Enxiemplos del fornicio francés - Fray Josepho
Esta semana nuestros dos poetas adoptan las formas medievales del Mester de Clerecía para tratar de ciertos asuntos exteriores (aunque, bien mirado -¡o mal mirado!-, tal vez sean interiores): las escabrosas aventuras del presidente francés. Mientras Monsieur de Sans-Foy se muestra circunspecto y hasta comprensivo con la conducta de Hollande, Fray Josepho, haciendo gala de su condición clerical, la reprueba rotundamente.
¿Y ustedes qué? ¿Censuran o aplauden?
HOLLANDE Y LA REPÚBLICA DE SU CASA
por Monsieur de Sans-Foy
En París de la Françia se desarrolla el drama.
Si me dan su permiso, les trovaré la trama:
¡cronicón de fornicio, depravaçión e cama,
do le ponen los cuernos a la Primera Dama!
Es la Françia, de antiguo, una tierra amoral,
do retoñan los viçios como flores del mal,
donde pecan los homes... e las fembras, igual;
do se ponen los cuernos como cosa normal.
El Primer Mandatario, que es un home soltero,
es, de cierta señora, oficial compañero,
e la tiene en Palaçio, con mucama e cochero,
e la lleva consigo quando va al extranjero.
¡Insensata, la vida de los homes actuales,
sin recato ninguno nin dilemas morales!
Si les pican las partes, imagínense quales,
non se paran en barras nin tampoco en umbrales.
Alojada en el alma del actual Presidente,
(un señor anodino, un gabacho corriente,
con aspecto de amante muy poquito solvente)
resplandece una brasa todavía caliente:
una brasa encendida, bien supone el lector,
con el último fuego, que es el fuego de amor.
E la brasa ha tomado (la perdone el Señor)
el aspecto de rubia quatro lustros menor.
La verdad, que la moça tiene mucho nivel...
y un pisito a dos calles del Palaçio de él.
Demasiado bonito: se descubre el pastel
e la prensa publica que el Soltero es infiel.
El Soltero es un home con los hábitos fijos:
nin firmar los papeles nin besar crucifijos.
Segolén, vida mía, maridarse es de pijos,
le decía a la tonta que le dio quatro hijos.
Carismático líder de la Francia Inmortal,
va Fransuá por la vida con su carro triumphal:
decorando la puerta, como escudo oficial,
un carallo rampante, con corona mural.
¿Se preguntan vostedes si está mal o está bien,
la postrera aventura del galán parisién?
Denle un vaso de vino. Mi colega, el mosén,
trovará la respuesta, que hoy está de retén:
EXHORTACIÓN CONTRA EL VICIO GABACHO
por Fray Josepho
Commo Mesié Sanfuá les cuenta en el inicio,
en París de la Françia todo es crápula e vicio;
e yo, apretando fuerte mi piadoso cilicio,
fablar he sobre aqueste desenfreno e fornicio.
Fazer he, commo fraire, una crítica acerba,
sin tapuxo nenguno, sin nenguna reserva,
de la torpe conduta, inmoral e proterva,
deste home gabacho, más verde que la hierba.
En el país veçino de creer non s’acaba
cómmo aquel home inane (pues tal aparentaba),
que mui pocas virtudes políticas mostraba,
resulte, de repente, ser todo un pichabrava.
¡Qué bochorno, qué escándalo, qué vergoña más grande!
¡La deshonestidad más fedionda se expande!
¡Ca, por folgar con fembras, como un verraco ande
François, el Presidente, de apellido Follande!...
Ya la mosquita muerta... non es muerta (ni es mosca),
pues, tras la fría traça, grande fuego se embosca,
e un garañón emerxe donde nadie se cosca,
del qual nadie diría que se come una rosca.
A todos los lectores, sin dubdar, aconsexo
que non fagan locuras, commo aqueste tipexo,
que non usen con otras su lasçivo aparexo,
e solo con su santa maniobren el rexo.
Perdonen si mi prédica resulta un tanto brusca
e si mi claridad acasso les ofusca,
mas quien con fuego juega con fuego se chamusca,
e sepan que ennas calles hay mucha pelandusca.
Non fagan lo que fazen las xentes de París;
non fagan tal Follande, que es un chisgarabís;
non jueguen a las damas, e jueguen al parchís,
e usen su instrumento tan solo en fazer pis.
Commo fraire devoto e beato que soy,
respeten la advertençia que en mis versos les doy:
que nunqua -ni mañana, ni pasado, ni hoy-
imiten a Follande... ¡E aprendan de Raxoy!