la urbanidad, la ejemplaridad. Además, al político se le presupone, en tanto que representa al resto de los ciudadanos, una cualificación sobresaliente. Desde la época micénica se le aplica el principio que los romanos denominaron ‘primus inter pares’, el primero entre los iguales. El mejor. Pero esta idea primitiva es hoy una utopía. Zapatero ya avisó a Sonsoles la noche en la que ganó las elecciones: «Conmigo se demuestra que cualquier español puede ser presidente». Cualquiera puede aspirar a serlo, pero si cualquiera puede lograrlo es que la sociedad a la que representa está podrida. La decadencia empezó con la profesionalización de la política en las academias de los aparatos, las juventudes de los partidos. Pero el declive total ha llegado con la radicalización parlamentaria, que oscila entre el rufianismo camisetero y el duelo de improperios de los ultras de ambos lados, que a partir de ahora se podrá librar además en euskera o catalán. ¡Sorgina! ¡Bruixa! Según El Lebrijano, los que saben hablar dicen cosas mucho peores. Qué tiempos aquellos en los que Alfonso Guerra le decía a Margaret Thatcher que en lugar de desodorante usaba ‘Tres en uno’.

jueves, 2 de septiembre de 2021

Pedro Biden - Alberto García Reyes

 Pedro Biden - Alberto García Reyes


La impudicia para anunciar un éxito sobre cadáveres es la última moda progresista

Actualizado:02/09/2021 00:24hGuardar

Biden repelió a Pedro Sánchez porque es clavado a él. No pueden llevarse bien dos narcisos en un mismo pasillo. El presidente de los Estados Unidos es una humareda universal y el de España es humillo local, pero los dos están compuestos de la misma rebañadura política. Son infalibles. El ridículo de Afganistán es para Biden un «éxito extraordinario» después de la retirada de las tropas, con repliegue de ataúdes incluido, en favor de las tribus indígenas que han conocido el kalashnikov antes que el agua potable. Es incapaz de admitir el escarnio y, además, le sobra impudicia para anunciar una victoria allí donde todavía está fresca la sangre de sus soldados. Biden tiene el fenotipo puro del buenismo huero.

 Es la sumidad de la clase política contemporánea. Cuidado con esa pandemia.

Ayer Pedro Sánchez, que atufó de coba como un vendedor de pañuelos al tótem de la progresía, también se echó incienso sin rubor para inaugurar el curso político. Cada vez que escucho al presidente en una exaltación de su yoidad mientras le abanican sus corifeos me acuerdo de aquella sentencia de Paco Toronjo: «to el que dice ‘yo soy’ es porque no tiene quien le diga ‘tú eres’». Lo de Sánchez es un recital de onanismo. La factura de la luz es culpa de Aznar, de Franco y de Don Pelayo, las vacunas las ha descubierto y las ha puesto él y, atentos al tirabuzón, el Gobierno «tiene la voluntad de subir el Salario Mínimo Interprofesional». ¡La voluntad! Sobre los cadáveres opacos del Covid, lluvia de voluntades incorpóreas. Magia potagia. Es idéntico a Biden. Ambos celebran sus triunfos en los cementerios.

La política moderna ya no consiste en intentar mejorar el mundo, sino la percepción que tenemos de él. Por eso la voluntad, mejor dicho, el anuncio de una voluntad, equivale a un hecho consumado. Porque todos los compromisos son etéreos, relativos e intangibles y siempre se le puede colocar el incumplimiento a los Reyes Católicos o al emperador Trajano. Beneficios de la memoria histórica. Y de la globalización. Pedro Sánchez se cree tan importante como Biden y hay que reconocer que al menos en vanidad e impostura está a su altura. No le escatimemos el mérito.

domingo, 29 de agosto de 2021

Otra tropelía de Castells - Julián Ballestero

 Otra tropelía de Castells - Julián Ballestero


Todo lo que toca este Gobierno empeora, estalla o indigna. Si la política es el arte de crear conflictos donde no los hay y encontrar soluciones contraproducentes que los agravan, Pedro Sánchez puede ser proclamado genio de la especialidad.

Tenemos un ejemplo muy reciente: la Ley de Universidades elaborada en los laboratorios del ministro Manuel Castells durante sus horas libres (son todas, por el momento). Por lo que se conoce del borrador, el texto representa un paradigma de esta manía del Ejecutivo social-comunista de estropear todo lo que buena o malamente venía funcionando, desde la economía a la democracia, pasando por la convivencia.

Ya la LOMLOE marcó el camino para acabar con el esfuerzo y el mérito como palancas de la educación y ahora parece que la Ley de Universidades va a imponer el mismo esquema unificador e igualitario en la enseñanza superior, para que se cumpla el sueño socialcomunista de que nadie suspenda nunca y todos tengamos el título de doctor, aunque sea regalado como el del propio presidente Sánchez.

Castells prepara la demolición de la Universidad como institución de prestigio y calidad, para lo cual pretende que cualquier profesor pueda ser rector, aunque no sea catedrático, a la vez que elimina la firma del Rey que confería solemnidad a los títulos. Son pequeños detalles del afán demoledor del Ejecutivo, que se verán reducidos a anécdotas cuando conozcamos en su integridad el texto.

No debería sorprendernos este ataque a la meritocracia y a la monarquía, si tenemos en cuenta la identidad comunista y filo anarquista de un ministro encuadrado en las filas de En Común Podem, un colega del bolivariano Pablo Iglesias y de la okupa Ada Colau. Si fuera por estos tres, las clases se impartirían en asambleas revolucionarias en las sentadas de la Puerta del Sol o durante las algaradas contra los Mossos.

No es, sin embargo, la educación uno de los asuntos que ocupen los desvelos del presidente del Gobierno. Está ahora con lo de Afganistán, intentando colgarse todas las medallas y apuntándose a todas las fotos, siempre que se produzcan en un contexto positivo. Que le den votos, vamos.

Al bello Sánchez, tan amigo de las comparecencias públicas durante sus periplos para alcanzar el poder, le ha invadido ahora el mismo síndrome del plasma que él afeaba en su día a Mariano Rajoy, solo que agravado por su incurable narcisismo. Porque a Su Sanchidad le sigue gustando aparecer en los medios de comunicación y lanzar desde el atril sus largas, vacías e insoportables peroratas, pero hace ya tiempo que se niega a contestar preguntas de los periodistas, por si acaso. Y no digamos ya cuando se trata de ofrecer explicaciones al pueblo español en el Congreso: ahí hace ‘sape’ como el gato. Prefiere cruzar el cinturón de talibanes a las puertas del aeropuerto de Kabul que someterse a un interrogatorio de la oposición o de la prensa.

Este miedo cerval del doctor Sánchez se debe no a su falta de osadía, que le sobra, sino a su deficiente preparación. Si hubiera aprovechado los años que pasó estudiando Ciencias Económicas y Empresariales y hubiera trabajado en la tesis en lugar de plagiarla, ahora no tendría miedo a que le preguntaran por un tema que no le han cocinado en los fogones de La Moncloa.

Esto también explica por qué la futura Ley de Universidades va a rebajar el nivel de la Universidad: Pedro Sánchez no puede aprobar una ley que no le permitiese conseguir su doctorado.

Un amigo me decía hace poco que demasiado bien va España teniendo en cuenta el nivel y la caladura moral de la tropa que nos desgobierna, y no le faltaba razón. Sanchistas y comunistas se han empeñado en cambiarlo todo y cada paso que dan es para peor.

lunes, 16 de agosto de 2021

Putivlubs - Ignacio Ruiz Quintano

 Puticlubs - Ignacio Ruiz-Quintano


Las matemáticas de género nacieron en un burdel veneciano, y un puticlub de Logroño recibe una estrella Michelin, dicen ahora en Francia que por error

Por menos de esto, ‘Sensaciones’, un puticlub de Logroño, la tierra de Cuca Gamarra, ha recibido una estrella Michelin, dicen ahora en Francia que por error, bendito error, como el de Montesquieu creyendo ver en el gobierno inglés la separación de poderes. ‘Las moras del Castrillo’, le titularon a Azorín en ‘Crisol’ un artículo titulado ‘Cánovas del Castillo’.

 Irene Montero, cajera de oficio, las matemáticas son «el arte de decir lo mismo con distintas palabras», pero veía en ellas el origen de la creencia en la verdad eterna y exacta, razón por la cual interesaron al feminismo antañón, caso de Sandra Harding, para quien los ‘Principios matemáticos’ de Newton son un manual de violación, o de Luce Irigaray, para quien E=mc² es una ecuación sexualizada. ¿Vamos a discutir por eso?

Las matemáticas de género carecen, pues, de importancia, y sólo son otra chuchería del Konsenso: la izquierda las necesita para contar las maletas de Delcy, y la derecha, para vender la sede de Génova. Otra cosa es saber contar hasta 500, que son los años cumplidos de la conquista de México-Tenochtitlan por Hernán Cortés, acontecimiento que en la izquierda ha escapado al ministro de Cultura, un sansirolé, y en la derecha, a la consejera y a la concejala de Cultura madrileñas, simples como rocas, que no han visto ocasión ni de homenaje al hombre que mejor español ha escrito (ay, Cantó), Bernal Díaz del Castillo, que nos dejó este fogonazo de magnesio:

-El Montezuma le dio el bien venido, e nuestro Cortés le respondió con Doña Marina que él fuese el muy bien estado.

Los héroes del Konsenso son hoy el cuñado de Rivas Cherif y Blas Infante.

martes, 10 de agosto de 2021

Marihuana para Dormir: Todo lo que Necesitas Saber

  Marihuana para Dormir: Todo lo que Necesitas Saber


Aunque no lo parezca, dormir bien es una de las actividades más cruciales a la hora de llevar una vida sana. De hecho, se recomienda tener de siete a nueve horas de sueño todas las noches para un buen funcionamiento mental y físico.

Sin embargo, la realidad es que la mayoría de la gente nunca parece poder descansar lo suficiente. Esto puede suceder por varias razones: demasiada presión en la vida cotidiana, malos hábitos alimenticios, poca o nula actividad física o enfermedades subyacentes.

De hecho, el insomnio es el trastorno del sueño más común entre las personas adultas. Y para vencerlo, hay un creciente interés en la marihuana.

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Aunque a mucha gente le pueda sonar descabellado, esta práctica cuenta con una creciente cantidad de respaldo científico. El Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oklahoma, por ejemplo, sugiere que el cannabis puede funcionar para contrarrestar los efectos secundarios de múltiples desórdenes del sueño.

Por qué la marihuana puede ayudarte a dormir

Desde la antigüedad, varias culturas han utilizado la marihuana como ayuda para afecciones físicas y mentales, y en prácticas espirituales o recreativas. Esto se debe a sus propiedades relajantes, analgésicas, antiestresantes y creativas, entre muchas otras.

Hoy, podemos utilizar la planta con los mismos fines, pero en el contexto del mundo actual. Por ejemplo, hay investigaciones que sugieren que puede restablecer el ciclo natural del sueño, trastocado por el agitado estilo de vida que lleva una gran cantidad de la población. 

Por otro lado algunos estudios indican que el uso de marihuana puede reducir el tiempo que se tarda en dormir y alargar el tiempo que se pasa en el sueño profundo, mientras se acorta el tiempo que se pasa en el sueño REM.

La magia de los cannabinoides

Los cannabinoides son los compuestos químicos de la planta de cannabis responsables de su gran variedad de efectos. A ellos se le suman los terpenos, responsables del olor y sabor de las plantas en general, y que también poseen propiedades terapéuticas. Cada variedad de cannabis tendrá un perfil de cannabinoides y terpenos único y, por ende, producirá un abanico diferente de efectos.

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Actualmente, se conocen tres cannabinoides que pueden ayudar específicamente a tratar los trastornos del sueño.

El CBD o cannabidiol, por un lado, está ganando cada vez más popularidad por sus efectos relajantes y su falta de efectos psicoactivos. Esto significa que no “pega”, como el THC, pero sí que alivia la ansiedad y el dolor y puede ayudar a dormir. Además, ciertos estudios sugieren que puede reducir la somnolencia diurna, aunque algunos relatos personales sugieren lo contrario.

El THC o tetrahidrocannabinol es el cannabinoide más popular, el que provee el efecto psicoactivo (es decir, que “te coloca”). Pero esto no es todo lo que hace: también funciona como sedante, como analgésico y para el alivio del dolor y las náuseas.

El CBN o cannabinol, por su parte, ha demostrado tener propiedades sedantes, analgésicas y antiinflamatorias. Este cannabinoide no es tan popular como el THC o el CBD, pero las investigaciones demuestran que también tiene propiedades anticonvulsivas, antibacterianas y que puede estimular el apetito, entre otros beneficios. Se encuentra más comúnmente en cannabis más añejo.

Cómo usar marihuana para dormir

Si decides utilizar cannabis para dormir mejor, hay varias cosas que debes tener en cuenta antes de comenzar.

Lo primero que tienes que hacer es consultar con un médico o médica para saber si la marihuana es la terapia adecuada para ti (especialmente si tienes condiciones de salud preexistentes o si estás llevando a término un embarazo o amamantando, en cuyo caso no es recomendable).

Existen muchas variedades distintas que pueden ayudarte y muchos factores a considerar, así que asesorarte con alguien profesional (además de investigar por tu cuenta) es el camino más sabio.

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Por ejemplo, si utilizas una variedad con mayores niveles de THC, es posible que se minimice el sueño REM y que aumente la etapa de sueño profundo, que es cuando más se descansa y comienza el proceso de restauración. Pero quizás prefieras evitar los efectos psicoactivos del THC, en cuyo caso esta opción no será la adecuada para ti. Es por esto que recomendamos hablar con profesionales e informarse de fuentes confiables.

Por otro lado, la marihuana puede ser útil como terapia alternativa o complementaria, pero no se recomienda depender de ella a largo plazo, y no debe ser el único hábito que asocies al poder dormir. Deberías acompañar su consumo con otros hábitos relacionados al sueño, como cambiar tus costumbres antes de dormir, meditar, hacer ejercicio, cuidar el espacio en el que duermes y el alimento que consumes. Todos estos factores también juegan un papel importante en el sueño y no debes dejarlos de lado.

Además, tienes que tener en cuenta la gran variedad de métodos de administración y encontrar el indicado. El más popular es fumar, pero quizás quieras evitar esto para cuidar tus pulmones. Si este es tu caso, puedes intentar vapear, comer, utilizar tinturas o aceites… hay todo un mundo para explorar.

Por último, está el tema de la dosis. Cada cuerpo responde de manera diferente al cannabis, y tendrás que asesorarte al respecto, además de pasar por un período de prueba y error. También debes tener en cuenta el momento en el que consumes (hay profesionales que afirman que será más efectiva una hora antes de acostarse, pero esto dependerá del método de consumo y de tu fisiología). Eventualmente, podrás encontrar la dosis óptima de marihuana para ayudarte a dormir.

lunes, 9 de agosto de 2021

Humanización versus animalización - Manuel Muiños

 Humanización versus animalización - Manuel Muiños


QUIZÁ suena mal, pero ojalá solo fuera eso, lo malo es que el proceso de deshumanización que estamos sufriendo es cada vez más público y notorio. Lo curioso es que va en favor de la animalización y no precisamente para complementarse si no más bien para rendirse. Llama la atención el trato amable, afable, cariñoso, cercano, hasta incluso rozar lo empalagoso, que muchas personas dan a sus mascotas o animales de compañía. Me parece respetable y plausible, valoro la adopción de perros y otros animales abandonados en lugar de comprarlos, pero me chirría que el trato generoso hacia los animales sea el contrapunto al trato que muchos humanos reciben. No se pueden admitir expresiones como “mi hijo” o “mi niño” haciendo alusión al perro e ignorar miserablemente a los padres o a los abuelos. Resulta difícil de admitir que tengamos entierros de mascotas con todos los honores y enterremos, cada vez más, a humanos pasando directamente de la cámara frigorífica al nicho o sepultura, previa incineración en el crematorio y sin ningún tipo de despedida, incluso a veces organizándolo todo vía telefónica. Eso sin entrar en detalles más crematísticos económicamente hablando, donde se compite por la incineración más barata, desplazando al muerto a otra provincia. Cada vez se hacen más reales los versos del zamorano León Felipe: “La mano ociosa es quien tiene el tacto más fino en los dedos, decía el príncipe Hamlet, viendo como cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo un sepulturero ... Para enterrar a los muertos como debemos cualquiera sirve, cualquiera ... menos un sepulturero”. Estamos humanizando a los animales y deshumanizando a hombres, mujeres y niños. Quizá nos cuesta asumir responsabilidades y preferimos organizar las vidas de nuestros animales sin ningún tipo de contemplaciones ni miramientos, ellos aun considerándolos seres sintientes no suelen llevar mucho la contraria y aceptan todo tipo de perrerías humanas. Sólo hay que ver cómo se les viste por no decir como, en muchos casos, se les disfraza. Basta con ver cómo se decide sobre su alimentación o su actividad sexual, privándolos de un simple hueso o decidiendo castrarlos sin ningún tipo de contemplaciones, tan solo para evitar que nos compliquen la vida. A pesar de todo, según hemos podido saber no hace mucho, el INE ha puesto de manifiesto que hay en este país 6.265.153 niños menores de 14 años frente a los 13 millones de mascotas registradas, de las cuales más de 7 millones son perros. Cada vez se ve más normal y llama menos la atención el descenso de la natalidad y el aumento de mascotas en los hogares y de mayores en residencias. En plenas olimpiadas hemos de tomar conciencia que fuera de la pista, del estadio, del rin, del tatami, ... si los humanos no hacemos equipo entre todos y dejamos de competir entre nosotros, estamos condenados a la extinción o cuando menos a un sufrimiento innecesario.

Muchos perros, pocos viejos - Luis del Val

 Muchos perros, pocos viejos - Luis del Val


Cualquier día habrá hoteles en los que no admitirán viejos. El progresismo avanza imparable

 todo tipo de establecimientos, pero todavía hay prohibiciones, y siempre es un inconveniente a la hora de reservar habitación.

Sin embargo, las ventajas de veranear con el perro en lugar de con la abuelita son muchísimas. En primer lugar, la abuelita a lo mejor es tu madre o tu suegra, y te dice que vaya porquería de apartamento que has alquilado, o se ha enterado de lo que valen las habitaciones del hotel y te reprocha que sea demasiado caro, o demasiado alejado de la playa, o demasiado lo que sea. Ese tipo de comentario jamás te lo hará un perro. Hombre, sí, el perro puede ladrar, y los viejos, en cambio, no ladran nunca, pero se pueden poner enfermos y, con este insolidario sistema autonómico, la tarjeta sanitaria de un sitio no te puede valer en otra autonomía, donde asistirán sin rechistar a un pobrecillo que acaba de arribar en una patera, pero puede que tengas que llevar a la abuela a un médico privado. Todos estos factores nos vuelven mucho más progresistas, y hay que reconocer que a la sociedad le cuesta dejar la mascota en una perrera. Los viejos, en cambio, se quedan en la residencia sin rechistar. En el mes de agosto, no sólo salen menos, sino que es el mes en el que más raras son las visitas. Ya existen hoteles, ‘adult only’, donde no se admiten niños. Cualquier día habrá hoteles en los que no admitirán viejos. El progresismo avanza imparable.

viernes, 6 de agosto de 2021

Pare, jo vull una moto - Agustín Pery

 Pare, jo vull una moto - Agustín Pery


Qué desperdicio esa legión de niñatos cegados por el victimismo indepe

 me llamaban señorito por vivir en las viviendas de la Marina y se quejaban de que en sus casas no entraba parné, tenían la burra que a mí no me compraban. Luego lo entendí. Cobraban el PER, que no era el titulo de Patrón de Embarcación de Recreo, sino el sistema clientelar instaurado por el régimen socialista para señorear en mi tierra. La izquierda igualitaria me dejó sin dar gas. Mi consuelo fue comprobar que lo que me dijo mi padre resultó cierto. «Hijo, esfuérzate, estudia y así tendrás lo que quieras. El resto cumplirán años y seguirán con la misma motillo».

Aquella época derivó en la tecnificación del ‘pay per vote’, un dopar las urnas para tener a los pececillos boqueando en la redes socialistas. Al PER lo sustituyeron los ERE, me pusieron lentillas y encontré mi toalla, Alberti exigía hotel estrellado por cada recital porque sería comunista pero no gilipollas y nunca me saqué el carné para no poner en riesgo la vida de mis congéneres. Recuerdo mis traumas infantiles porque el lunes leí a mi compañero Antonio Ramírez que Andalucía ya fragua el ‘sorpasso’ económico a Cataluña. Me apiadé de esa legión de niñatos maleducados en el victimismo independentista, que aprenden de sus mayores a exigir subvenciones y reclamar derechos bajo amenaza de fustigarnos con la misma estelada con la que ocultan que dejaron hace mucho de hacer los deberes. Entonces fuimos víctimas del voto cautivo, los catalanes ahora paniaguados del ruinoso secesionismo, que no se apea de la moto ni para coger un avión en ‘su’ aeropuerto.

lunes, 2 de agosto de 2021

Éxito - Rosalía Sánchez

 Éxito - Rosalía Sánchez


Nadie es profeta en su tierra. Esta máxima constituye una verdad bíblica revestida de dogma evangélico (Lc, 4,24) a la que, sin embargo, encuentro de vez en cuando irreverentes excepciones. Una de ellas la tuve ante mis ojos la noche del viernes pasado, en la Plaza Mayor. En estos tiempos de descrédito de los políticos, abierto y generalizado desprecio por los lodazales en los que se arrastra la representación pública; en estos tiempos de abucheos y escraches; en esta era de trols y haters, amén de todo tipo de inconscientes desparrames redesocialescos, ahí estaba el presidente de Castilla y León, sentado en una terraza, tranquilamente, sin guardaespaldas que amparasen sus flancos y rodeado de muchos conciudadanos que disfrutaban, como él, de una fresca y satisfactoria velada salmantina. A su alrededor, familias cenando, turistas abrigados y salmantinos que cruzaban en dirección a la Plaza del Corrillo y que, a pesar de la mascarilla que no llegó a quitarse, reconocían las facciones de Alfonso Fernández Mañueco y se acercaban a saludar, incluso con selfie de por medio. Los camareros de la Plaza Mayor, con un nivel de profesionalidad y eficiencia que yo no he visto en ninguno de los continentes por los que ha ido discurriendo mi peripecia vital, hacían volar bandejas de ibéricos, humeantes parrilladas y calamares a la romana que desprendían un aroma rastreable hasta las mismísimas puertas del infierno. Los muros y arcos churriguerescos, iluminados con gusto y proporción, elevaban a la enésima potencia el placer de los sentidos y redondeaban una sensación de placidez rara vez circunscrita a esta vida terrenal, de la que me despertaba cualquier propio que, al pasar, identificaba al presidente. “¡Coño!, ¿no es ese Mañueco?”. Y vuelta al saludo y al apretón de manos, porque Mañueco, deferente, no dudaba en levantarse para responder a los espontáneos.

En el ejercicio de la política se ganan más enemigos que amigos. Configura, de hecho, un ecosistema en el que prolifera la fascinante especie del amigo-enemigo, seguramente el depredador más feroz y temible de la naturaleza. Pero esa noche, para Mañueco, todo eran amigos. Era su Plaza y era su noche. Y no es para menos. Su acierto de ofrecer Salamanca como sede de la conferencia de presidentes resultó todo un éxito. Un éxito de organización, de seguridad y de protocolo. Un éxito de imagen para la ciudad e incluso un éxito político. Salamanca, que es una señora ciudad, sabe estar y sabe recibir. Pedro Sánchez venía a hacerse la foto. Pues muy bien, que venga muchas veces. Todas las que quiera. Andamos sobrados de marcos incomparables. Y donde otros quedaron como lo que son, egocéntricos interesados, soberbios que se creen por encima del resto, tan por encima como para no avenirse a hablar con los demás, Salamanca y Castilla y León se retrataron como sede de acogida y diálogo. Se empieza compartiendo mantel y termina la gente entendiéndose. Los presidentes, aunque a modo de telegrama, pudieron decirle a la cara un par de cosas al inquilino de la Moncloa. Que no se haya logrado el máximo y justo objetivo de que todas las Comunidades reciban un trato igualitario no significa que la conferencia no haya servido para nada. Ojalá hubiera una de estas conferencias todos los meses y ojalá se celebrasen todas en Salamanca, aunque su sitio está en el Senado. Redundaría en bien de todos. “Parecía que todos eran del mismo partido”, pataleaba después Revilla, que en cuanto sale de su reducto se ve fuera de lugar y fuera de juego. Bendito el día en que todos los presidentes autonómicos, al menos por unas horas, remasen e la misma dirección, como si navegásemos todos en el mismo barco, que es lo que hacemos. Volveríamos a ser imparables. Es camino largo, como bien saben en San Esteban, pero cualquier paso en esa línea ha de ser bienvenido. Chapó por la conferencia y por una foto que Mañueco puede anotarse en su álbum.

miércoles, 28 de julio de 2021

La derecha provinciana - Salvador Sostres

 La derecha provinciana - Salvador Sostres


El poder es la ciudad. Político es lo que ocurre en la polis

Votar a Vox es provinciano. Analizar mucho a Vox es provinciano. Es perder el tiempo enredarse en disputas estériles con un partido marginal en lo político y minoritario en lo electoral. Hay una afectación provinciana en la prensa de derechas tal como la hay en el Partido Popular. No se trata de Vox, no se trata de Abascal ni de sus cargos, ni mucho menos de sus panfletos sobre los grandes asuntos como la inmigración. Se trata del poder. Se trata de mandar. Es lo que Pedro Sánchez entiende hoy mejor que cualquier otro político español, hasta que su vergonzosa frivolidad le lleve a cometer un error del que jamás pueda recuperarse.

 que negociar con Abascal. Tiene que someterlo, exprimirlo, aprovecharlo como mejor le convenga, saquearle el mayor número posible de votantes y ponerlo entre la espada y la pared si tras las próximas elecciones hay una mayoría alternativa a la que hoy sustenta al Gobierno. Todo lo demás es retórico, innecesario, acomplejado, cantonal.

El mayor drama de España es que la derecha es provinciana. Una derecha casposa, redicha, insegura, que escribe cursi porque piensa mal. Hay que ser valiente para vivir en la gran ciudad. El pueblo es una renuncia. El poder sólo existe en la ciudad, la sangre, las ganas de vivir, la sed de matar. Vox es la tertulia de un casino de pueblo, como el independentismo, como Podemos, como Rosa Díez. Folclóricas que cuando apuran la copa estiran el dedo meñique. Carraca aldeana, gente a la que nunca le ha pasado nada importante.

En la ciudad acostumbrada a ver arder las vanidades, todos los populismos se licuan por el mismo desagüe y el poder ni lo llegan a rozar. La derecha solía ser este poder: Felipe, Aznar y Rajoy lo fueron; Felipe tal vez el que más, porque él ha sido el presidente más de derechas que hemos tenido desde la recuperación de la democracia. Cuando Aznar unió a los grupúsculos en el PP no lo hizo pidiendo permiso, ni escenificando, ni tirándose del moño con nadie. Mandó. Fue duro. Fue durísimo. Y Paco Álvarez-Cascos remató a los que intentaron dar guerra. Por no hablar de Felipe en Suresnes. Hay momentos en que no se trata de convencer, sino de ganar. Y cuando ganamos, gustamos.

El poder es la ciudad. Político es lo que ocurre en la polis. España es la tensión entre Madrid y Barcelona, a pesar de que en los últimos años Barcelona está dejando mucho que desear. Exactamente lo mismo que el independentismo, Vox no se entendería sin la profunda ruralidad. Pablo Casado tiene que endurecer el gesto, alargar la sonrisa, agudizar la mala leche, aprender a tomar niños en brazos sin que se le note que está tenso por si se le mean encima, y tener a asesinos a sueldo que le hagan el trabajo sucio en silencio y sin dejar rastro. Y tampoco pido que sean genios, pero estaría bien que los que escriban sean tipos que cuando salen de casa y miran antes de cruzar, sea por si pasa un coche y no una vaca.

lunes, 26 de julio de 2021

Hacerse mayor - Manuel Muiños

 Hacerse mayor - Manuel Muiños


Hoy no puedo por menos de hacer alusión a quienes año tras año van sumando experiencia de vida. Aquellos que han sido capaces de hacer realidad aquello que dice Ricardo Arjona en su canción: “Señora no le quite años a su vida, póngale vida a los años, que es mejor”.

El Papa Francisco, que tanta controversia genera en las conciencias de muchos, también ha dedicado el día de ayer a la primera Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores. Lo hace en la víspera de los Santos Joaquín y Ana a quienes hoy celebramos. Aunque a muchos les parezca postureo creo que es muy acertada esa llamada de atención. Nuestra mirada está puesta en muchos sitios, la lucha por los derechos y la dignidad está al orden del día pero los mayores están pasando a segundo plano. Parece que sus derechos se han perdido en la noche de los tiempos. Muchos han quedado “aparcados” a la orilla del camino de la vida, parece que porque arrastren los pies están condenados a arrastrar el corazón y el alma. Nada más lejos de la realidad. Nos importa cada vez menos vaciar la habitación de los abuelos para llenarla de juguetes o nos resulta cada vez más fácil sacar a pasear al perro que acompañar a nuestros mayores. Ya sé que hay realidades y situaciones que hacen imposible asumir en primera persona la respuesta de atención a nuestros mayores, ante eso no queda otra y a buen seguro, tanto a ellos como a sus seres queridos, se les parte el alma al cruzar el umbral de la puerta de la residencia más cercana. Ahora bien ¿cuántas veces nos puede lo más cómodo? ¿cuántas veces pensamos más en nosotros que en ellos? El Papa Francisco, en su homilía de la Eucaristía celebrada ayer en la Basílica de San Pedro decía entre otras cosas: “¿Qué mirada tenemos hacia los abuelos y los mayores?... Tengo miedo de una sociedad en la que todos somos una multitud anónima e incapaces de levantar la mirada y reconocernos”. Nos recuerda la necesidad de compartir jóvenes y ancianos lo que somos y lo que tenemos, al mismo tiempo con claridad y contundencia, que los abuelos y los mayores “no son sobras de la vida, desechos que se deben tirar”.

Sin duda alguna es hora de reivindicar y hacer visible para nuestros mayores aquella mítica frase de mi paisano y diseñador gallego Adolfo Domínguez “la arruga es bella”. En el caso de nuestros mayores, sin duda alguna. Es cuestión de escudriñar en lo más profundo de esas arrugas y descubrir todo el esfuerzo, la lucha y la superación, el cariño y la entrega que hicieron posible que en gran parte hoy seamos lo que somos. Es cuestión de sentir la aspereza de la piel curtida por el tiempo, para descubrir la ternura y la dulzura de su corazón, muchas veces castigado por los sinsabores y contratiempos de la vida. Hacerse mayor no es una desgracia si no una bendición. Hagamos memoria histórica, no memoria histérica. Nuestros mayores lo merecen.

domingo, 25 de julio de 2021

La enseñanza - Román Álvarez

 La enseñanza - Román Álvarez


Lo que pronto se aprende, tarde se olvida, sostenían nuestros maestros en aquellos tiempos en los que se valoraba la enseñanza y el esfuerzo. Ahora, diríamos que lo que se aprende deprisa se olvida más deprisa aún. Son tiempos de apremios y celeridades, de prestezas y vértigos en las aulas, de muchos apuntes y pocas lecturas. Antes se decía: habla como un libro. Ahora se podría decir: habla como los apuntes del Rincón del Vago. Vivimos en la época de la información y no del conocimiento. La formación profesional y los perfiles técnicos en general contribuyen a mejorar la economía, a buscar nuevos senderos en un mundo cada vez más competitivo. Bien está que se fomente este tipo de saberes de los que tan necesitados estamos en España, porque forman a nuestros jóvenes y garantizan empleos y progreso en plena era de la información y del conocimiento digital.

Los diseñadores de las leyes educativas deberían tener claro que las Humanidades y las Ciencias no son antagónicas, sino complementarias. La universidad de Salamanca ha combinado recientemente ambas vertientes en los últimos nombramientos de doctores Honoris Causa. David Konstan y Ana Blandiana nos remiten a la cultura clásica y al valor de la poesía. Por su parte, Avelino Corma y Miguel Delibes buscan con sus investigaciones en el campo de la Química y la Biología dar respuestas a algunos de los grandes problemas de la humanidad.

Las lenguas y culturas clásicas iniciaron hace ya tiempo un declive imparable. Cada responsable ministerial ha llegado con su ley bajo el brazo y el hacha lista para cercenar las cada vez más reducidas parcelas del Latín y el Griego. Ya decía T.S. Eliot a mediados del XX que los clásicos grecolatinos habían ido perdiendo desde finales del XIX su lugar como pilares del sistema político y social. La verdadera patria de los clásicos es su lengua y su cultura y, como recordaba Rodríguez Adrados, “la enseñanza sufre la competencia de mil tentaciones de la vida moderna, ladronas del tiempo y del espacio mental”.

Ante tan triste tesitura en un campo tan sensible como el de la educación, no es de extrañar que surjan géneros gramaticales novedosos. Hace unas semanas se recibió con burlas la palabra “matria” en boca de la ministra de Trabajo. Ignoro si el vocablo se lo sopló alguno de sus asesores o si la propia ministra leyó La tía Tula de Unamuno (o el Prólogo, que es donde don Miguel alude a los conceptos de “matria” y “sororidad”).

En fin, volver a los clásicos mejoraría la retórica parlamentaria, porque, al paso que vamos, con tal cúmulo de lerdos, lerdas y lerdes en las altas esferas de la política, alguno de ellos, ellas y elles va a acabar expresándose oralmente mediante simples rugidos guturales. Lo malo es que se les entenderá igual. Total, para lo que tienen que decir...

martes, 20 de julio de 2021

Algo falla - Miguel Ángel García-Mochales

 Algo falla - Miguel Ángel García-Mochales


Andaba leyendo a primera hora la mañana el periódico 

-una sana costumbre que les animo a mantener- y me encontré con dos informaciones que reflejan a la perfección el país que estamos permitiendo construir. Y, la verdad, no sé a ustedes, pero a mí no me gusta ni un pelo.

La primera de ellas tenía entidad suficiente como para abrir la primera plana. Contaba que los hosteleros salmantinos se las ven y se las desean para encontrar un camarero o un cocinero este verano, cuando en el Servicio Público de Empleo de Castilla y León (Ecyl) hay inscritos en nuestra provincia 1.589 desempleados con experiencia en el arte de mover la bandeja, 318 que saben lo que son los fogones de un restaurante y otros 1.260 que ya habían trabajado de pinches. No me lo podía creer. El presidente de la asociación que aglutina a los bares, casas de comidas y alojamientos varios se quejaba amargamente de que se trata de una situación endémica en el sector y aseguraba que mantenía conversaciones con el Ecyl para atajar el problema. Iluso de mí, no entendía la necesidad de tanta palabrería. Existe un compromiso de actividad que todo parado debería cumplir, de tal forma que si rechaza tres posibles ofertas de trabajo puede perder su prestación por desempleo. Por lo que se ve, hay mucho especialista en letra pequeña -aunque no venga en su currículum-, que sabe desenvolverse como pez en el agua en seguir cobrando del erario público mientras se pone de perfil y silba cuando aparece un empleo.

A tenor de lo que decía el reportaje, no es el único sector en el que ocurre tal disparate. En la construcción la economía sumergida campa a sus anchas. Los representantes del ladrillo claman a la Inspección de Trabajo para que destape a quienes están cobrando prestaciones mientras completan sus ingresos con “chapuzas”. Y en la agricultura sucede otro tanto de lo mismo.

La segunda tenía un tinte humano más dramático. Narraba las desventuras de un grupo de vecinos de un edificio de la urbanización ‘La Reguera’ situda en Nuevo Naharros, que han vivido un auténtico calvario durante los últimos cuatro años. Compraron sus pisos, con toda la ilusión del mundo, en un complejo con amplias zonas verdes comunes y piscina. Un sueño. Poco podían sospechar que a finales de 2015 iban a sufrir la visita de los ‘okupas’. Hubo un momento en el que más de la mitad de las personas que vivían en la urbanización eran familias que, entre sus aficiones, destacaba el destrozo sistemático de zonas comunes, el enganche ilegal de la luz, el agua y el gas, e incluso el robo. Hasta 43 denuncias llegaron a poner los pobres vecinos ante la Guardia Civil. De pagar 30 euros al mes de Comunidad pasaron a abonar casi 200 porque hizo falta hasta contratar seguridad privada. Por fortuna, la historia tiene un final feliz y, después de cuatro largos años, han podido resolver la situación.

Ambos ejemplos constituyen una prueba evidente del funcionamiento de nuestra Administración. ¿Cómo se come que en un país con una tasa de paro de casi el 16 por ciento no se encuentre en las oficinas de empleo a determinados trabajadores? ¿En qué cabeza cabe que se proteja más al delincuente que al ciudadano de a pie cumplidor?

Solo encuentro una explicación posible. Que nuestras autoridades, esas que acceden a un empleo temporal al servicio del ciudadano, que muchas convierten en permanente al servicio propio, tienen otras preocupaciones. Prefieren enzarzarse en cuestiones de gran calado, que cambiarán sin duda el rumbo de la Humanidad. Temas tan interesantes como debatir si debemos emplear la palabra patria o matria -ya la usó Unamuno, por cierto-, o si el régimen tiránico cubano es una dictadura -parece evidente- o no. Todo con tal de no trabajar en los problemas reales que tiene la gente. Y así nos luce el pelo.

viernes, 16 de julio de 2021

El Verano que merecemos - Javier Hernández

El verano que merecemos - Javier Hernández


El verano no está siendo tal y como lo esperábamos.

Nos imaginábamos conviviendo despreocupados y rememorando anécdotas de mascarillas como algo del pasado. Los hay que sí, que viven en ese mundo feliz, pero son los que llevan haciéndolo desde 2020. El resto seguimos con el bozal puesto con 35ºC a la sombra y a pesar de que el Gobierno ya no nos obliga a hacerlo.

El caso es que hay algo que no cuadra. Lo que imaginábamos no coincide con lo que vivimos. Se suponía que todo el que pasa la enfermedad y todo el que recibe la vacuna ya puede regresar a sus preocupaciones prepandémicas, pero resulta que no: que los contagiados se reinfectan y los vacunados se pueden poner enfermos también.

Los últimos datos de incidencia y hospitalización suponen un bajón para nuestra moral. En el Hospital de Salamanca, por ejemplo, más del 75% de los ingresados en planta ya habían recibido una o las dos dosis de la vacuna. Lo mismo sucede con el único paciente en la UCI: hombre de sesenta años, pauta completa... y en cuidados intensivos.

El de Salamanca no es un caso aislado. Las cifras de Israel apuntan a que casi la mitad de los contagios que se está produciendo ahora son personas que estaban vacunadas.

¿Qué está pasando aquí? ¿Significa que vamos a volver a empezar de cero?

A priori no, pero también depende mucho de nosotros. Cuanto más se propague un virus, más probabilidades hay que de surja una mutación. Algunas de estas variantes son débiles y no se imponen, pero otras, en cambio, presentan una características que las hacen más contagiosas y terminan haciéndose dominantes... hasta que otro ‘matón’ más grande las jubila.

El gran temor de los virólogos -y el nuestro- es que aparezca esa variante que sí sea capaz de escapar de las vacunas, pero ni aún así estaríamos de nuevo en la casilla de salida.

Lo que se está comprobando con las personas vacunadas que se contagian es que la enfermedad es muchísimo más leve. La última vez que se registró una muerte en Salamanca fue el 11 de junio. Hace más de un mes, y desde entonces se han contagiado más de 2.300 personas. Es evidente que la población está mucho más protegida que antes.

Lo que podemos hacer para no contribuir a que surja esa nueva variante que nos ponga contra las cuerdas es no desplegar alfombras rojas ante el virus: seguir utilizando la mascarilla en todos los espacios interiores y tampoco confiarse en exteriores. Diga lo que diga el Gobierno.

La Administración también puede hacer más para evitar los contagios. Qué lejos parecen aquellos tiempos en los que Castilla y León presumía de ser la comunidad que más pruebas diagnosticas realizaba por habitante. “¡El triple que Madrid!”, se destacaba entonces.

Ahora, sorprendentemente, la Consejería de Sanidad reconoce abiertamente que no va a apostar de forma decidida por los cribados masivos. Dicen que suponen mucho esfuerzo de personal y pueden servir para que los jóvenes “vuelvan por la tarde al botellón”, pero con más tranquilidad.

Meter un palito por la nariz no cura el egoísmo ni la estupidez. En eso estamos de acuerdo, pero si corta 200 o 300 cadenas de contagio, bienvenidos sean.

Lo que debemos tener claro es que el final no está cerca ni tampoco va a ser repentino. El verano soñado, si acaso, será el de 2022.

España podrá tener vacunada al 70% de su población en agosto o en septiembre, como muy tarde, pero ni aún así se podrá hablar de inmunidad de grupo, porque el famoso rebaño no es un país, sino un planeta.

La evidencia científica apunta a que las mutaciones no surgen por culpa de las vacunas, sino al revés: entre las personas no vacunadas y hay cientos de millones en esa situación, pero no todo es pesimismo. Existe otro dato, en este caso para el optimismo, que no se está teniendo en cuenta y es que hasta ahora solo han entrado en juego cuatro vacunas, pero hay muchas más -alguna española- que llevan tiempo en preparación y se lo están tomando con calma, precisamente, para ser la vacuna definitiva.

lunes, 12 de julio de 2021

Premio a Fernanda

 La jefa de Urología de Salamanca recibe el primer premio de la Asociación Europea de Urología


Primera vez que un urólogo español alcanza esta distinción | Ha sido reconocida por su estudio de vacunas contra la infección de orina

R.D.L /

La uróloga María Fernanda Lorenzo Gómez se ha alzado con el primer premio de la Asociación Europea de Urología, la máxima distinción a la que se puede aspirar en este campo de la medicina.

El reconocimiento que ha conseguido la jefa del Servicio de Urología del Hospital de Salamanca es todo un logro, ya que hasta ahora ningún especialista de España había sido distinguido con este galardón. Así lo destaca emocionada la especialista y subraya el trabajo llevado a cabo por todo el equipo de Urología, además de la importante colaboración prestada por los médicos de Atención Primaria y la necesaria cooperación del Hospital, la Universidad y el IBSAL.

María Fernanda Lorenzo Gómez se ha impuesto a 2.000 candidatos procedentes de toda Europa con un estudio en el que se constata que la vacuna contra la infección de orina investigada en España, con Salamanca como líder, tiene muchos menos efectos secundarios que la autovacuna que se utiliza en la actualidad.

“La Asociación Europea de Urología ha premiado el estudio porque supone un gran avance mundial”, comenta la galardonada y explica: “El premio es fruto de un trabajo que he liderado en España e Inglaterra con la participación de 200 mujeres en España y 40 en Inglaterra.

Se trata de un ensayo muy laborioso que empezó en 2015 y acabó en 2019 y que se realizó con el primer nivel de investigación fundamental, que es lo que se llama el ‘doble ciego’, es decir, que ha habido mujeres que han participado en el estudio sabiendo que lo que a lo mejor les tocaba era agua. El resultado ha sido un estudio que saca adelante una vacuna mundial contra las infecciones urinarias de repetición, un grave problema porque deteriora mucho la calidad de vida de las personas”.

En este sentido, Fernanda Lorenzo subraya la apuesta por la ciencia y la investigación de las mujeres de Salamanca que han participado en el ensayo clínico que, según sus palabras, “va a ser un faro de conocimiento en España y en el mundo”.

El objetivo ahora es que se pueda generalizar esa vacuna cuya fórmula fue elaborada por la uróloga del Hospital de Salamanca tras investigar el mecanismo que producía ese defecto de inmunidad, aunque la expansión de dicha vacuna ya no depende de la especialista, sino que está en manos del laboratorio que la produce y las autoridades sanitarias.

Hay que recordar que la Asociación Europea de Urología está integrada por 30.000 especialistas de toda Europa, una elevada cifra que pone de manifiesto la relevancia del premio que ha conseguido la uróloga de Salamanca y que se suma a otros anteriores como los obtenidos en el Congreso Nacional y el Congreso Iberoamericano de Urología, ambos celebrados en el año 2019.

jueves, 8 de julio de 2021

Los jóvenes reporteros nunca mueren - Arturo Pérez Reverte

 Los jóvenes reporteros nunca mueren - Arturo Pérez Reverte


Hace unos días volví a ver la película que rodó Gerardo Herrero sobre Territorio comanche; que más que novela era un trozo de memoria personal con la ficción justa para aliñar la cosa. Rodada en escenarios tan naturales como la guerra misma, la película resiste el paso del tiempo; con la particularidad de que, al mostrar un Sarajevo agitado por los últimos coletazos del asedio serbio, contiene un valor documental extraordinario. Por mucho dinero que se metiese en la producción, sería imposible reconstruir hoy el sombrío decorado de esa ciudad destruida y peligrosa. El caso es que he visto de nuevo la película, como digo, refrescando el recuerdo que de ella conservaba: cierta cómica incomodidad cuando Imanol Arias, que en la peli hace de mí, o casi, se muestra demasiado nervioso bajo el fuego -un reportero veterano, le decíamos sin éxito, siente la guerra con los ojos, no con los oídos-, y una sonrisa cómplice ante el modo con que Carmelo Gómez interpreta el papel del cámara de televisión José Luis Márquez; que a mi juicio, y también al del propio Márquez, es una de las mejores interpretaciones de su espléndida carrera de actor.

Estos días también he visto un magnífico documental de Roberto Lozano –Los ojos de la guerra, se titula- sobre los actuales reporteros. Aparte de removerme algunas nostalgias, el documental plantea una pregunta que me hacen con frecuencia: si echo de menos mis tiempos de reportero dicharachero de Barrio Sésamo, y si el periodismo bélico que se hace ahora tiene algo que ver con el de mi generación, la tribu de enviados especiales que, criados al socaire de viejos maestros como Vicente Talón, Manu Leguineche, Enrique Meneses, Tomás Alcoverro o Miguel de la Cuadra, cubrimos conflictos durante el último tercio del siglo pasado. Y mis respuestas a esas preguntas siempre se resumen en una: no lo añoro porque ya no existe, y el periodismo de guerra actual poco tiene que ver con el de ayer. Entonces te perdías dos meses en África y al regreso tu reportaje iba en primera página; mientras que ahora, si tardas minuto y medio en dar una información, ésta se queda vieja porque ya la conoce todo el mundo. El teléfono móvil, la conexión en directo y el ordenador portátil acabaron con los viejos reporteros. Los enviados especiales de la televisión son ahora bustos parlantes de terraza o ventana de hotel, aunque no sea culpa suya: es imposible salir a la calle a buscar información cuando debes entrar veinte veces al día en directo, y a tus jefes interesa más decir «tenemos a alguien allí, o cerca» que lo que ese alguien cuente; pues la misma información ya circula por la Red desde hace rato, gracias a anónimos reporteros ocasionales que cuentan lo que ellos mismos viven. Además, una guerra bien cubierta resulta muy cara de cubrir, y no están los tiempos para alegrías, ni siquiera en los medios públicos. Más, cuando entre una matanza en Damasco y una final del Barça, la peña -que ésa es otra- prefiere ver el fútbol.

Sin embargo, viendo el documental de Roberto Lozano, y gracias a las incursiones que a veces hago en blogs de reporteros independientes que andan por esos mundos buscándose la vida a su aire, compruebo con admiración que el periodismo de guerra no ha desaparecido. Se vuelve más individual, tal vez. Más humilde, peligroso y vocacional. Pero allí donde no llegan los grandes medios informativos, siguen llegando algunos hombres y mujeres, jóvenes por lo general, a quienes el ansia de aventura, la vocación, el cara o cruz de palmar o hacerte una reputación si sobrevives, empuja a coger una mochila y jugársela. Prefiero no estar en la piel de sus padres o de quienes los aman. Su vida es difícil; y sus ganancias, escasas. Ninguna aseguradora se hará responsable de su salud o su vida. Y aunque así fuera, pocos podrían permitírsela. Pero ahí van y ahí siguen, los que aguantan la prueba. El mundo es aún más peligroso que antes, la televisión e Internet volvieron peor y más resabiada a la gente que sufre y muere en lugares extremos; y moverse por donde crujen las costuras del mundo es una osadía suicida. Por eso el auténtico periodismo de guerra lo hacen hoy esos chicos y chicas solitarios y valientes, con sus blogs, sus tuiteos, sus mensajes sobre lo que ven y fotografían en lugares hostiles y remotos. Los últimos grandes reporteros siguen sin ser los últimos: tomaron su relevo estos parias del periodismo que con su tesón y coraje, afrontando la falta de medios, la vida incierta, la desgracia y la muerte propias del oficio -tales son las reglas y el precio de la aventura-, desmienten el viejo dicho de que, en toda guerra, la primera que muere es la Verdad.

Profesionalidad - Óscar Sánchez Alonso

 Profesionalidad - Óscar Sánchez Alonso


Hay una diferencia entre “el gran campeón” y el “fuera de serie”. El primero tiene talento, por supuesto. Pero el segundo “es el que pone su talento al servicio de los otros”. Ese importante matiz lo explicó Carlo Ancelotti, entrevistado por Enric González para Jot Down. Considero que esa distinción no se limita únicamente al plano deportivo. Sin ir más lejos, dos recientes casos, ligados a Salamanca, podrían ilustrar todo esto. Aludo a María Hernández y a Roberto Fraile, cuya vocación también quisieron brindársela a los demás.

María fue asesinada hace un par de semanas en Etiopía. Cooperante de Médicos Sin Fronteras, era natural de la localidad salmantina de Sanchotello, y llevaba muchos años comprometida en labores humanitarias. En la región etíope de Tigray buscaba salvar la vida de otras personas, y encontró, a los 35 años, su propia muerte. Otros dos trabajadores de la ONG, forjados de esa misma pasta que implica la generosidad, conocieron igual destino.

Roberto, recordarán, también fue asesinado a finales de abril. Este periodista nació en Baracaldo, pero fue en Salamanca donde ejerció durante tiempo su profesión, y donde había formado su familia. Contaba con larga experiencia como reportero en distintos conflictos armados. Y si logró salir vivo de Alepo (Siria), tras resultar herido en una explosión, esta vez, a los 47 años, no pudo sobrevivir a Burkina Faso. Allí, junto a David Beriain, trabajaba en un documental sobre la caza furtiva. Y puesto que los asesinos pisotean cualquier veda, y jamás han considerado que el ser humano sea una especie protegida, mataron a ambos.

Siempre me gustó un fragmento de Soldados de Salamina en el que se repara sobre la naturaleza del héroe. La novela de Javier Cercas lo contempla, y en la película del mismo título, que dirigió David Trueba, se presenta del siguiente modo: “¿Qué es para vosotros un héroe?”, pregunta el personaje de Ariadna Gil. “¿Alguien que no se equivoca nunca o alguien que tiene el coraje y el instinto de la virtud? A lo mejor alguien que no se equivoca justo en el único momento en que uno no puede equivocarse”. Y de la mano de Le Carré, añade que quizá haya que tener “temple de héroe” para ser, sin más, “una persona decente”.

En definitiva. Existen ciertas conexiones entre los fuera de serie y los héroes. Y cabría añadir: hay gente cuya heroicidad no requiere de efectos especiales. No llevan capa ni antifaz, pero llevan toga; o visten hábito; o portan EPIs; o cuentan incómodos hechos que es necesario conocer; o impulsan proyectos capaces de incentivar sensatas expectativas; o aciertan a despertar, delante de una pizarra, la curiosidad de su alumnado; o regalan, a su alrededor, cariño, amparo y esperanza. Gente cuyos superpoderes se llaman profesionalidad.

jueves, 3 de junio de 2021

Nos suben la luz entre concordia y valentía - María Jesús Pérez

 Nos suben la luz entre concordia y valentía - María Jesús Pérez


Todo muy sostenible y nada ‘heteropatriarcal’. Una política de otro planeta a la altura de Pedro Sánchez y su NASA a la española

Desgobierno de España. Suma y sigue. Esta vez a cuenta de la subida de los precios de la electricidad, camuflada de idioteces para variar. Y en estas que la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, se pone pico y pala a desviar la atención con su trampa feminista del mes. «El temazo no es a qué hora se pone la plancha, sino quién la pone», aduce. Pues vice, querida, el temazo no es el machismo, no, es que suben ustedes la luz y punto. De lo otro si eso hablamos otro día, no juntemos churras con merinas.

 porque con valentía se puede lograr la concordia en el recibo de la luz: se levanta uno (o una, no empecemos) a las dos de la madrugada y mientras termina la lavadora va pasando la aspiradora. Luego, al filo de las tres se prepara el cocido y los macarrones de los niños. A eso de las cinco ya es sólo cuestión de hacer la plancha y sentar a la familia a la mesa con el bonito amanecer. Todo muy sostenible y nada ‘heteropatriarcal’. Una política de otro planeta a la altura de Pedro Sánchez y su NASA a la española. Mejor que busquen vida inteligente en otra galaxia porque lo que es aquí no cabe un bobo más -con perdón- por centímetro cuadrado.

El resumen de todo lo que rodea al «temazo» de la semana es que el Gobierno nos sube la luz un 44% por el alza del precio de CO2 -lo que le genera al Estado 2.000 millones de euros de ingresos en 2021-, mantiene el IVA al 21% y el impuesto a potencia y consumo al 5%, y lo presenta como una solución, hundiendo a las empresas para ‘bajar’ la tarifa menos de un 5%. ¿Entonces? Pues eso, que tenemos la electricidad un 44% más cara que hace un año -y no olviden por favor que el propio Sánchez en la oposición, en agosto de 2014, llegó a clamar que el subidón de la luz «en un 8% prueba el fracaso de la reforma eléctrica de Rajoy, y alerta del riesgo de más gente sufriendo pobreza energética»- y aún así en España tenemos el mismo IVA en la electricidad que la suma de Grecia (6%), Italia (10%) y el Reino Unido (5%) juntas. ¡No es que no dejen a nadie atrás, es que a oscuras va a ser difícil ver quién falta!

Pero como los despropósitos de todo lo que lanza este Gobierno no vienen solos, como quieren incentivar el teletrabajo y la jornada laboral de cuatro días, pues ponen el precio de la luz más caro de la historia a la hora del trabajo -entre las 10 y las 14 horas- y consiguen el efecto contrario: que la gente no teletrabaje desde casa y trabaje en la oficina de nuevo. Nos desgobiernan los mismísimos ‘Hombres de Paco’.

Pues ¡ojo!, que en junio se espera otra subida de hasta el 26%... ¡Sigamos votándoles si eso, y ya lo de sacarles lo dejamos para otra vida!