Elogio y misterio de los símbolos - Amando de Miguel
Seguimos dándole vueltas a la comunicación no verbal o, a veces, a palabras o cosas que funcionan como símbolos. Los otros animales podrán comunicarse, pero solo el hombre se vale de símbolos.
Javier Vicuña recuerda su mili y precisa que el saludo militar de llevarse la mano a la sien no se hacía cuando el soldado portaba armas. En ese caso se llevaba la mano derecha al hombro izquierdo. Se agradece la precisión.
El documentado A. Rodríguez detalla una serie de gestos que están castigados con multas cuando se dirigen a un agente de la Policía alemana: 1) Hacer la peineta (= destacar el dedo índice): hasta 3.800€; 2) sacar la lengua: 320€; 3) hacer un círculo con el pulgar y el índice (= ojo del culo): 750€; 4) darse con el índice en la frente (= tener la cabeza hueca): 700€; 4) restregarse circularmente la mano por la cara (= estar atontado): 1.000€. No sé si en Alemania se castiga también el gesto despectivo de hacer un corte mangas, tan mediterráneo.
Ignacio de Despujol y Coloma ilustra la cuestión del lenguaje no verbal con el caso del que fuera famoso alcalde de Nueva York, Fiorello La Guardia. El edil accionaba las manos y los brazos al hablar de forma distinta según hablara en inglés o en italiano.
Lucas Mendoza aclara a José Cuevas que el símbolo del pene con alas que tenía la ciudad de Pompeya no era de carácter pornográfico. Era un símbolo muy común en la antigua Roma como talismán de la buena suerte. Se comprende.
J. R. Iturriagagoitia precisa que no todos los angloparlantes dicen "cheese" (= queso) cuando posan para una foto familiar o amical. Si son abogados dicen "fees" (= honorarios), que cumple la misma función de suscitar la sonrisa.
Platicaba yo con Damián Galmés junto a la chimenea sobre la virtualidad del número mágico de unas 100-150 personas. Suele ser el tamaño ideal de una orquesta, una aldea o una compañía del Ejército. Don Damián me precisa ahora que esa cantidad corresponde al manípulum de las tropas romanas (= dos centurias). Añado que los griegos tenían una unidad militar, la hecatonarquía, equivalente a 128 soldados. Estaba también la hecatombe (= sacrificio de cien bueyes).
Hablando de latinajos. Jesús Laínz ha recogido el último. Es una señora que trataba de decir que una conversación iba a durar mucho. La calificó así: per siculín siculán. Suena bien.